...porque entre las idas, venidas y avenidas, mejor ser luz ida que lúcida.

La Couteau 26

Rasgueos sin cuerdas tonales.

Una caída libre, sin ataduras, sin ligamentos, sin articulaciones y sin visiones de tiempos augurados o simplemente antiguos. Un viento incomprensible golpeando el pecho, agitando mis cabellos y cegando la mirada. ¿Dónde dejé las llaves que me abrían las puertas del olvido? Quizá están al otro lado, donde todavía varios se sostienen con sus opiniones personales creyendo recordarse a sí mismos.
Una caída libre, distendida, aplastada en un efecto óptico, atravesando dimensiones que sólo un gato puede calcular. Me pican las pestañas camelludas, las botas se me escapan y la boca se me llena de vacío, un vacío frío y gris con gusto a regalíz. ¿En qué momento cerré la puerta y se me quedaron las llaves? Quizá en ese instante en que creí abrirla para otra persona, invitándola a tomarse una tacita de té.
Nosotros solíamos lanzarnos juntos y reír en un frenesí desquiciado cuando la adrenalina estallaba en carcajadas, cual figura retorical, cual oximorón, cual monte oxidado. Reíamos y nos acordábamos de la bella del día y un domingo entre las pulgas del mercado. Era todo un sueño nítido donde puedes volar y nunca llegas a ese suelo duro e impersonal, pedazo de vida terrenal en que gracias a la física y su poesía evita que te hundas hasta las profundidades, el magma ruidoso de un mundo en constante realidad.
Una 
      caída  
                   libre.

La Couteau remece su cabeza. La guitarra marca los acordes, el coro se repite.
All my friend’s have gone away
On this cold and empty day
And I’ve got nothing left to say
’Cos I’ve been down
Yeah, I’ve been down

La Couteau 25



El Justiciero es un trastorno.

El Justiciero es un trastorno obsesivo compulsivo. Le gusta coleccionar de todo, desde chapitas de botellas hasta fotos de personas desconocidas o ideas inconclusas. Al Justiciero le gusta coleccionar destinos de otros.

Cuando niño -abandonado por sus padres en una caja de zapatos como gesto de una nueva “gestión” así mencionada por los periodistas de la competencia cristiana que no aceptan el término ampliamente manipulado en situaciones de abortiva necesidad- fue recogido por una loba, la cual le dio de amamantar hasta que se hizo fuerte y pudo tener conciencia de que sus cuatro patas tenían habilidades distintas de las de su (ma)madre. Así, el licántropo de crianza, mas no de transformación, se hizo hombre
y salió en busca de su destino.
El Justiciero recogido una segunda vez en su despreciada vida, pero esta vez no por una loba sino que por un vampiro, fue enseñado en el arte de la oratoria, las nobles virtudes de la lisonjería y en el arcano y tribal rito de la sangre como signo de poder e inmortalidad. No obstante, el intento de su protector de incluirlo en las filas de los
malditos (así reza la autobiografía señalada en el Necronomicón por el Conde Wampyr) fue en vano, ya que el Justiciero haciendo honra al ancestral desafío entre licántropos y hemófagos se negó a darse vuelta la camiseta, siendo que él mismo se hallaba ya confundido con tantas culturas, naturalezas y aprendizajes embutidos en su figura -diríamos- de alfeñique.
El Justiciero, cuya vida era una burla a un destino no encontrado, siguió buscando en lejanos parajes, más allá de los Cárpatos e incluso sobrepasando los Montes Urales.
De esta forma, en un exilio autoimpuesto alcanzó el ferrocarril transiberiano y conoció tundras congeladas donde encontró descanso a su atormentada e indefinida existencia.

¿Serán estos aires de gélida corteza los que tracen con surcos en mi piel una historia jamás habida, pero siempre ilusionada?
¿Serán estos pastizales yermos los que den firmeza a un suelo que constantemente tiembla bajo mis desorientados pies?
¿Encontraré un trabajo aquí donde no me pregunten qué sé hacer?

