...porque entre las idas, venidas y avenidas, mejor ser luz ida que lúcida.

La Couteau 10



Segundo comunicado de la prensa individual.

Comunicado de la prensa individual respecto de un incidente acaecido poco tiempo ha:

En la tarde de un día a color (colores chillones, muy chillones), La Couteau experimentaba su renacer tras tantos meses de voluntaria desaparición. Las razones no merecen lógica ni inconciencia: las razones fueron y ya no serán, eso es lo importante.
Este humilde periodismo alcanzó a capturar algunas breves exclamaciones de la resucitada que, por cierto, se sacudía intensamente las vestimentas cargadas de pesos considerados -supongo- totalmente desechables. Mientras la susodicha realizaba esta labor consigo misma, yo casualmente caminaba por ese terreno baldío buscando un rinconcito para defecar. Paulatinamente me fui acercando a ese cuerpo convulsionado hasta que -un instante, un pequeño instante- un grito me paralizó. Lo interesante no fue la parálisis absoluta de mi organismo, sino más bien cómo recuperé el movimiento: dos palabras, “LOS AMO”, sólo dos palabras pronunciadas con éxtasis casi venéreo. La Couteau inició una caída y en el choque de su cuerpo con la madre tierra (volvieron mis ganas de defecar) prorrumpió en un llanto redentor. Tuve que aguantar la naturaleza y logré anotar en mi libretita de hojas albas las siguientes palabras:

“LOS AMO, REALMENTE LOS AMO... El cielo, la gloria y el esplendor son míos, son totalmente míos,
¡¡Y NO ES CATÓLICO!! Mi ventura no es católica ni apostólica ni mitómana ni de nadie; es sólo mía. '
Cause everybody knows / she's a femme fatale / the things she does to please / she’s a femme fatale… (con la melodía característica, claro),
pero fatale de
fatum; el FATUM es mío,
¡¡soy la femme del fatum!!”

OTRA COSA…

Información meteorológica o Estados del temparamento nacional...
(Esto no es un artículo periodístico. Esto es un desagüe anímico)

40 días y 40 noches del diluvio universal (¡uf, qué grandilocuencia!), pero ni las escrituras lograron describir lo que ocurrió en una noche de infatigable caída en la precaria y mentirosa ciudad de Villa Comtal. La lluvia, la eterna lluvia...

La Couteau 9



Prontuarios de últimos criminales.

Los Cabeza de Pelota y la Pistolera, dos hechos que no son producto de la cretividad literaria, sino más bien de la imaginería propia de una necesidad de comiquizar una realidad local.

Prontuario informativo:
Los Cabeza de Pelota son la agrupación de narcos más peligrosa y más búscada por las fuerzas de orden capitalino en la tan mancillada población “la le’ua”. Hace un par de días fueron capturados sus cabecillas tras operativos de despliegue sensacionalista dignos de ese espacio en la televisión de El País entre las 9 y 10pm.
Pero entre los Cabeza de Pelota hay uno al que realmente le rueda el cerebro, pues en tribunales extrajo una
gillette oculta quién sabe dónde y comenzó a cercenarse el rostro. Las imágenes que recuerdan este evento son irrisorias en cómo las maniobras de las fuerzas de orden intentaron sostener al imputado y evitar que siguiera tajeando su carnecita. Finalmente, el cabecilla con el rostro ensangrentado y el arma filosa fueron retirados de la sala.

Más tarde, siguiendo con el amarillismo propio de nuestra programación, se mostró a la tía del
imputado con un –digamos- saco envolviendo su cabeza para ocultar su identidad a la visión pública y, por ende, posibles ataques o reconocimientos de –a esta altura- quién sabe quién. Está demás indicar que la tía defendió sólo como el peso de la sangre lo puede hacer a su sobrino, destacando entonces el ejercicio abusivo de las fuerzas de orden contra “¡alguien indefenso, de quien dicen que traía –no sé cómo- una gillette!”

En otro cuadro y tras algunos sonrientes comerciales de futuros creditazos con la “más baja tasa de interés, porque sabemos lo que necesitas”, regresamos a otro personaje donde la realidad supera la ficción: la Pistolera.

Prontuario de última hora:
Su nombre de registro civil carece de importancia, ya que tal existencia fue opacada cuando esta mujer de unos 37 años baleó a unos asaltantes, argumentando “o eran ellos o mis hijos”. La Pistolera cayó en manos de la
Justicia y entre proceso y proceso quedó en reclusión domiciliaria, con periódicas y periodísticas visitas de las fuerzas de orden 3 veces al día, para elaborar el pertinente informe indicando la situación pertinente de la presa.
Sin embargo, según declaraciones de un vecino de la Pistolera, ella bajo el temor a la decisión sobre su futuro se dio a la fuga, buscando previamente a sus hijos en el colegio y dejando como disculpas una nota en que señalaba su arrepentimiento de los balazos y un llamado al intento de comprensión a su situación.

“Si yo pudiera retroceder en el tiempo, no hubiera hecho lo que ya hice”

Hay que señalar que su foto sale junto a un difuminé con un fondo blanco de una pistola de esas de películas. Además, la Pistolera tiene una cabellera larga y oscura, rasgos indígenas y alargados, cuerpo bien mantenido, un notorio tatuaje en su brazo derecho y sonrisa de balas dispuestas a matar. La Pistolera tiene su atractivo.

Se desconoce el paradero actual de la fugitiva.
Todo esto, porque “la necesidad es partera de la creatividad...”








9

La Couteau 8


Sílfides y otros mitos callejeros.

Durante la tarde llana de un día aplastado contra la ventana, Vanja se cortaba las uñas. En eso tocaron la puerta y sin respuesta alguien asomó sus fisgones ojos por entre la cerradura.
Vanja sentada en el tragaluz y con una lámpara encendida a contraluz se cortaba las uñas
de las manos.
En eso, ella sintió un ruido y sin movimiento supo que la estaban observando por entre la cerradura.
Mientras que los ojos de la tarde bostezaban largo, dejando que las nubes cubrieran más el cielo
y poco a poco lo oscurecieran, Vanja se cortaba ahora las uñas de los pies.
En eso volvieron a tocar la puerta, aclarando la garganta para darle algo de voz a la timidez, por si todavía Uds. no se habían dado cuenta.
Vanja se puso de pie para apagar la luz. A media luz propia de esa imprecisa hora en que un daltónico ve los colores de un mundo surreal, Vanja miraba la puerta.
En eso abrieron la puerta y entró la luz del pasillo con formas curiosas por entre la rendija.
Vanja con un respiro de paciencia, dejó el cortauñas sobre su mesita de noche y abrió el cajón.
En eso una figura sin haber hecho daño pidió perdón y quedó ennegrecida por el contraste de luces en la habitación. Una habitación oscura.

¡ZAS! ¡ZAS!
el cuchillo tiene brillo propio. Un filo que corta al destino y hace bailar al tiempo centrípetamente, sin horas ni días, sin sexos ni edades. Sirve el devenir en un plato de salsa metafísica y aliñado con risas de fuegos y terodáctilos. Banquetero de filosofías y otras logias, es el gourmet de exquisiteces que da a probar los sabores de un metal aún no mellado.

- Sólo quería mostrarte la carta que encontré hoy en la calle. Fue… fue raro verla ahí, tirada, como si alguien la hubiera perdido.
+ O quizá sólo la habían tirado porque no les interesaba más.
- No (
la timidez vuelve a hablar temblorosa). No. No creo. Pero no importa. Sólo… sólo quería que la vieras y contarte la anécdota. Está oscuro acá, ¿dónde prendo la luz?
+ ¿Sabes quién era Acteón?

¡ZAS! ¡ZAS!
luminosidades etéreas que rasgan el polvo que tu garganta aspira. Cuchillo afilado que hace guiños de provocación al espacio y deja al azar una serie de destellos de un anhelo cuya verdad nunca ha sido encontrada. No hay servilleta para limpiarse los restos que quedan en la boca. Me ensucio la mano.

- La carta es un arcano del tarot. Se llama “Justicia” y tiene el número XI. ¿Dónde prendo la luz?
+ No me interesa. Vete y déjame sola.

Durante la noche movediza de un momento agazapado, Vanja cierra el cajón de un arma blanca aún no empuñada.

Sólo con un máximo de concentración y con la cesación de todo movimiento es posible crear ese estado de equilibrio para todas las cosas; pues el más fugaz pensamiento perturbador, haría que todo tambaleara…”

La Couteau 7



¡RadioEscucha!

bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit.

Desde el otro lado de la pantalla, estudios Estomakal anuncia una breve en breve para una de sus radioescuchas retirada hace poco tiempo ha:
“Un día de colores insípidos y sol smoguítiko, junto a sonidos envasados, repasados y traspasados -¡oh! ¡la herencia digital!- de salas nostálgicas, no sólo por los reencuentros y la ventura no esperada tras tiempos incalculados, sino también por espacios derruidos e iluminación inadecuada...-suspiro- Y es que los sinsabores son un paladar que desconoce o es desconocido, pero sabiendo que alguna vez creyó conocer... -suspiro-”

La Couteau avanzaba con calmada tersura por el devenir de los hechos, mientras un sonido de ondas de amplitud modulada surcaba el aire. La radiecito portátil que ella sostenía con su guante de gamuza rosa repetía lo que tantas veces ella había escuchado: “
In the guetto”, del Rey. El roce con las partículas no impedía la transmisión, tampoco la intromisión de unos aficionados que interferían en sabotaje sarcástico los impulsos.

bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit, -shhhhhh, ¿me copias?- bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit.
bit,bit,bit,bit,-shhhhhh, ¿me copias?- bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit.

La Couteau sintió unas repentinas ganas de escupir al subsuelo, pero el suelo no se lo permitió y con acumulación babosa aceleró su paso hasta la próxima estación de radio. En la curva una voz cascada la tomó del brazo con violentina fortaleza y Vanja se asustó como oveja trasquilada: “¡¿qué demonios intentas hacer, desgraciado?!”
¡ZAS! –la cuchilla vuelve a saborear el cuero que la guarda del polvo.