Y como por ordenanza bíblica, una tercera vez fue el Justiciero recogido, pero esta vez no por una loba ni un vampiro, sino más bien por una feminista descendiente del linaje revolucionario ruso, ése que se levantó desafiante en un octubre proletario allá por 1917, allá cuando los albores del siglo eran teñidos de un rojo intenso. Kollantai decían que era su apellido...

¿Será este el destino que estaba buscando?

Бабушка Alexandra,
ayúdame a pronunciar el nombre de mi nueva hermana:
¿Banya, Bannlla o Banja?

La Couteau 24


Silencio en la habitación.
La Couteau después del trance que ha pasado este jueves santo sólo alcanza a sostener con dedos temblorosos y un brazo cansado su teléfono móvil, el cual repentinamente estalla en mil chillidos. “¿Quién demonios será?” Su visión está todavía nublada y la transpiración le resbala por el cuello; no puede ver el nombre que la pantallita digital le menciona. El chillido no para hasta que
¡Click!
+ ¿Aló?
- Vanja, ¿eres tú?
+ No, soy mi otro yo. No me llames, no soy quien pueda pronunciar algo coherente tras haber practicado algo tan incoherente.
(La Couteau llora, pues sus sentimientos la embargan)
- Parte de tu integridad es la que te sostiene ahora en este momento al otro lado del teléfono escuchando lo que te estoy diciendo... (Sólo un gemido le contesta) Escúchame, parte de tu integridad es la que te mantiene observando lo que pasa a tu alrededor, analizando y concluyendo...
+ No veo nada, tengo los ojos cerrados.
(Su voz compungida casi no se escucha)
- Parte de tu integridad es la que te entrega las fuerzas para que sigas caminando; si ahora caminas es porque algo te impulsa a hacerlo...
(Es amor lo que hay en esas palabras de consuelo)
+ Pero, también existen los cadáveres: ellos
pueden caminar y tienen sombra.
- Nooo, los cadáveres son materia inerte; carecen de vida. Los que existen son aquellos que duermen y se mueven... E incluso así, ¡los durmientes poseen un instinto que ni un muerto podría soñar!
+ Soy una muerta en vida, entonces.
(La Couteau se mueve por vertices de la habitación en que se encuentra)
- Eres un alma en pena, lo cual es diferente. Si todavía me escuchas, si todavía me entiendes, te lo repito: ¡eres un alma en pena! Los cuerpos que fueron ya no pueden hablar... Quizá no te quede piel, pero todavía tienes nervios.
+ Todo está silenciado. ¡No hay ruido a mi alrededor!
- Vanja, ¡deja de chirriar tu voz! Si sientes miedo, eres natural... Si sientes desespero, eres racional... Si sientes dolor, eres cuerpo... Si sientes, eres vida.
+ Acabo de matar a una vida, aunque haya sido sombra, también vivía... ¿Qué vida se digna en destruir a otra? Sólo una que carece de sí misma... ¡Con mi cuchillo he asfixiado un futuro! Todo está silenciado: ¡NO hay ruido a mi alrededor!
- Ay, por favor, Vanja. Los juegos del Azar y el Destino no pertenecen a tu jurisdicción. No eres responsable más de lo que hagas ahora, no te atormentes por lo inevitable...
+ Yo soy lo inevitable. No soy ni alma en pena ni muerta en vida. Soy lo que no debería ser y por eso no hay ruido a mi alrededor; nada me corrobora; no hay eco de mí misma: soy una mujer sin sombra...
(Las paredes que hay son blancas con los bordes negros y una cortina azul profundo)
- La sombra es sólo un cuerpo a contraluz... (ya la voz interlocutora comienza a fastidiarse de tanta pose dark)
+ Soy un cuerpo no-light y asesiné a mi sombra. Estoy en el infierno.
- Pfff, si quieres decir algo digno di que has salido del infierno. Lo otro es una reiteración insulsa. ¡No merece el lenguaje pronunciar ciertas cosas! Si lloras es porque sientes, punto. En fin, me estoy quedando sin minutos; pronto el celular se va a apagar.
+ Ahora sólo me queda la soledad. Adiós
(otro llanto se asoma en la Couteau)
- Por lo menos, aún estás al otro lado del teléf...
tutututututututututututu...
¡ZAS!