Estudios Estomakal se ve obligado a disculparse por las interferencias atendidas. La breve en breve no puede continuar. Se cierra la transimisión del día de hoy, y los esperamos el día de mañana.

bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit. -¡CLICK!

-¿eh? Ya no hay ruido... ¿Me copias?-
El Justiciero ha dejado caer su micrófono.
Ahora escucha con mirada anhelante al Rey:
-Couteau… ¿estás ahí?-

La Couteau 6



Sincretismo del querer.

Bailando
Me paso el día bailando
Y los vecinos mientras tanto
No paran de molestar.

(¡Vanja! ¡Baja la música que estamos almorzando!)
+ Yaaaaaa.
“¿Pero es que será que ni siquiera en mi
cuarto propio me permiten la soledad?”

…tarararara agitando
Llena de soda y vermut.
¿qué rayos será el vermut? me suena a francés eso...”
Tengo los huesos desencajados
El fémur tengo muy dislocado
Tengo el cuerpo muy mal
El fastidio como una gran vida social. ¡Wooou!”
Bailo todo el día, con o sin compañíiiiiiia.
En Siberia nunca se está acompañada... ¡Vamos!”
…tararararara el pie
Muevo la tibia y el peroné
Muevo la cabeza, muevo el esternón
Muevo la cadera siempre que tengo ocasión.

(-suspiro-, tocan la puerta)
- Vanja, ¿vienes a almorzar?
+ Quiero que termine la canción... ¡Estoy bailando!
“Tengo la cabeza desencajada”,
“El ánimo” …
tengo muy dislocado;
tengo el cuerpo muy mal,
pero una gran vida social.
Bailando
Me paso el día bailando…
(¡Vanja! ¡Baja a almorzar!)
El cuchillo rudimentario robado de la cocina. Algunas marcas, testigos adoloridos de las pruebas de malabarismo dan cuenta que la mano de la razón no opera tan bien como la del diablo. Vanja ha empezado a fortalecer su mano izquierda y frente a su cama, justo sobre su escritorio hay minúsculos agujeros como ojos que observan la precisión y certeza con que cada día ese cuchillo se acerca más a su objetivo.
Vanja lanza el cuchillo una vez más hacia la pared. El punto rojo ni se inmuta y sólo los alrededores tiemblan. Todavía hay que continuar el entrenamiento. Vanja mira el blanco grisáceo que paciente acecha allá fuera y queda su arma blanca ahí pegada a la pared...

Bailando

Mediodía

…es una tierra de olores exóticos y cálidos sabores

que has elegido para disfrutar una estadía,

descanso en el tránsito de una vida a otra

sumérgete en ella disolviendo tu cuerpo en los crepitantes gustos de lo desconocido

busca el horizonte y deja que tus ojos vean lo que no saben descifrar
respira el albor de tiempos inconmensurable donde el todo crecía y moría sin más

y cuando sientas un rayo de sol o una gota que cae,

es la tierra que está más allá de cualquier pensamiento

y su palabra es la tierra que está más acá de cualquier sentimiento

y su mirada aquí puedes dormir mientras viajas

por ti misma

recuerda que todo lo demás


baila y gózalo,

este danzón es para Ud.

-octubre 2008-

La Couteau 5


Gotas calientes sobre piedras heladas…

Un maltrecho homenaje”

Día DD, del mes MM, año AAAA.
Hoy me quemé la mano. No sé si fue intencional o accidental, pero en este reino de gracias y desgracias, todo es posible. Y como yo soy fiel a mis preceptos, considero que el quemarme la mano ha sido providencial.
Me quemé mi mano diestra. Un castigo bien merecido, por cierto.
Llevo meses tratando de usar esta mano para empuñar hábilmente el cuchillo carnicero en desuso que saqué de la cocina de mi madre, mas ha sido una infamia la respuesta, ya que de diestra mi mano no tiene nada; es todo una mentira. Me he herido y como herida a tanta torpeza hoy me quemé la mano. Veo mis dedos enrojecidos de vergüenza y sus nervios están compungidos; los muy cobardes no se atreven a moverse mayormente como si temieran otra recriminación de mi parte. Aunque sí que tuvieron la desfachatez de provocarme otro dolor más hondo: grité como el terror que devora un corazón.
Ahora le temo al calor.
Salí corriendo. Afuera está siempre tan blanco que el contraste con mi mano hinchada y roja me pareció una imagen digna de un circo de
freaks; una fotografía expresionista de tipo artístico.
Me senté a mirar la tundra; otra escena artística. El horizonte es de líneas imprecisas; un horizonte silencioso que guarda un secreto que no sabe decir; un horizonte que quién sabe a dónde o cuándo va a caer. (
cierro mis ojos). El viento frío que paraliza toda sensación, hundiéndome de a poco en una absorta contemplación de lo que hubo y lo que vendrá. La Nada a mi alrededor me recordó mis razones. (abro mis ojos). Yo quería ser como el Lanza Cuchillos…
Yo quiero ser
más que el Lanza Cuchillos.

Día DD+1, del mismo mes MM, año idem.
Desde ayer he estado usando sólo mi mano izquierda… casi como una prolongación genética de las tendencias sociales de mis ancestros. Un homenaje impensado.
Sólo me falta más fuerza, pero
es la práctica la que hace al maestro, como dice el camino del Samurai.
Y yo soy fiel a mis preceptos.

En la radio habla un versado de las críticas de proyeccine:
“Fassbinder y Ozon ridiculizan las relaciones de pareja, los juegos de dominación y los estandartes del machismo. Con maltrato y desinterés se conforma una atmósfera de bizarra perversión con un sutil sadomasoquismo en la relación, donde la humillación se propaga con altibajos de humor…”

Día DD+2, idem, idem.
Es una escena patéticamente ridícula y completamente carente de estilo: soy incapaz de usar ambas manos para comer.
Mi mano derecha todavía me duele; se tiene que mejorar rápido,

si no… ¿qué tipo de actitud podré demostrar?

La Couteau 4


Rock’n’roll.

La Velvet canta:
Jenny said when she was just five years old
you know there's nothing happening at all every time she puts on the radio there was nothing goin' down at all.......

...bit, bit, bit, bit, bit, bit, bit, bit, bit, bit, bit, bit, bit, bit, bit

Informe especial con voz de bajo y gravedad de pecho masculino, tan masculino:
Con cobertura en Los Juncos, El Enfiladero y Los Derrumbes, la carretera vieja que desciende desde Villa Comtal al Puerto de mis Amores, dos de sus locutores estrellas expresan a los Estudios Estomakal sus inquietudes periodísticas: “No sólo recogemos lo malo, sino también lo bueno. Esto es muy importante para producir un cambio de experienciabilidad”, relata grandilocuente el Periodista de 43 años que recorre todos los días las callejuelas de ésta, nuestra ciudad gran ciudad, para buscar noticia, materia prima usada en la producción de su radio-teatro, programa favorito de rating insuperable en el horario estelar de las 3 de la tarde cada día por tu emisora preferida.
Comunidad en acción” –nombre metódico del radio-teatro- habla de “aquellas superficialidades que tanto afectan a nuestra Comunidad”. Especifica nuestro otro locutor Bravo, un hombre muy bravo de 34 años: “Comunidad en acción” pretende sin sonrojo denunciar todas las vergüenzas y pudores propios del ser social para hacer de éste nuestro espacio vital, un entorno de mayores satisfacciones y orgullos no reprimidos”. Una psicología de económico bolsillo que las cartas del tarot por teléfono siempre pueden responder con no tan titubeantes aciertos, siempre y cuando sea la fe personal quien interprete el mensaje esotérico.
Con un toque de revolucionario modernismo más la frase
slogan “somos modernos, tan modernos”, ambos locutores destacan la necesidad de difundir luchas y dinamizar corrientes de solidaridad a nivel planetario; abrir paso a la creatividad, la rebeldía y a valores con críticas constructivas. “Comunidad en acción” es el pie de una serie de radio-aficionados que recién hacen el camino caminante no hay camino sin andar.
Comunidad en acción” es así un programa new age.
A partir de este momento se abren las transmisiones. Ya tenemos un ejemplo a seguir.

bit, bit, bit, bit, bit, bit, bit, bit, bit, bit, bit, bit, bit, bit, bit…

El Justiciero escucha atento, se emociona
y llama con presurosa alegría a sus amigos:
“¡chicos, ya tenemos una plataforma!”

La Couteau 3


De tragos.

- ¿Qué te gusta más: el vodka-tónic o el vodka-orange?
+ A mí me gusta el Gin
- Pero no fue esa la opción que te pregunté... ¿Acaso no entiendes lo simple de una pregunta? Si tienes dos opciones, pues la idea es escoger una, así de simple.
+ A mí me gusta el Gin
(mirada perspicaz y media sonrisa: a esta chica le gusta ser difícil)

It's a rainy day, sunshine girl
It's a rainy day, sunshine baby...

El ritmo tribal y las voces de teutones resentidos repiten el coro una y otra vez. Un eructo de fondo da la clave para esta canción. Hay barullo en el bar y la Couteau se sienta en la barra.
Deja que el baboso cerca suyo le acaricie la suavidad de su falda de terciopelo y le hable de las cabezas de pescado que su aliento entre volutas de humo hace y deshace.
A la Couteau no le importa la baba, pero le interesa un trago. Con sus uñas de estrellas fugaces tamborilea el boril del tamb como las gotas de agua que caen del cielo y revientan sus pesos pesados en el techo del local.

It's a rainy day, sunshine girl
It's a rainy day, sunshine baby...

- ¿Quieres bailar?
+ Te dije que a mí me gusta el Gin. ¿Acaso no entiendes lo simple de una frase?
- ¡Jaja! Te prometo, dulcinea, que después de concederme esta pieza te invito el Gin que más te guste.
...Y el caballero azul desciende con gracioso movimiento de su transporte equino; en un salto de ágil embriaguez cae flexionando las rodillas, sonríe como Pedro Navaja y con afectados gestos se saca la capa. Todo sucede en cámara lenta, como si cada cuadro fuera planificado y quisiéramos ver cada detalle. En esta película de dibujos animados para niños, el caballero extiende su mano y la ofrece a la princesa; como alfombra real invita a sus botas puntiagudas a que ensucien su capa que yace en el suelo y de fondo celestial una bandada de pajarillos imberbes trina un vals.
La princesa sonríe cándida y le entrega su mano al caballero entre aura de colores pasteles que alumbran el escenario. El caballero se inflama de orgullo y la princesa mientras lo mira directamente al rostro le dice suavemente "Ud. no entendió lo que yo le pedí".