(Todo está silenciado. No hay ruido en ningún rededor. El telón ha caído)


bit bit bit bit bit bit bit… -oh, Vanja, ¿qué has hecho?
¿Dónde estás?- bit bit bit bit bit bit bit…

La Couteau 23



Paren la película.

¡¡Paren la película, no quiero mirar!!”

Este es el nuevo matinée que presenta Estudios Estomakal en esa pequeña sala del antiguo cine porno cerquita de la Pza. Aleluya. La clasificación de este film corresponde, de acuerdo al criterio censurador del súper-yo nacional, a film de clase C, es decir, sólo apto para ciegos.
Según la prensa internacional, esta producción enzimátika es una crítica a la TeVe, además de una parodia de la vida cotidiana, donde los códigos sociales y otras aveniencias de la rutina son desenmascaradas revelando el verdadero rostro de los usuarios: la ceguera. La propuesta estética del film es completamente innecesaria y la tecnología
post-modern es explotada a través de pretensiones del director, abusando del énfasis sonoro y minimizando la imagen visual. Finalmente, lo que obtenemos dentro de este género emergente es un film cuya fotografía está totalmente difuminada y donde sólo los diálogos y sonidos ambientes dan cuenta del argumento. Los críticos mencionan que para aquellos modernistas que necesitan el estímulo visual definido, tienen que ver el making-off del film, donde podrán “ver” a los actores, las locaciones y otros detalles que en palabras del director “se pueden siempre encontrar en el día a día de tu vida”.
En una entrevista hecha a la actriz principal el viernes santo pasado, tras otra de las desventuras acaecidas en nuestra Ciudad por las lluvias que tanto conocemos, ésta indicó que “fue una experiencia fascinante actuar sin necesidad de preocuparse del maquillaje o del peinado, ya que al final eran importantes sólo los colores”. En el equipo de producción explicaron que el casting sólo fue necesario en términos de expresividad vocal y corporal; habían dejado muy claro que NO les importaba la apariencia.
Así, tenemos el surgimiento de un nuevo género cuya inspiración está en el radio-teatro y que en nuestra época el director lo llama
imagen sonora. Demás está decir que ya el director se encuentra elaborando los bocetos de su próximo estreno: “La vida es un sueño crónico donde no puedes cerrar los ojos”.

........................................................................................Vanja no tolera gastar su dinero en nimiedades de un ego inflamado. Después de esta presentación y antes de que aparezca la película decide levantarse y va al baño a maquillarse. Tras empolvarse las pestañas, ¡ZAS!
Ud. no entendió lo que yo le pedí”, y el guardia de la puerta del cine no entiende por qué sangra su antebrazo.


La Couteau 22


Carlotta se llamaba la gata del tejado.

Un café negro en una taza blanca sobre un mantel rojo con una servilleta amarilla en un lugar desteñido.
Un guante de gamuza verde reposa sosteniendo un cigarrillo mentolado “porque me gusta la combinación de sabores raros”.
Una pierna cruzada sobre la otra y pantys de encajes platinados frotando suave su bota, justo donde se oculta ese filoso cuchillo.
Cierto temblor contenido en unos labios que no suelen expresar más que frases repetidas y un juguete para niños de sonrosados colores campanea por un tropiezo.
Ahí, en una bolsa de historias guardado: la bella del día.
booooaaaaaloooooouuuuuuutrrrrrrroooooooaaaaaaeeeeesssssssiiiikkk
Él muestra los dientes.
Él es mago, desaparece y saca de su boca ya encendido un cigarro sin filtro “porque me gusta sentir el sabor”.
Él es nítido.
Y es su emoción y nerviosismo contenido que de repente golpean el instrumento musical de infancias ajadas.
Ahí, en una bolsa de historias guardado: la bella del día.
jeeejejjeeejejjeejjejejjeeejejejjeejajajajajajjajajaooojojjoojooojiiijiijjiijiiiikkk
Pero ya nada importa.
Ambos se han sumergido en el acuario de sus propias miradas. El cristal de sus deseos se remueve entre olas de fascinación y se bañan desnudos en el etéreo eclipse de incomprendidas paraulas que cantonea la banda conceptual de fondo.

Someone has taken you,
someone is taking me
I remember, I remember
making the body search…

Carlotta se escribe con doble T.
Repitto: con doble T.
y Wire, con doble V.

Someone is taking you,
someone has taken me

“Ud. sí entendió lo que yo le pedí”

La Couteau 21



Mesas usadas.

…discos usados, lámparas usadas, bolsos usados, sueños gastados, recuerdos olvidados, fetiches abusados, juguetes destruidos, herramientas inservibles, restos del cuerpo de otros en prendas de moda demodé, huellas del tránsito y del atropello, acumulación de lo innecesario, retroalimentación en un procesamiento sistemático, ventilación de la privacidad ya perdida, risas de color sepia, crujidos de huesos anquilosados, despojo por necesidad, radios sin tonía, caleidoscopios empolvados y cajitas musicales repulidas. El plano muestra al paseante recorriendo sin mirar, riendo sin recor, miriendo sin recorrar. De repente un color brilla como una tela que con el viento cambia de luces y el paseante se siente cautivado: algo llama su atención.
Un vibráfono para manitos de infancia suena hueco en su vejez, aunque con cierta suavidad llega la
nitidez de una frescura y así continúa la diversión. El paseante no puede evitarlo e impulsivamente negocia su transa, mas no esperaba tener otra obsesiva compulsiva en una épica de mundos fabulosos y la intervención vibráfona con quien se ensalzaría en una discusión absurda.
Entre notas disfónicas comienzan las idas sin a-venidas hasta que ninguna parte consigue ese oscuro objeto del deseo: la bella del día.
…miradas usadas, sonrisas gastadas, ánimos olvidados, palabras abusadas, negocios destruidos. La Couteau no lo soporta y susurra “Ud. no entendió lo que yo le pedí”. En cámara lenta saca zurdamente su pequeño Bronx de la bota aterciopelada, dispone el tajo explotando su fuerza, por su mente se trazan los siguientes movimientos, hay fastidio en la mueca hasta que. El paseante la mira
nítidamente y le dice con un acento extraño, confuso, difícil, “no, no entendí… ¿puede repetir?”
En el cuadro de filmación, la escena se congela
durante un suspiro y entonces como exhalo cae la imagen completa al fondo del cuadro.
La Couteau semi confundida le explica en un acto de desacato personal todo-todo al paseante; entonces, ella espera.
y espera
y espera

Qué ojos tan lindos tiene este chico.
¿Cómo se llamará?

Bajo el Sol

en el cálido aroma de un florecimiento, rocío de brotes con finales de ciclos perpetuos y brisas que son poros henchidos, respiro una búsqueda y no encuentro... más que el rumor de las hojas, una sonrisa antes de dormir y una música lejana. cuán do llegaré? cuán do llegaré al bohío?

La Couteau 20



Teatro de marionetas.