(¡ZAS! Un scratch de un disco de vals y cambia todo repentinamente)
En esta película de cyber-cómic para adultos desquiciados, la princesa extrae un cuchillo brillante de su bota izquierda y marca el antebrazo de un caballero sangrante; como alfombra real invita a sus venas a que manchen su capa que yace en el suelo y de fondo setentero una bandada de teutones mecanizados sigue repitiendo
It's a rainy day, sunshine girl
It's a rainy day, sunshine baby...
(eructo)

"Me encanta este tema de Faust"
+ Barman, dame un Gin, por favor.

La Couteau 2


El viento arruga las cejas.

Los colores no brillan porque no se les ha enseñado a brillar.

Esa es la frase que mi padre me repetía cada vez que yo elegía la misma camiseta negra o gris que tanto me gustaba vestir en mi adolescencia. Nunca le daba una respuesta; sólo lo miraba con la intensidad que la adolescencia podía dar. Él siempre en ese momento sonreía y me invitaba a practicar un poco ese juego de peripecias que era tratar de pisar alguno de los dedos de su mano con el cuchillo. Yo nunca quería participar, temía hacerle daño con mi adolescente inconciencia, pero me encantaba observar cómo con sus dientes de vodka transpiraba la adrenalina que le significaba demostrarme su valor. Mi padre era zurdo; era maravilloso ver cómo con la mano del diablo paralizaba de terror a la mano de la razón y nunca, nunca, nunca hirió ninguno de sus dedos. El vodka caía hasta vaciar el vaso.
Ahí yo reía y aceptaba entrar al circo. “Veamos el Lanza Cuchillos” y la adrenalina a mí también comenzaba a transpirarme en la comisura de los labios.
Ahí nos sentábamos y mirábamos el espectáculo.
Era cuando estaban los payasos con sus rostros exagerados, las muecas imposibles y sus narices rojas hinchadas que yo creía percibir mi destino. Escuchaba el bombo que retumbaba en una explosión de colores y fuegos artificiales que acaloraban la atmósfera. Risotadas cómplices de grotescos e inocentes actos y alegría pintada de maquillaje. Mi padre me tomaba de la mano y me decía con una hilaridad de infancia recordada: “ellos han aprendido a brillar...”
Yo miraba el jolgorio y aplaudía cuando finalmente salía el Lanza Cuchillos con su traje de lentejuelas rosas, verdes y platinadas.
Afuera, el frío calaba los ánimos. Todo era de un blanco medio sucio, medio gris. El tapiz de blanco invierno que sólo Siberia sabía desplegar.
Afuera, el viento hacía que se arrugaran las cejas.
Pero en esos momentos, el traje de lentejuelas brillaba sobre mis pupilas. Mi puño encerraba un imaginario filo que aceleraba mi pulso. El vodka caía hasta llenar el vaso.

¿El Lanza Cuchillos tendrá las manos frías como las mías
o será que no me encuentro bien?

La Couteau 1

Inicio.

NOTA TRÁGICA DE UN INCIDENTE… (artículo periodístico)

“una tarde cualquiera de un año en blanco y negro”:

A partir del día de ayer se ha iniciado una nueva etapa en la tan conocida serie “Desde el otro lado de la pantalla”.
La dirección de esta vita-producción ha informado que en los estudios Estomakal la antigua protagonista Marlboro no-light ha cedido su existencia a la nueva heroína: Vanja, La Couteau.
Antes una atmósfera contaminada envolvía los alveolos existenciales de un pulmón cansado, la visión ocular buscaba ansiosa un lugar en que el picor no perforara la sensibilidad del cuerpo anguloso y los pasos eran dados como en el trance de una flotante lejanía. Ahora es hora para la culminación de un pasado pegajoso y altamente opresivo. Si antiguamente hablábamos de autodestrucción y neurosis depresiva -así como intelectualismo barato-, el futuro anuncia una imperecedera aniquilación: Vanja, la asesina, la “Cuchillo”…
Los estudios Estomakal han optado por reunir en un solo capítulo a ambas realizaciones y así permitir el traspaso. Si bien todavía no hay indicios de cuándo se hará este estreno carnalmente, por lo pronto podemos conocer el storyboard que la gentileza ha permitido revelar a los medios.
El guionista indica que ambas personalidades se encontrarán en un bar. Marlboro no-light estará bebiendo su enésima cerveza y fumando su infinito cigarro a la vez que en un papel roñoso por el manoseo (su inquebrantable, pero desarmado cuadernillo de notas) estará completando el relato descriptivo que sólo en ese momento podrá finalmente encontrarle un título. Justo en el instante que la sonrisa ilumine sus cariados dientes, por la puerta del bar entrará VANJA, una ex-oficial del servicio de Vertederos Ruso que se acercará a la banda de música del rincón y les pedirá que interpreten un tema de Johnny Cash: Give my love to Rose. Vanja le dedicará esta canción a Marlboro, a quien por casualidad ve más próxima al amplificador. Se acerca y, tras curiosear los garabatos trazados en un papel, ríe a carcajadas por el título de su escrito y, mientras se aleja de la figura patética de la heroína caída, pedirá un trago con la voz aterciopelada que la caracterizará. En este punto, el storyboard cambia radicalmente de letra y dibujo:
La Couteau en un acceso de furia lanza hacia la pared el trago que le dieron y con una violencia calculada, aterciopelada y calmosa indicará “usted no entendió lo que yo le pedí”. Sacará su cuchillo (uno de esos cuchillos callejeros del Bronx o el Harlem de los años '80) y con un fino corte marcará el antebrazo del barman…
Supuestamente hasta aquí está escrito el capítulo, pero sabemos que en algún momento la Cuchillo matará a Marlboro.
Ciertamente, todos los espectadores de este radio-teatro lamentarán la pérdida del romanticismo, pero pronto esperamos poder acostumbrarnos al -ismo que comenzará.

Los estudios Estomakal declararon que la necesidad es partera de la creatividad. Sólo nos queda creerles su palabra...

Vanja... La Couteau: “Oh, demonios, ¿cómo no dejar huellas en mi cuerpo?”

Tormenta de verano

¿Has visto esas aguas que han caído raudas desde altos espacios donde el misterio se disfraza de condensaciones y calideces? 

Una expresión tal que a veces es tan difícil de definir; una fuerza que golpea cualquier pronóstico y presenta con descaro su manifiesto deconstructivista con meteorodológico sentido. 

Son momentos en que la voz del Tronante grita su vitalidad y así como hacía suyas a otras diosas y mundanas existencias, pues es en estos torrentes acuosos que conquista nuevos espíritus. 

Y así como aquella deidad griega abandonaba sin más a sus amantes, ahora también ágilmente se aleja, dejando sólo las gotas de húmedas hojas y una sensación de que algo pudo haber devastado la Tierra. 

¿Has sentido la brisa fresca que en esos momentos de desagüe ha rozado tu rostro a la intemperie? El silencio se escucha con los últimos goteos. Las miradas se limpian de los restos de caída en sus párpados y una caricia sonríe de nostalgia. Tu olfato se hincha con los sabores ocultos, esos donde descansa el porvenir esperando rodar en su imperecedero devenir. 

El momento llega a su fin y comienzas a cantar con son de vientos y pulsos:  

La sabia naturaleza dio flores muy perfumadas para que tú te embriagaras, romántica mujer… 

-junio 2008-

Diálogo de venturas y a-venturas entre Ojazos y Nariguda

Ojazos anda con pasos cansinos y con mirada perdida en un ocaso de los dioses detiene un momento su ejercicio ocular, cierra los párpados y canta con ritmo de bolero futurista  

el vértigo de las alturas una adrenalina acelerativa mi mirada acuosa y ansiando estrellarme contra el suelo para que se termine esta caída. ¿por qué habrá siempre que estar rearmando las articulaciones? 

Nariguda que casualmente estaba echada en el pastizal entre las flores de colores, escucha ese tumba’o y le responde con un cha cha cha existencialista 

una mirada vítrea ¿qué derramará en su trizadura? ¿humores, mal humores? una caída libre ¿qué liberará en su final? ¿dolores, rebotes? el vértigo no es el miedo a caer. es el miedo a arrojarse 

Ojazos con sorpresa y extrañeza parpadea numerosas veces. Se emociona con ese baile y ya más pacificada tararea el danzón de melancolías  

es una mirada que gotea sabores y sinsabores es una caída de vacíos inter-minables ¿por qué no haber hecho caso a mi miedo de vértigos? y así evitar tener que rearmar mis articulaciones una vez más... pero son tan duros estos huesos que olvidan cómo volar por estos aires sólo me queda el suelo y todavía no lo veo

Nariguda con profética nasalidad hace un estribillo pegajoso siguiendo el son del danzón  

bajo el suelo llegas al centro de la tierra que dicen es muy bonito tocan los mejores djs claro que hace un poquitín de calor. entonces, sigues todo recto y sales a la superficie otra vez de cabeza como ha de empezarse un nuevo ciclo 

Y tras esto, Ojazos se secó los lacrimales por tanto aire, se levantó y siguió su andar dejando de bailar. Queriendo después un poco de velocidad y pensándolo casi sin pensar, tomó a Regina, su fiel seguidora de dos ruedas y prefirió dar vueltas en la ciudad abandonando un rato los bucólicos bosques de horizontes. Recorrió calles angulosas, otras rectas, anchas y estrechas. Se perdió y se volvió de espalda a perder, pero también se le iluminó la mirada y los iris brillaron de sonrisas. En más de un bar se detuvo a refrescar los lentes de contacto y más de un agua temperamental bañó sus lentes de azul paisaje y con protección UV -“es que hacen más suave la luz”-. 

Amaneceres y atardeceres con brisas de comienzos y finales. Un ciclo interminable que al igual que Regina no deja de rodar. Hasta que ya el estribillo sonaba muy repetido y nuevamente con pasos cansinos estaba Ojazos en hojarascas de un árbol ya antes visto. Tratando de dormir un poco, se arrulló a sí mismo con este tanteo de lírica para una cadencia parecida  

el abismo sigue cayendo... y yo sigo esperando estrellarme contra el mundo. mi sentir se sigue derritiendo y no tengo alguien cerca que lo recoja ¿por qué esta soledad en momentos de tanta humanidad? las palabras son tantas veces una mera ilusión... 

Nariguda que siempre atenta percibió con sus “pupilas olfativas” el sabor de una canción que le sonaba conocida y porque por ahí estaba moviendo las caderas, le espetó con una salsa vieja  

no me diga eso que se me parte el corazón como una naranja o un pomelo y después me queda así, todo desgraciado reseco entre la bolsa de la basura mosqueado y las pepas por ahí entre medio del lavaplatos perdidas como las ideas que tengo sobre la vida como las promesas que una le hace al destino no me diga eso, no que me da pena su pena el abismo es un lugar para visitar por pocos días 

Y Ojazos sabía muy bien lo que vacilaba Nariguda. Para no preocuparla más y tranquilizarle sus respiraciones, decidió sentarse y entonar otro poético guaguancó 

ya no hay nada que se parta, ni la tabla de cortar ni la naranja ni el papel con una carta nunca escrita. el abismo se ha transformado en un océano y con estas palabras podría decir lo que me ha pasa’o: (¡aquí se aceleran los bronces y la tumbadora retumba!) “hay cosas que definir, decías. Pero en el monstruo sempiterno del no-saber, ¿cómo entonces dar cuenta de Loadefinir? Me siento andando en un fluido de azares que me llevan a un lugar que no puedo pre-decir. las aguas a veces corren agitadas, otras tranquila-mente, otras me inundan, otras me ahogan… Cuando me siento ahogada, el agua tragada la tengo que sacar. Y ya mis suelos están nuevamente para cultivar. Ahora nado bajo un sol que suaviza mis huesos. Mis articulaciones están en su lugar.” 

Nariguda sintió desconfianza del dicho popular y decidió acercarse a Ojazos. Tañó la guitarra y con rasgueos de cueca sureña zapateó 

dulce chiquilla ¿qué pasa? qué pasa, le dijo una uva joven a una viejita que descansaba sobre una empanada de pino esperando ser devorada por un huaso sin suerte, en una fonda sin fin... usté que era la alegría de mi chat la noto nostálgica, alérgica ¿y si te das una buena sonada y dejas que salgan los mocos del abismo y luego arrojas el pañuelo al río para que ría como antes, como siempre cantarina y tralalá? 

Y desde ese momento, el coro que aquí les traigo y da el mensaje de mi canción, le dio a Ojazos y Nariguda además fortuna y pasión  

“incluso después de los llantos más sublimes hay que siempre sonarse las narices, ¿sabías tú?” 

 -junio 2008-

Comer

Dentro de la acción inevitable de responder a las necesidades corporales, aquellas que imperiosamente nos recuerdan nuestra pulsión vital y ese instinto de sobrevivencia que escapa a nuestra comprensión y ante el que solamente queda responder con un “ya ya, ya te hago caso”, está el hecho de la comida, ese espacio del tiempo en que engullimos, digerimos y desechamos, todo en su proceso de bien conducida secuencialidad. Las culturas -en general por esos placeres que sólo las papilas gustativas podrían explicar- han decidido muchas veces adornar este ritual encuentro con nosotros mismos apelando a otros sentidos que potenciarían el bolo alimenticio, el cual si abriéramos la boca mientras lo salivamos muchas veces dejaría de ser un momento de agrado para ciertos ánimos más delicagados, digamos…

Como otro capítulo arbitrariamente elegido en esta saga de “las costumbres alemanas”, pues he decidido ahora después de haber comido generar algunas letras que den cuenta de este proceso que culturalmente también merece opinión.
La comida en muchos aspectos define a una sociedad, sus influencias, su creatividad, sus búsquedas y hasta su humor. Si considerara por ejemplo la comida peruana, me emocionaría de sólo evocar aquellos sabores de selva, pachamama y alturas. Si pienso en la comida chilena pues vería regimientos con cara de “yo no fui” bien formados esperando su ración de porotos, lentejas, pan amasado, pastel de choclo o cualquier otra cosa que sea “bien contundente”. Si recuerdo la comida venezolana, pues me viene el caribe, los platanales, las caraotas, la salsa de la Fania all Star, ricos juguitos de frutas tropicales que tanto apaciguan la fritura y las divinas e inigualables arepas… Sobre los argentinos sólo pienso en el comentario que una vez le escuché a ese amigo: “hasta los pajaritos comen carne, por eso se ven con tanto pecho levantado y mirada de “che, ¿qué hacés?”.
En estas latitudes he experimentado comidas exóticas. India, Bulgaria, China, Japón, Vietnam, Turquía, Irán, Siria y conglomerados geográficos como comida Árabe o Asiática. Según algunos españoles he escuchado que no han encontrado un buen lugar de Tapas y seguramente más de un francés dirá que acá los quesos no son buenos.
Pero, ¿y qué pasa con la comida alemana?

Tienen 10 segundos para escribir en una hoja cuál es la comida típica alemana que Uds. conocen. Uno, dos, tres y… ¡ahora!

(10 segundos)


Bien sabida es la historia de que las papas vienen de Latinoamérica y que gracias a ciertos excéntricos reyes fascinados por este tubérculo decidieron importarlo en estas tierras de embutidos. Demás decir que postguerra la papa es lo que sostuvo a una población destruida y en reconstrucción… Alemania rinde un honor tal a la historia que todo plato digno de llamarse “alemán” tiene las famosas Kartoffeln, es decir, papas. Hay una variedad de preparación que incluso un día -para mi gracioso asombro personal- en un menú se le destinaban hasta 2 páginas y media de sólo especialidades con papa. Eso me hizo contemplar no sólo la fascinante diversidad de preparaciones del tubérculo, sino la variedad de acompañamientos para esta redondeada, curiosa, abundante y terrenal figura. La papa es el plato principal, el resto viene a su lado.

Me detengo a pensar en los más de 300 tipos de papas que tiene la isla de Chiloé (sur de Chile) y lo que recuerdo de sus poco creativas formas de preparación. También analizo las infaltables papas fritas, naturales, químicas, plásticas y que por causas que sólo la historia norteamericana (evitemos México, por favor) puede explicar, en inglés les llaman french fries, mientras que en otros países angloparlantes es sólo chips. Y hasta atiendo a la reverenciada “Tortilla de Patatas Española”, cuyas regiones bien definidas (país Vasco, Cataluña, los gallegos, Andalucía y el resto) siempre sabrán darle su toque especial. Todo esto, sumado a mi ontológico desinterés gustativo por este tubérculo, incluso me ha hecho pensar que cuando el plato se compone de las multicolores salchichas con papas, hasta creo que es la salchicha quien acompaña a la papa en su peregrinaje a esos oscuros rincones de nuestro tubo digestivo y no al contrario.
¿Será que en mi ignoracia no he rendido el merecido homenaje que la papa con su simbolismo tiene de suyo?

Pero además de la papa, la salchicha y la cerveza, está la familia de “coles” dentro del paladar alemán. Exceptuando el caracol (el cual sólo reponde a un mero alcance muy aburrido de la palabra, pero que no tiene absoluta relación con nuestra familia acá mencionada), en Alemania es un honor deglutir las variadas formas de la Col… Rotkohl, Kohlrabi, Weisskohl, Palmkohl, Broccoli, Blumenkohl, Grünkohl, Chinakohl, Rosenkohl y otras más que ya ni recuerdo…
¿Han sentido el olor de la coliflor o los repollitos de bruselas cuando se cocinan?
Y para rematar, desde el matadero nos llega al supermercado la carne con el mejor precio: el cerdo. La carne de vaca u otros animales son más caros, todavía no me explico por qué, pero lo son. Mientras que el cerdo es baratísimo…
Así que creo que ya tengo la canasta familiar armada: cerdo, salchicha, papas, coles y cerveza. Demasiado cliché suena todo esto, ¿no? A mí en realidad me suena a un dolor de estómago que con mis debilidades y traumas neuróticos ya la tripa comienza a estrujarme el ánimo… A mi imaginario sólo me llegan tabernas, teutones, guerras, rostros rojitos, humo de parrillas, un idioma que suena a poesía y matraca, gases y mucho trabajo estomakal.

Tienen 10 segundos para ver qué imágenes les vienen a la cabeza con las comidas típicas alemanas. Uno, dos, tres y… ¡ahora!

(10 segundos)


Sin embargo, ya que me encuentro en una sociedad de extremos, desde esta canasta de gran peso alimenticio (no necesariamente nutritivo, claro… ¡eso va para todos!) surge como el gusanito de la moral un abanderado con rostro de urgencia, de “hay que ver qué pasa en el mundo”, de calentamiento global, de niños muriéndose de hambre en Africa, de ropa de segunda mano para Latinoamérica, de reciclaje, de derecho a no trabajar, de nuevos mercados, de productos BIO.
Bio-bebidas. Bio-cerveza. Bio-carne. Bio-müssli. Bio-coles. Bio-bananas. Bio-nade. Bio-galletas. Bio-salsa de tomate. Bio-quesos. Bio-pasta. Bio-mermelada. Bio-taxis. Bio-autos. Bio-plástico. Bio-papel. Bio-vida. Bio-pose. Bio-gente. Bio-Alemania.

Aquí el imaginario se me transforma y me queda algo como cuando la cinta de la película en el cine se corta y está ahí dando vueltas y vueltas entre retazos y luz blanca amarillenta.
¿Qué pasó?

Lo único que no me parece para nada BIO son los precios y la Bio-propaganda. Así que como fiel seguidora de la alemanidad, tomo cerveza casi a diario con un gusto indescriptible. Las salchichas y el cerdo el médico me los prohíbe por lo delicagado que tengo mi estómago, pero de vez en vez y de cuando en cuando me lleno la boca de estos sabores. Las papas si bien antes no me atraían tanto, ahora me causan una sonrisa de afecto, aunque todavía me cuesta observarlas como principales y no sólo acompañamiento. Las coles es algo que desde chiquita no tolero, así que sobre eso no hay discusión. Y la diversidad cultural como opción para evitar Alemania –según algunos acomplejados- o para experimentar la globalización –según otros más políticos- está afortunadamente siempre en la esquina de mi casa.