En el onírico espacio de la razón, una pregunta a tropezones y codazos se va abriendo espacio. Empuja ciertas neuronas, sacude ciertos axones, abre y cierra otros cajones, acomoda el espejo, saca los trapitos sucios, esponjea las almohadas, peina sus cabellos, conecta la luz estroboscópica, separa la ropa de color de la blanca, extiende los brazos, implora un sacrificio, se sienta en la materia gris y arrulla a la hipófisis: “¿Por qué, por qué?”
El Portero: Doña Pregunta demanda la presencia del señor.
El señor: Dígale que estoy indispuesto y que no puedo atenderle.
Doña Pregunta: Pues hágame el favor de decirle a ese señor insulso suyo que solamente me interesa ver a la niña Respuesta.
El Portero: Doña Pregunta sólo quiere hablar con la niña.
El señor: Jmmm, ¿y con qué chisme vendrá ahora esa vieja? Bueno, ya, avísele a la niña si quiere salir a atenderla.
Niña Respuesta: ...es que ahora tengo ganas de echarme a dormir la siesta, ¿y si le dice a mi hermana Repuesta que vaya?
El señor: ¡Pero si su hermana salió de vacaciones! Dígale que no sea floja y que vaya a atender a esa vieja cotorra, ahora soy yo quien ha quedado inquieto.
Niña Respuesta: ¡No, no, no y no! Es hora de la siesta. Que esa señora vuelva más tarde.
Doña Pregunta: (ofuscada) ¡¿Más tarde?! Esto es el colmo... pareciera una ofensa de la alcurnia... ¿Acaso esa niña no sabe que habla con la gran Nobleza?
El Portero: Ruego me disculpe en la profundidad de su ignorancia, señora, pero informo a Ud. que ésta es la familia Aristocracia, la cual si bien tiene lazos con la suya, ambos sabemos que la N viene después de la A.
Doña Pregunta: ...pero... ¿Por qué?
El Portero: (suspiro) Si lo desea puede volver más rato y ahí la niña le responderá.
........................................................................................................................¡Riiiiiiiiiiiiiiiiing!

La Couteau aplasta el reloj. Una miope realidad va definiendo mejor sus contornos a medida que se limpia de esas lagañas tan faltas de glamour. Un ángulo de plano frontal desde el vértice derecho de la pantalla sigue los pasos adormecidos con los que Vanja se dirige al baño. Agüita amarilla se va por el desagüe y un bostezo de cíclopes se traga el escenario.
Con movimientos calculados y rutina aprendida sintoniza el dial y el altavoz chicharrea el radio-teatro matutino:

...¿Por qué?, ¿me preguntas realmente por qué? ¿Es que acaso, José Leonardo, no te puedes imaginar por qué?
Pedro Enríquez no me vengas con excusas de mala clase. Dime de una buena vez, ¿por qué me engañaste?”

El dial semi escandalizado salta a otro programa sin darse cuenta muy bien por qué. “Este capítulo lo están repitiendo... ¿será que hoy es el día de la marmota y estoy leyendo el periódico de ayer?”

Doña Pregunta reformula su pregunta:
¿por qué, Vanja?
¿por qué te dicen la Couteau?”
Pero la niña Respuesta sigue durmiendo la siesta...
El Portero cierra la puerta
y el inconciente queda relegado al confinamiento solitario.

La Couteau 19


No light en Marlboro.

Marlboro no-light
camina con destellos amarillentos bajo sus ojos.
Albores de fines cercanos
y sonrisas mal dibujadas
transpiran el trapecio donde cuelgan sus sueños.

Marlboro no-light
desanda caminos andados con pasos de ligera desventura.
Un título en su mano
y lápices sin punta
deshacen retazos de papeles ya hace tiempo abandonados.

Marlboro no-light
piensa en depresiones nostálgicas de un pasado mejor.
Asunciones de penas
y miradas extraviadas
configuran la realidad en un trazo incomprensible.

Marlboro no-light
entrando a un callejón oscuro se pregunta dónde está.
Infortunios de lágrimas ahogadas ¡ZAS!
y antebrazos marcados ¡ZAS!
señalan la muerte que sangrante llega desde una daga.