¿Mi cocina? Nada especial, yo sólo cocino porque tengo que comer. Pero si alguien me invita o se ofrece de Chef… Cuidado con la pimienta y cosas picantes. Lo demás, yo feliz llevo los bebestibles, lavo los platos o pongo algo de musiquita.

-mayo 2008-

Recordar

Historizando el transcurso del tiempo, añadiendo palabras que buscan significar la experiencia de “lo acontecido”. ¿No será una simple tortura del devenir, siempre en la afanada tarea de agregar, revertir, vaciar y comprometer sentidos?

Una inspiración del momento. Una aspiración del presente.

Recorro memoriales y siento el peso de un pasado, ya no de imperios y conquistas, ya no de guerras y caídas, ya no de teorías y estrategias, sino más bien de masas humanas que en un círculo donde damos vueltas infinitamente y armamos y desarmamos dioses, creando Parcas o Moiras, vertiendo poesía en la existencia o sólo trabajando...
Por la implícita razón de sentir, han sido tantos los que ya no están.

Contemplar en lo físico las capas de eventos que se superponen constituyendo así una cultura compleja, tanto como su propio idioma, tanto como su propia historia. A veces dimensionar números con la imaginación abarcando mundos paralelos no es un proceso figurativo. La imaginación se pierde en un puntillismo psicodélico, después del que queda una mera sensación sin forma que la infome. Es ahí donde la mera narración es lo único que puede hilar los caminos de nuestras emociones con los inputs externos.

Hasta 6 millones de judíos:
Hasta 3 millones de polacos
Hasta 1 millón de soviéticos (rusos, ucranianos y otros)
Hasta 2 millones desde Italia hasta Checoslovaquia, desde España hasta Alemania.
+
Cerca de 2 millones de gitanos (sintis y romas, les dicen)
Número incontable de prisioneros de guerra soviéticos, opositores a la Alemania Nazi y aquellos que no cumplían con el ideal Ario: homosexuales, discapacitados y tantos otros. Los millones se reproducen así en un vértigo de individualidades.

1933 – se declara una política antisemita, persecución y deportación de judíos.
Guettos, campos de concentración, fábricas. La tipología humana es rigurosamente organizada por el Estado. Son demasiados los que no se incluyen en "la comunidad del pueblo"
1939 – se formaliza la guerra tras la anexión de Polonia y Austria. Es en tierras de Europa del Este que se construyen la mayor cantidad de campos de concentración y posteriormente los de exterminio. A cada paso de la ocupación se va eliminando o deportando la población judía, mezclada con opositores y simples civiles. La tipología humana se sigue ampliando.
1941/42 – se decide la “operación reinhardt”, exterminar el problema de las enfermedades, el hambre y la sed: “la solución final”. Demasiada humanidad que no merece existir. El Holocausto se formaliza. Camiones de exterminio y 7 campos habilitados sólo para aniquilar la población. Pasan primero los que no están aptos para el trabajo, los niños y viejos. De ahí, cualquiera es una posiblidad.
En un período de algunos meses aniquilan cientos de miles de personas.
1945 – antes de que termine la guerra, desocupan muchos campos de concentración del este europeo. Exterminan el resto de gente que quedaba y otros inician una marcha de muerte dentro y hacia Alemania.

Andrajos de humanidad, jirones de cuerpo, armatoste quebrado de huesos. El frío del norte es un viento helado que parte la piel y se ven pies descalzos, estómagos de hambre y sangre congelada. Un invierno que nunca termina, unos meses que no son verano y así ruedan los años como los cuerpos desnudos -que no son ninguna obra de arte- por laderas de cráteres de bombas o fauces rasgadas en la tierra que recibe muertos a quienes una vez les dio vida y alimentó.

“la Humanidad entera se devora ella misma y devuelve después lo tragado”

-marzo 2008-

sólo sé que nada es

Nada me perturba 

Nada me asombra 

Nada me preocupa 

Nada me impresiona 

Nada me molesta 

Sólo siento un fastidio imperecedero por mi existencia y lo que la rodea. 

Soy una agnóstica vital. 

 Nada es más ni menos, sólo es lo que es. 

-2005-

Teoría del despojo o una sublimación de la pérdida

La violencia infantil se puede explicar cuando un no vidente le pide a un sí vidente que describa la foto que sostiene en su mano. El no vidente señala sus razones para tal petición y le dice al sí vidente: 

“lo que tú has visto a través de tus ojos yo lo he sentido a través de mi cuerpo”. 

Más tarde, el no vidente guardará cuidadosamente la foto en un álbum donde sólo se encuentran las fotos que de niño él hizo con una cámara que le habían regalado. La violencia infantil es la contemplación de una foto. 

CUANDO LA IMAGINACIÓN NO TE ALCANZA Y SÓLO TE QUEDAN LAS PALABRAS 

La estética de un espacio que se revela... observemos los colores y entenderemos el contexto. El contenido es lo que se articula como una interpretación multiforme. Capas de espesura incalculable superpuestas en una sincronía de impresiones. 

Una historia muy simple; básicos de un trayecto en situaciones conocidas; una línea que todos alguna vez hemos recorrido y que fácilmente reconocemos. Una historia muy sencilla cuya expresividad se aglomera en la saturación de detalles. Nada se escapa al ojo que disecta cada sema del plano fotografiado. Es la estética de un espacio revelado.

¿Sería admirable tu apreciación de lo que pido me describas? 

La admiración es sólo un espacio de la estética que no debe revelarse... Pues ante el sentido de una sensación y el de un sentimiento, ¿cuál sería más adecuado a tu necesidad? 

Si careces del sentido de la vista, qué importa la admiración y qué importa la estética cuando sólo escuchas mis palabras de una descripción que seguramente podría no existir sensiblemente más que en mi sensibilidad. 

Por esta razón no te narro los eventos ni te explico los acontecimientos, ellos carecen de tanta vista como tú. La admiración es la estética de mis palabras que revelan un espacio.  

Yo entonces me adentro en tu espacio sin entender los colores o el contexto, eso es admirable...  

El vacío es un espacio no ocupado excepto por aquellas interpretaciones que tu sentimiento pueda evocar a través de mi voz sobre algo que no has visto y quizás yo esté inventando. Nada se escapa al oído que disecta cada sema del plano fotografiado.  

Es la cámara que me regaló mi madre cuando era niño. Ella me dijo que mientras yo sacara fotografías de lo que a mi alrededor sentía, entendería la realidad que ella me describiría en cada una de las imágenes que yo jamás vería. Cuando la imaginación no te alcanza y sólo te quedan las palabras, descubres ese mundo maravilloso que está más allá de cualquier concatenación de acciones y encuentras la contemplación. La contemplación de un sentido que te falta y que no lo puedes entender. Mi madre se equivocó cuando yo era niño y me regaló esta cámara. Nadie podrá describir lo que aquí está fotografiado. Tu admiración y tu estética son sólo un vacío dentro de cualquier espacio que exista o puedas crear. -Click!- 

-marzo 2005-

La realidad supera la ficción

de la putrefacción también nace vida.
(Escrito místico de una epifanía y las dejaciones que el Destino sabrá castigar)


...y dice el Levítico 11, 7: “También el cerdo, porque tiene pezuñas, y es de pezuñas hendidas, pero no rumia, lo tendréis por inmundo”

I.
La Terquedad es una mula que no quiere moverse de donde está. Con su voz entrecortada y ojos que miran a un suelo siempre igual, pero con el orgullo que la caracteriza y le da la fuerza para mover su cabeza en sólo negaciones, anuncia a las dos de la madrugada: “cocinaré las Patas de chancho para no desaprovechar el momento”.
La Terquedad es una mala hecha contingencia, temporal y espacial.

II.
Una oportuna Reflexión indica: “¿pero, Terquedad, por qué insistes en algo que no tiene futuro y sólo resuelve tu ánimo instantáneo, que seguramente cambiará al día siguiente?”. La cabeza se sacude en negaciones caprichosas y, entonces, la Reflexión prende inciensos para soportar lo que viene: las patas de chancho cuando se cocinan huelen muy mal; es un asco que se derrite y hierve en una olla a presión. Los Vecinos son discretos y soportan las náuseas: “ya estamos acostumbrados a decisiones absurdas en horas absurdas. La perdonamos por su terquedad”.

III.
Los tres Días transcurren con su habitual descaro, como si no les importara todo lo que está pasando. Una Pata de chancho ha quedado en el olvido de los desechos y el Basurero que pasa a horas inciertas ya hace tres días que se la llevó al paraíso de los 9 Círculos. Sin embargo, todavía queda su hermana, bastarda o no, pero fiel compañera en las andanzas desde el matadero hasta la olla a presión. Ella llora su abandono y ha llamado a las Moscas para que compartan su dolor: “me siento encerrada y me pican cosas desconocidas en mi cuero grueso y graso. No soporto esta situación; tienen que hacer algo conmigo” Las Moscas mientras la escuchan la rondan como buitres en la carroña. La Terquedad no tolera este diálogo entre las criaturas y como solución encuentra que sacar la olla con la Pata de chancho que queda y su asco condensado al patio es lo mejor. “Para que no hayan moscas aquí adentro”

IV.
La Primera semana se ríe de nosotros: de la Terquedad, de la Reflexión y de los Vecinos. “¡Ya pasaron mis 7 Días y todavía no ven la creación del mundo! ¡Jajajajajaja!” La Pata de chancho dejó de llorar y lamentarse, pues ahora ha comenzado a reunir un ejército para hacer frente a la Terquedad, a ver si de una buena vez decide botarla al paraíso de los 9 Círculos. La Pata de chancho tiene ansiedad de Vida: “¡si para morir tengo que vivir, pues que se haga la Luz!”

V.
La Segunda semana llega calmosa y con mueca de extrañeza le pregunta a la Primera semana: “¿cómo? ¿Todavía no descubren el mundo que ha nacido en la olla a presión? ¡Qué descuido, por Dios!” La Segunda semana es un poco amanerada.

VI.
(perspectiva en contrapicado)
Llega el Día Esperado y con su espectación observa a la Terquedad darle Luz a la olla. La Pata de chancho la mira con pezuñas hendidas y un ejército de microorganismos a cuestas; le grita: “¡Ah, finalmente nos encontramos, Terquedad! Tus defensas están dormidas y yo rezumo fuerza. ¡No me niegues lo que te pido y hazme el favor de liberarme al Basurero! ¡Después de hoy me escapo de esta prisión de metal!”
(perspectiva en picado)
Llega el Día Esperado y con su espectación observa a la Terquedad darle Luz a la olla. De un solo golpe se produce el alumbramiento. “¡Dios mío!”. La epifanía quita el aliento; el misticismo eleva los ojos; la realidad supera la ficción: ¡de la putrefacción también nace vida! La visión es insoportable; los sentidos no la pueden sostener y el rostro se pone verde. La Terquedad cierra la olla con temblores apresurados.
(perspectiva frontal)
Llega el Día Esperado y con su espectación observa a la Terquedad darle Luz a la olla. La Reflexión que estaba con los estados alterados tras fumarse un porrito de hierba, escucha un grito desde el patio y con curiosidad sonriente y una realidad maravillosa a su alrededor se asoma y encuentra a la Terquedad apoyada en el marco de la puerta con mirada descompuesta. “¿Qué te pasó?”.

VII.
La Dejadez es hermana del Egoísmo, ambos hijos del Abandono y la Ceguera y ambos nacidos en la cuna del proverbio “no hagas hoy día lo que puedes hacer mañana”. Se criaron en un parque llamado Irresolución junto a sus congéneres “Más tarde lo termino”; se casaron entre ellos y de una de esas mezclas apareció la Madre, quien a mediana edad conoció al Padre, hijo de otra prole aledaña. Se enamoraron, buscaron futuro y tuvieron cuatro hijos. Aunque la Madre y el Padre eran seres de trabajo para mantener una familia amplia, su herencia sanguínea les jugó una mala pasada y les cobró lo que les pertenecía por derecho natural: nacieron Terquedad, Flojera, Dejamiento y “yo no quiero ser así”, la mayor, que ni pendiente con los consanguíneos cortó lazos con todos y se fue del país.
Lo curioso es que tuvieron de niñera a Esfuerzo y Voluntad, una pareja feliz, pero los tres niños menores fueron malcriados en vista de que la mayor se fue con Responsabilidad y tuvo decisión propia (¿a quién habrá salido?)
La madre proveedora y el padre proveedor no quisieron que sus hijos sufrieran lo que ellos por haber decidido vivir independientes. “Yo no quiero ser así”, era una excepción a la regla, y por eso no se contaba. El amor paternal es algo serio, de verdad.

VIII.
Por razones burrocráticas y otras excusas, Reflexión se dio unas vacaciones. Se enajenó de la casa, los Vecinos y la olla con la Pata de chancho por dos semanas. Cuando regresó olvidada de la realidad de hacía dos semanas, fue tranquilamente a la cocina a preparar un pollito al horno. Estaba en eso cuando recordó que antes existía una olla a presión. La buscó y no la encontró. Reflexión pensó “¿será posible?”, hasta que vio dónde estaba el artilugio, ya no en el patio, sino en el Rincón del patio. “¡¡¡Será posible!!!” Terquedad llegó de sus clases y como si todo fuera normal le saludó, le habló y le sonrió.
Reflexión anuló su amistad con Terquedad y como si todo fuera normal le respondió, le escuchó y le sonrió.

IX.
El Mes vino y se fue. A la Primera semana ya no le parecía divertida la situación y cuando llegó la Segunda semana sólo encorvó los hombros y con gesto de fastidio la dejó entrar. Ésta bostezando fue viendo cómo sus Días lánguidos pasaban. Terquedad transcurría callada, como un luto, y preocupada de sus estudios, mientras Reflexión vivía placidamente, como un día soleado, sin prestar atención a la olla que faltaba y que todavía estaba en el Rincón del patio.

X.
Desde el sur anunció su visita Ruinal que con traje de tigre causó alegría y largas conversaciones. Ruinal es un preciado amigo de Reflexión; lástima que su novia Pingüina no lo pudo acompañar al puerto en el que se han desarrollado todos estos capítulos. Reflexión naturalmente le contó de los llantos de la Pata de chancho, su guerra perdida y su destino desconocido hasta ahora. Ruinal es de una curiosidad arrasadora, levantó la tapa de la olla y por segunda vez dio Luz a esa pata abandonada. Reflexión quiso evitarlo, pero el tigre fue más rápido y cuando ambos miraron dentro sólo encontraron silencio, tierra hasta el tope y muchas Hormigas aprovechando el entierro.
Finalmente Reflexión comprendió: Terquedad fue Dios, quien permitió la vida y después la quitó. El deseo de la Pata de chancho se hizo realidad a medias, pues nunca Caronte en su basurero la transportó hasta el paraíso de los 9 Círculos.
Terquedad sepultó a la Pata de chancho y la historia se acabó.

Epílogo. (N. de la A.)
El Destino sabrá castigar a sus pecadores, y ya escrito en El Libro está. Sin embargo, esta fabula es el testimonio de una realidad que supera la ficción. Mi amigo el rey Arthur me sugirió escribirlo, pero sólo un trance místico y otra virtualidad son las que se hacen cargo de lo aquí dicho. Ya no quedan Vecinos ni Reflexión. Todos ellos se han ido.
Pero la olla con paciencia de hierro tolera que de ella hayan hecho una tumba.
La Pata de chancho no volverá a recibir la Luz.

-diciembre 2004-

Sobre la Mentira y la Verdad

En La Última Cena de Tomás Gutiérrez Alea (1977 ¿?), los esclavos se sentaban a la mesa del señor Feudal y compartían en un momento de hipócrita caridad con oscuras intenciones de pregonar y justificar una realidad teñida de latigazos y maltratos. El señor Feudal ofrecía suculentos platos y alimentos bien cocinados con los refinamientos propios de un hijo de conquistadores, buscando –quizá- una cristianización y la enseñanza de “buenas costumbres” a los bárbaros negros e indios que componían el grupo de subhumanos que trabajaban su tierra.
Sin embargo, el señor Feudal tras cierto rato tolerando poco o nada colores y contexturas de piel nativa distintos a su frágil y pálida piel foránea, con la excusa del “baño” se retira a respirar aires más llenos de perfumes y no tanto sudor de esfuerzo y cansancio.
Así, un momento de sonrisas no forzadas, de pelucas caídas y camisas desabrochadas por la temperatura sin estar bajo el abrigo de la humedad nocturna hizo que entre los esclavos se miraran picaronamente, sonrieran por la buena comida y alguno hiciera un comentario de casi agradecimiento. De repente, un golpe en la mesa con el vaso de aguardiente y uno de los presentes comienza a contar este cuento:

“Se dice que en tiempos antiguos, donde ya nadie recuerda dónde ni cómo ni por qué, iban la Mentira y la Verdad por diferentes caminos. La Mentira era flacuchenta, de rasgos insultantes, rastrera, débil, ágil e ingeniosa. La Verdad era esbelta, fuerte, de voz tronante, hábil y bella. Un día ambas figuras se encontraron en un cruce; al reconocerse, desenfundaron sus machetes y se amenazaron de muerte. La una queriendo aniquilar a la otra, y la otra queriendo engañar a la una.
Un movimiento certero, un filo cortante y un choque de ambas figuras. Como la Mentira era más veloz y angulosa que la Verdad, ¡logró ensartarle su machete! La cabeza de la Verdad rodó por el suelo y la Mentira se rió de gusto. La Verdad en su desespero buscó y buscó ciega hasta que tomó la cabeza de la Mentira, se la arrancó con sus poderosas manos y creyendo que era la suya, pues se la puso en su cuerpo…”


Dicho esto, volvieron a mirarse los presentes y uno de ellos con mirada perdida dijo que no entendió. Los otros reaccionaron con carcajadas quebrando el suspenso de la historia y lo llamaron zopenco. En ese instante volvía el señor Feudal con la peluca acomodada y los polvos faciales renovados; con dientes aceitosos sonrió a su alrededor y preguntó qué tal estaba la cabeza de cerdo recién servida. Todos rieron, dijeron que “muy buena, patrón” y siguieron comiendo. Miradas cómplices y sonrisas de lo políticamente correcto. Un “gracias” bien seseado y todos a dormir.
Misión cumplida. El señor Feudal se siente satisfecho y se duerme borracho en su lecho de exóticas plumas. Días después los esclavos le quemaron el rancho.

“…Desde entonces, anda por la faz de la tierra el cuerpo de la Verdad unido a la cabeza de la Mentira. ¿Cómo reconocer cuando habla la una o la otra? Nadie sabe, nadie sabe.”

NOTA AL PIE: cualquier asociación generada o cita evocada es mera responsabilidad del lector. Nada de lo aquí dicho tiene relación con los personajes mencionados.

-noviembre 2007-

El Guerrero y la Serpiente

En tiempos de desconocida verdad y todavía por conocer, andaban dioses, seres míticos, héroes y toda una sarta de desechos imaginarios producto de esa constante de querer explicar el mundo sensorial a través de virtualidades fabulosas que tanto éxito han dado a las letras sabihondas de nuestra occidentalidad.

Los espacios se recreaban y materias posibles e imposibles eran invocadas por el lenguaje, cuyos delicados pincelazos desdibujaban la realidad trayendo otra para el deleite de sus espectadores. Y es así que en una obra de teatro igualmente virtual se encontraron un hacedor de mundos, un guerrero y una serpiente como primer escenario.