No-light.

(Silencio, cae el telón...)

La Couteau 18



Clara Rockmás había tenido una vida de telenovela.

Primero creció en una casa de ensueños, con jardines amplios, sirvientes y la suficiencia que el dinero siempre puede dar. Solía correr animosa y revolcarse de gusto en ese pequeño bosque que tantas fantasías le causaba. Era una fiel apasionada de Caruso y cuando escuchaba su voz de tenor italiano extasiado, Clara no podía evitarlo y dramáticamente se ponía a llorar. Su educación había sido de excelencia, hablaba más de un
idioma e incluía el alfabeto para sordomudos, las señas del semáforo y el morse para enviar esos telegramas -bromas gastadas en cualquier programa de televisión malo- con los que creía divertir a todos. Clara aprendió a tocar el theremin, además de hacer sonar el triángulo, el vibráfono y sostener el diapasón con sus dientes mientras afinaba su teclado Casio.
Clara Rockmás era hija de la música concreta y la primavera de Stravinsky. Vivía en la jaula de su padre llamado John acompañado de su madre -las notas atonales- y su perro Duchamp. Todo era un perfecto cuadro vanguardista donde nada se entendía, pero cada quien se inflaba diciendo que era puro aire conceptual.

Un día vio una película que la dejó paralizada y trastocó su cerebro. Creyó que las
criaturas celestiales venían realmente del cielo y sintió iluminada su convexa realidad. Decidió ser un personaje y adoptó la personalidad desdoblada de Juliet Hulme. Experimentó dulces de colores y flotó con elefantes bailarines. Iridiscente, el paisaje neozelandés lo rellenaba con figuras de cartón y piedra animada, armaba castillos de tekno y Orson Wells era el toque del diablo. Tuvo una gran amiga, de quien creyó enamorarse a sus 15 años, planificó el asesinato de sus padres y sólo el traslado a los Alpes Suizos se lo impidió.
Entonces, dióse cuenta la pequeña Clara que su papel bastaba para ser la discapacitada en silla de ruedas que veía a Heidi loreléi-hi-hú rodar por pastizales setenteros hechos de acuarela y otras infantiles manchas. Ahí respiró purezas libres de palabras, tañó cuerdas de un arpa artesanal y aprendió a leer el lenguaje de la naturaleza.
Pasada su adolescencia y con impulsos largo tiempo reprimidos volvió a la urbe y se encontró con el espíritu post-punk. Las horas de ópera, ensoñación y bucólicos poemas octosilábicos habían quedado ya bajo la bomba de nitrógeno. Ella era la amante de un robot apocalíptico. De entre las cenizas se levantaba una nueva sociedad con un corazón quebrado. Su tarea era reconstruir las ruinas que quedaban y evitar que la invasión de esas réplicas humanas contagiaran al resto con su enfermedad: el deseo de superación.
Clara fue guerrera interespacial en su propia tierra y cayó en depresión. Desde entonces siguió los pasos de un borracho, recogiendo de vez en vez y de cuando en cuando las colillas que encontraba; fumaba y las volvía a escupir.
Su nombre cambió, su figura también y tuvo una vida no-light hasta que
no entendió lo que alguien le pidió.

“…I've seen things you people wouldn't believe.
Attack ships on fire off the shoulder of Orion.
I watched C-beams glitter in the darkness at Tan Hauser Gate.
All those moments will be lost in time like tears in rain.
Time to die…”

La Couteau 17


La economía según las vacas.