ESCENA I
“¿Qué le dice la Serpiente al Guerrero?” (Hacedor de mundos)
+ (Responde la Serpiente) Primero, que se fije donde pisa. Inmediatamente después y sin tanta arruga de sus inexistentes cejas, que qué lindas sus sandalias -tan adecuadas para la época-, que dónde las ha comprado porque le quedan de maravilla, pero que debiera cuidarse esos callos. Al final le diría “córrete que me tapas el sol” (copyright Diógenes Laercio), ya que sería lo más lógico de parte de un reptil a un bípedo ancho y alto.
Sin embargo, el Guerrero no escucha. Entre tanto andar y reandar caminos, el polvo no sólo se acumula en sus ropas, sino también en sus oídos. Con la travesura del dedo meñique de andar husmeando fuera de la sandalia, percibe que algo resbaloso se mueve allá abajo, en el piso, donde está la tierra. Un siseo, unos colmillos, una lengua bífida.
La Serpiente está presta a lanzarle una mordida a esos tobillos resecos, mas el Guerrero como todo héroe que sólo se manifiesta en situaciones extremas da un salto extremo hacia el otro extremo, salvándose así de la mordida y dejando a la Serpiente refunfuñando bajo su lengua.
+ (Habla la Serpiente) Pero si yo sólo quería conversar un ratito…
El Guerrero se da cuenta de los oídos y va hacia el río -que siempre estará cerca de una clásica escena como esta- a lavárselos. La Serpiente impaciente prefiere irse a buscar una tal Eva que sea menos sorda, pero el guerrero como toda vanidad de héroe y ya con los oídos bien lavados da otro salto y ruega las disculpas a la Serpiente
- (Habla el Guerrero) Perdón… no fue mi intención y he sido un maleducado… por favor, a veces me descuido de mi personal descuido. ¿No le gustaría acompañarme enredada en mis tobillos y así llevarla más comodamente por estos andrajosos caminos?
+ Yo feliz, será un transporte mejor que el Transantiago. (Responde sonriente la Serpiente, mientras deja a Eva que le da la mordida a una manzana)
- Pues voy en mi Dosch, súbase no más! No hay que pagar más que el precio del olor de mis pies.
Mientras, se ve el rostro aburrido de Eva cuando de la manzana sale el gusanito de Pinocho dándole la retahíla de moralidades a la pobre Mujer que volada andaba.
+ Le recomendaría además que usara una crema humectante para tobillos. (dice la Serpiente bamboleándose enredada en la pierna del Guerrero)
Atrás queda Eva con un gusano en sotana; se escuchan unos truenos y Adán decide inventar un nuevo personaje al que le llamará Dios. Pero entre movimientos mágicos y ondas multicolor lo que inventa es otro gusano que incita a Eva a apostar como enajenada… “el juego, el juego”, le susurra, mientras el Azar y el Destino comienzan a guiñarse los ojos y sacan los dados… “el 1 es 100, el 5 es 50, se juega con 6 dados”
El Guerrero sonríe como héroe y le pide a la Serpiente que se calle, porque su lengua bífida le causa cosquillas en sus tobillos resecos. La Serpiente, disfrutando las carcajadas del Guerrero, sigue hablando y hablando y hablando y…
“Nace la Comedia” (Hacedor de mundos)
Pero como todo héroe, ante el gusano de la suerte y truenos de divinidad no creada, se tropieza súbitamente, le aplasta la cabeza a la Serpiente y…
“Nace la Tragedia” (Hacedor de mundos)
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El imaginario colectivo no deja de reproducirse y aunque ya se habla de inconcientes, subconcientes, infraconcientes y otros faltos de conciencia o con-con-ciencia en conciertos, desconciertos y otros técnicismos de esa disciplina naciente tan fascinante llamada psicología, psiquiatría, psicopatía y psicomagia, las medidas temporales de nuestra historia se asemejan a las mediciones arqueológicas o astronómicas, donde se habla de siglos y millonécimas de años como si se contara de la semana pasada.

Es así que para nuestro segundo virtual escenario, aunque los rayos catódicos se habrán inventado, Hertz habrá descubierto las ondas de radio, muchas revoluciones se habrán iniciado e incluso se hablará de las fábulas como Arquetipos mentales cuidadosamente clasificados, todavía los cuentos de hadas, dragones, seres magníficos y animales que hablan llenarán ese espacio del infinito que ningún método científico podrá nunca hipotetizar.

Nuestro Hacedor de Mundos habrá desaparecido sin que nadie lo haya notado.


ESCENA II
El Guerrero cuando ve que la Serpiente no responde, se asusta y sale corriendo, pero ¡ay! Un punzaso extraño le hiere su rodilla y más asustado aún, se muerde los labios, arruga el ceño y como todo héroe que soporta estoicamente el dolor, logra arrastrándose escapar a otro lado.
La Serpiente despierta días después medio desguañangada y un hijo de Adán ágilmente le ofrece un contrato para que sea la mala en las películas de la historia. Le habla de éxito, dinero, popularidad e influencia. Pero la Serpiente como está medio atontada no se da cuenta que en realidad lo que firma no es para películas… sino para telenovelas caribeñas y para un cómic mejicano, en el que además le ponen unas plumas que no le vienen nada a su estética de antigüedad bíblica.
El Guerrero ahora con un problema en la rodilla pues se va cojeando a mendigar a los pueblos… Es que ya no puede pelear con el Dragón ni salvar a la princesa; después de la caída, el Guerrero necesita que le operen los meniscos.
En su camino a los pueblos, cansado decide sentarse y escribir un par de aforismos. Comienza a escribir que eso del “guerrero” es metafórico... Y de repente ahora tiene otro objetivo en su vida, todo ha cambiado: ahora su trabajo es buscar un editor.
El Guerrero va donde la Serpiente que hecha una diva de las telenovelas -mejor conocida como la “Culebra”- tiene un montón de plata, lleva siempre unas plumas de colores y vive en un altar. El Guerrero humilde y con vestimentas raídas le quiere pedir un préstamo para la publicación de su nuevo libro: el “Manual del Guerrero”. Con esa copia, pues se buscará el editor…
La Culebra recibe al Guerrero en su mansión Azteca. Sabiendo quién venía, pues hasta cambió su piel para la ocasión. Cuando el Guerrero entra lo mira directamente a los ojos y le dice:
+ ¿Qué nos pasó? (Las plumas brillantes en el cuello de la Serpiente tiemblan de emoción e indignación)
- Tú con plumas y yo sin meniscos… En el transcurso del tiempo y los gusanos de la Moral y el Azar… ¿Qué nos pasó? (Todo queda en suspenso, todo queda en silencio. El Guerrero lleva los meniscos en la mano y se ve su rostro de incomprensión)

(Luces off)

(El público aplaude)

Se cierra el telón...
y se vuelve a abrir: salen los payasos haciendo malabarismos, cantando, riendo y uno de ellos recorre las butacas, pidiendo con su grotesca sonrisa dibujada una gentil colaboración.


FIN

-marzo 2008-

Cuánto sonido étnico...

Es como ese juego de niños, cuando nos fascinábamos por dejar caer gotas de pintura en un papel y después lo doblábamos en dos. Gotas de colores en una emulación de Mondrian o Kandinsky, pero con el factor azar mucho más presente; un gesto de improvisación que con la mirada de la infancia el deleite estaba en los colores, y su caída. Pero tras doblar la hoja y encontrar esas figuras ocultas que un test de Reusch intentó estúpidamente darles un sentido de inconciencia reprimida, el niño abría su boca de asombro. ¿De dónde salieron esas imágenes? Y así, doblaba el papel una y otra vez, viendo el aleteo de la nueva abstracción y para el adulto quedando la sonrisa gastada de una vanguardia netamente descriptiva... -marzo 2007-

Un mago que no sabe hacer magia

Un mago que no sabe hacer magia. ¿Pero qué mayor magia que el juego de palabras y el intento de convencimiento? Una recreación de la magia, sin efectos especiales ni colores brillantes, pero sí con mucha imaginación para querer desvirtuar la realidad… la voluntad de transformarla… y el trágico hecho de no poder. De ahí la reacción más sana, dentro de un concepto de clara locura, por supuesto: la risa y la consiguiente complicidad del resto. Sí , es un mago… hace magia con su humanidad. La comedia es un arte que sólo un espíritu trágico es capaz de hacer con la mayor sinceridad... es la redención de toda esta terrenalidad. -junio 2008-