Un mujido de llanos pastos en 4 estómagos”

Otra carpeta más que queda en manos de la entrevista.
Otro cigarro más que queda aplastado en la acera de la parada del bus.
Otra sonrisa sinrisa más que queda dentro del rouge y
los tacos que llevan de una puerta
a otra.
A veces interactuar puede ser tan agotador”, dice Capicúa a su amante del círculo polar cuando regresa de sus 500 horas semanales en ese lenguaje que sólo los expertos pueden interpretar: rajabart a rilas euq yah
Limpio una copa –¡cuidado, que no caiga al suelo!
Limpio otra copa –ay, está trizada
Limpio 2 copas –el lavaplatos es tan pequeño
Limpio otra copa –parece que tiene algo pegado
Limpio 3 copas –se le quedó pegado el
rouge
Limpio otra copa –prefiero el champán
Limpio 4 copas –llevo 12 copas limpias
Limpio otra copa –¡que no me inviten de copas!
Limpio 5 copas –me dio sed
Limpio la última copa –¿dónde quedó el
rosé?

Vanja regresa a su casa y quiere escribir un poema dadaista sobre el colector de basura. Intenta emular una MalaLágrima e infundir con ello mayor emocionalidad, pero no le resulta. Se aburre, no escribe nada y deja el papel con un par de sueltas letras guindando aquí o allá. Vanja cree que la lírica no es lo suyo y comienza a hacer dibujitos con las letras, balanceándose de un lado a otro y dejando cascadas giratorias de a-sentid
as. Traza líneas que no terminan y se derriten en otras figuras amorfas: una flotante lejanía, un respiro de horizontes sin diámetro… Acabas de citar a Apollinaire sin darte cuenta y sin tanto ofuscamiento por arrugar tus labios.
En fin, te cambias de ropa y
vuelves a ser otra persona más que queda después de una jornada laboral.
Cuando estás de turno en la oficina tu uniforme es tenebroso, de colores naranja y azul para no confundirse con el blanco ni el gris o el negro del vertedero. Costó que te aceptaran, pero se convencieron (¡ZAS!) de que podrías ser una gran oportunidad. Ahora has ascendido de puesto y ya llevas dos medallas y una condecoración.

Desde que la Couteau está al mando de este antiguo lugar, la basura nunca más se ha vuelto a acumular.


nunca más”

La Couteau 16


Una malhumorada de notarios faltantes

Arrastras el peso de patas de gallos y labios sin botox. Quieres tener más volumen para sonreírle al narco y que seas la elegida en el aburrido momento de distracción pélvica por el que adicciones pagan al mejor postor, si es que antes no se han acribillado con plomo en la sangre. Revientas tus rótulas con zapatos mal comprados cada vez que sales a ejercitar la resistencia de tu corazón. Después escribes una oda a la resistencia (y no a la segunda guerra) haciendo de tu cuerpo una armadura romana de hierro forjado. Finalmente te acuestas en el barro y dejas que esa crema esconda los ya para que parezcan todavía… “Sin tetas no hay paraíso” y tú has sido muy beata.
La realidad social, la influencia del medio (del miedo), la vulnerabilidad y la rebuznancia son presentes sin tiempos. “¿Para qué voy a estudiar si eso no me da de comer?”, preguntas con acento colombiano y Mafalda con un eco menos prosaico pregunta con acento argentino “¿y lo que me enseñaron en la escuela qué?”.
Llega tu día afortunado. Ligera te esparces por los aires saltando de una partícula de contaminación a otra hasta que entras reluciente por la puerta guardada por el santo carcelero. Una visión edulcorada del bisturí junto a otras herramientas para hacerte el implante deslumbran tu deseo. De sólo pensarlo ya te sientes otra. De sólo sentirlo ya te crees otra. De sólo creerlo ya te sabes otra. De sólo saberlo ya estás en el hotel cinco estrellas. De sólo estarlo ya te has quedado dormida de placer. De sólo quedarte ya te hicieron una foto. De sólo hacerlo ya…
¡Basta! ¡Qué manía de andar repitiendo los verbos para perpetuar la misma estructura sintáctica! Buf, tengo una angustia en mi dedo meñique y necesito beber un té. Quizá más tarde continúo con la telenovela, quedan aún tantas horas por ver…
Ya en la cocina, pone el agua a hervir, saca una taza con flores pintadas y guarda la cuchara de palo. Saca el té de jazmín. Va a la sala y