Esperar

¡Es tan curiosa la forma en que los alemanes tienen una paciencia invaluable! Y ves la fuerza en que por años esta capacidad se ha educado tras tantas guerras, tantas reconstrucciones de sí mismos, tanto trabajo de re-hacerse, re-unirse, re-encontrarse. Igual que la ciudad, se ven cicatrices de esta labor, a veces no se ven, pero la historia se encarga de recordarlas y así con el transcurso del tiempo. La paciencia como una espera perenne que ya también deja sus huellas en algo tan, digamos “evidente”, como el baile. Los alemanes desean la perfección y si no la alcanzan son tímidos. Pero he ahí que el preciado arte de tostar y fermentar la cebada actúan como salvación: después de un par de cervecitas la espontaneidad ya no tiene que esperar para manifestarse, simplemente sale con la frecuencia que dan ganas de ir al baño a hacer pis. ¡Y así los alemanes bailan! A todo esto, yo creía que era un mito, pero no lo es: la “pilsener” o la susodicha pilsen fue inventada en Alemania, en un pueblito que lleva el mismo nombre... Pero es en eso precisamente donde se ven los estragos de esta educación: el cuerpo es TAN tieso… Con esto no intento de manera tangencial evitar mi propia rigidez, pero debo admitir que hasta mis huesos son más armónicos y si bien el papagayo interno no es tanto de selvas como de cordilleras, igual el caribe en estos nórdicos y fríos aires se destaca. Los alemanes más que mover el esqueleto es casi como que lo quiebran, a veces hasta da susto mirarlo, ¡en qué momento el pobre se descoyunta alguna articulación!… Tanta contención, tanto control.
A propósito de estos “quebrantos”, el otro día, un Plácido Domingo, me fui de paseo en bote junto a una amiga. Recorrimos canales y otros ocultos caminos del río Havel en un bote donde habíamos cerca de 30 animales alemanes (y nosotras dos, las más raras en esta selva) bailando en una rave marítima con una DJ fabulosa y pegándome con el paisaje de chocolate que había a mi alrededor (“los árboles se veían tan lánguidos…”) y los colores brillantes que me tenían literalmente drogada con las sensaciones. Fue un viaje fabuloso; puros personajes de fábulas, pero sin moraleja. En ese momento pensé si yo no andaría en la Nave de los Locos, pensé en Fellini y vi un montón de discapacitados quebrando el esqueleto para moverse con el beat trance. Me sorprendí de tener tal pensamiento: “todos parecen discapacitados” Lo compartí con mi compañera de fiesta y la socia me dijo “¡¡síiiiiii, es verdad!!”, confirmando que yo no alucinaba.
Sin embargo, la mejor muestra de esta espera se ve en los semáforos.
Algo que es siempre fascinante es el estoicismo de una persona para mantenerse inmóvil cual yogui atenta y observante esperando con una fe inquebrantable lo que es absurdo esperar, es decir, que cambie la luz a verde y le indique que puede cruzar la calle. El peatón no ve más allá que el semáforo. De hecho no pasa ningún auto, no se ve nada a la distancia y el peatón no cruza porque la luz es roja. ¡La programación está TAN bien hecha! Una voluntad de espera titánica. Yo no aguanto y cruzo… a veces, incluso, miro intencionalmente a la otra persona como para “animarla” a cruzar y no seguir esperando algo que carece de total importancia. Pero nadie me ve, sólo esperan la luz…
Más de una vez me han tocado la bocina con cierta molestia por yo ir ejerciendo mi libre albedrío y no haber esperado la luz verde peatonal. Es entonces que la espera ahora se traduce en esperar la excusa para descargar ese control, esa contención. Al más mínimo gesto de “romper la regla” que se presenta, ZAS, el bocinazo, el insulto gutural en un idioma que igual suena a veces como masticando piedras, o el clásico acelerar para que “ruja” el motor. Yo me río de la falta de paciencia en este caso y les respondo a veces con un gesto o de una con un “calmao, loco” y la mirada de malandra caraqueña, ja!
¿Uds. podrían esperar? ¿Será que de eso nace nuestro impulso, nuestra pasión, nuestro ritmo latino? Yo busco aquellas huellas que me den pistas del estereotipo “latino”. ¿Qué es ser latina? Yo lo soy y a mucha honra. Con orgullo e incomprensión en cómo alguien no podría ser así. O sea, ¿por qué esperar la luz verde oficial cuando se puede cruzar ahora?

Y bueno, mientras espero, me tomo mejor una cervecita y sigo mirando la gente.

-mayo 2008-

Lavar

Ciertamente las costumbres foráneas a veces fascinan, otras fastidian, otras sorprenden, otras se copian y otras simplemente no se entienden.
No mencionaré las fascinantes ni las fastidiosas, porque el aspecto subjetivo estaría demasiado evidente y no me interesa recrear espacios de sentido para que mis preciados lectores traten de acercarse a lo que mis manos intenten expresar a través del tecleo monótono con igualmente monótonas letras en una carta que incluso les parezca monótona en sus colores monotemáticamente blanco y negro.
Así que por el contrario y sin tanto sentido de por medio, pues les comentaré una de aquellas costumbres germanas incomprensibles, como por ejemplo la que tiene que ver con esa rutinaria y prosaica actividad conocida popularmente como el clásico “lavado de platos”.
Consabidísimo es el antiguo arte de “faire la vaisselle” o “hacer la loza” o simplemente “lavar los platos”. La costumbre en sí posee bastante sentido y es hasta lógica: hay platos sucios, hay que lavarlos. Ya que carecemos todavía de un sistema de reciclaje poderoso y una máquina productora a escalas groseramente exageradas de platos desechables que cubran las inevitables 3 comidas diarias, además de los picoteos entretanto y otros caprichos de la gula y el gusto a deshoras de una población en perenne crecimiento, pues no queda más que siempre lavar los platos. ¡Qué decir de aquellas casas donde se conservan con fervor devocional la vajilla y la cuchillería de ancestros perdidos en árboles familiares de quién sabe qué noble origen o cualquier invento que merezca prolongarse en el tiempo, así el decorado esté excesivamente obsoleto o las florcitas pintadas tengan un toque “de la abuela” que ya ni por kitsch pueden pasar!

¿Pero qué querrá decir La Cuchilla con tanto blabla?
Me detengo a pensar en las diversidades culturales e imagino las posibles formas de lavar los platos en diferentes partes del mundo… Y no se me ocurren muchas diferencias, excepto quizá en el jabón: quizá haya culturas donde se lavan los platos sin jabón y en su lugar se restriegan los platos con… ¿tierra?, ¿extractos de plantas?, ¿la lengua de un gato?, ¿un trozo de cuero de algún animal?, ¿el humor vitreo de los globos oculares del ganado? También pienso que quizá ni se restriega nada y en su lugar se remoja todo en agua caliente. Llego a imaginarme incluso que ni siquiera se lavan los platos, sólo se les pasa una servilleta y ya.
Pero después llego a Alemania y descubro que mi imaginación es muy pequeña.

En este momento, diga “YO” aquella persona que cuando va a lavar los platos cumple con la estructura “agua-jabón-agua” o a veces sólo “jabón-agua” (esta última no puede ser al contrario)
¡Ahora dices “YO”!


Ahora hago un paralelo entre el proceso de lavar los platos y lavarse el cuerpo propio. El cliché de que los europeos se lavan menos que los latinoamericanos es y no es cierto. No mencionaré sobre los otros países de este viejo y rancio continente, sino que me restringiré a las fronteras germanas. Es así que hasta ahora he podido comprobar que los alemanes en general se duchan todos los días y lavan sus ropas por lo menos una vez por semana; cualquiera diría que son limpios… Pero después ¿cómo se explica el hedor en el metro o que tras una cicletada hasta la chica más linda o el chico más guapo ventilen sus cuerpos y se esparzan por las partículas del aire esos TAN estancados humanos olores? En mi caso, me mata cualquier atracción y más que despertarme instintos de procreación, me dan ganas de abrir la ventana!!
La respuesta a esta supuesta paradoja –desde los ojos deslavados por mi cultura- subyace en el jabón precisamente. Los alemanes no usan jabón, por considerarlo un poco “agresivo” para la piel… usan “crema de ducha”, algo que yo definiría como un perfumito-crema suavizante que hecha alguna espuma y se puede enjuagar, a pesar de lo resbaloso... Algo así como el jabón líquido que el mercado ha sacado para simular que te estás lavando las manos...
Bueno, sí, quizá incluso más importante que esto -dirían uds.- es el hecho de que no suelen usar desodorante. No obstante, incluso cuando lo hacen, tampoco sirve de mucho (¡OJO!, comprobado por “mis pupilas olfativas”)
También observo que los alemanes son grandes amantes de los baños de tina, una manera de remojarse a sí mismos. Tampoco usan jabón, sino que “espuma para baño de tina” y se quedan ahí un buen rato.

¿Y qué es lo incomprensible del lavado de platos, Cuchilla?
Mojan los platos, les echan el líquido lavaplatos, los resfriegan con alguna esponjita o cepillo y después los ponen en el escurridero. Todo bien, todo suena normal, hasta que poniendo más atención veo que hay volutas de jabón y espuma resbalándose por el plato, los cubiertos, la fuente, la olla. Mi primer pensamiento es “oh, ha enjuagado mal los platos”. Todo bien, todo suena normal, hasta que poniendo más atención veo que hay restos de comida, pequeños, mínimos, ahí, pegados. Mi segundo pensamiento es “oh, ha lavado mal los platos”.
La siguiente tanda de platos y me percato de los detalles. Remojan los platos, les echan líquido lavaplatos, crean espuma, los resfriegan desganadamente con alguna esponjita o cepillo y después los ponen en el escurridero. Algo me falta acá… ¡No enjuagan los platos! ¡No lavan los platos! ¡La estructura cambia de orden al igual que la gramática de este idioma: “agua-jabón”, y no puede ser al contrario!
Me quedo perpleja y trato de encontrar una explicación. Los tiempos de guerra y las insufribles épocas de reconstrucción de la ciudad, la escasez de todo y el trauma, más la culpa que cargan tantos alemanes por los estragos del siglo XX, son razones comprensibles que me vienen a la cabeza con mis ojos cerrados buscando y buscando. Los procesos para la purificación del agua que hasta en las construcciones sólo agua potable se usa son un precio altísimo que debe pagar la población y eso también lo acepto como una explicación. Hasta la misma aclaración “lógica” que me da un amigo alemán me parece razonable, a pesar de que la acción última no la he visto realizar con tanta frecuencia: “el jabón está bastante diluido, es sólo espuma y después se le pasa un paño;, así de simple, Vania”
Lo más chistoso de todo es que en alemán tienen UN verbo exclusivamente para describir la acción de “lavar los platos”, ja!

¡PLOP!

Y es aquí donde finalmente acepto el incomprensible modus de lavar los platos que practican en estas latitudes, es sólo la distinción cultural que hace de la diversidad un universo de múltiples colores como pompitas de jabón flotando en la cocina… Pero igual cada vez que saco un cubierto o un vaso, lo observo con ojos desconfiados!

Ps: mis hábitos en este sentido hasta la actualidad no han cambiado radicalmente, si acaso he disminuido el uso del jabón, pero enfatizado el resfriegue de la vajilla –¿respuesta inconciente de mi parte? ¡Soy sudaka hasta la médula de la ducha o de la llave del lavaplatos!

-abril 2008-

Golpe tras golpe...

tu sensibilidad roñosa, (jirones de una olvidada cualidad) vibra como un miedo incisivo, como un clamor estertóreo. -2005-

“Des-esperación"

Una espera no esperada? 

Una espera sin espera? 

Una sin esperación? 

Una esperación con des? 

Una espera a-rrancada? 

Una esperación sin ranca? 

Una espera perdida? 

Una espera no encontrada? 

Una es-peración? 

Una peración??  

Una des-espera o es pera con des? -2006-

Mejor morir en la batalla con un Dios que morir en la vergüenza con un Hombre!

God bless my humor! (y la risa histérica) –bis 3 veces ...Mientras, con un dolor de cabeza de 1000 astillas trizando el cráneo. -abril 2005-