-CLICK-

Notas del voyerista de ese otro observador sin justicia:
“Apagó la televisión. He visto cómo caía su rostro en decepción, sujetaba su frente con la mano del pensador y gritaba con desespero esa tan curiosa expresión: ¡no frunció el seño! Después sus catalejos se abandonaban al vino. Me pregunto qué le gustará de esa telenovela colombiana. Ahora está sentado escribiendo. ¿Qué anotará? Daría mi reino por ese plato…”

Notas del Justiciero, observador sin justicia:
“Una vez más no puedo predecir lo que ella hará. ¿Por qué no quiere saber lo que pasará después que le pongan el implante a la protagonista? ¡¿Por qué?!”

Notas en la nevera de la Couteau:
“Espinacas
Mostaza
Azúcar (negra)
Leche
Huevos
Salmón para la cena de mañana”

“¿Cuánto tiempo es que dejo remojando el té?”

La Couteau 15


El amor es un despropósito.

Afuera brilla la nieve; la blanca, eterna y aburrida nieve.
Los niños juegan entre trineos, peleas, resbalones y múltiples colores, ropa tejida con la industria cultural de una tecnología post-modern. Hasta acá se escuchan los chillidos y risillas de un candor no mancillado.
Corren-ren-ren-ren-ren-ren...
Gritan-tan-tan-tan-tan-tan-tan...
Son felices ahí, revolcándose en la maldita nieve, como si jugar con el noveno círculo del infierno fuera la manera más simple de no pensar en la muerte.
¡Oh! Esa criatura se cayó y esta vez el golpe le ha dolido. Su risa de amor ahora es un llanto de miseria. No quiere más nieve. Ese fiel amigo es de repente un cruel señor. El susto no distingue razones. El blanco se transforma en vértigo de distancias y para sentirse más segura, la criatura no quiere soltar a quien ahí la llevó.
Lo que no recuerda una cabecita enceguecida es que bajo el guante de mentirosa suavidad se esconde una mano en cuyas arrugas están las huellas de tantos patinajes sobre hielo.
“Ven, mi amor, mañana volveremos a jugar”.

La Couteau recuerda el día en que comenzó a temerle al calor, hace ya unos años. La radio vibra con voz
de exótico desgarro
…no necesito amar /
tengo vergüenza /
de volver a querer /
lo que he querido…

(Es hora de salir a buscar un trabajo. La época del colegio se terminó)

El cuchillo que consiguió en el mercado de pulgas el domingo pasado -ése donde conoció a ese chico extranjero- ahora está ya bien afilado. La mano de la razón hace malabarismos con la daga, pero es su zurdo destino el que la lanza y la deja ahí: clavada en la pared. Te has hecho fama y ni tu hermano postizo se atreve a sonreír. Vanja, la Couteau, te llaman…


La Couteau 14


Delirium Tremens o la psicopatía del paranoikear.
El periodista le pregunta al reportero si la Noticia le quedó bien o no.
El reportero tras leerla se ríe con ganas, guiña un ojo y le dice al periodista que quedó súper bien.
El periodista no se siente satisfecho y va donde está el diagramador.
El diagramador lee la Noticia y le señala que sería bueno acortarla un poco.
El periodista re-escribe la Noticia.
El reportero se ha ido a dormir.
El diagramador está en la sección Deportes.
El periodista sigue con el gusano de la inseguridad.
La Noticia se titula "Nota trágica de un incidente acontecido poco tiempo ha"

El periodista tiene tanto temor que no publica su nombre; decide vender la Noticia a unos Estudios con nombre curioso.
Los Estudios compran con gusto la Noticia, la cual dejan en manos de un Inspirado.
El Inspirado adorna, colorea, re-estructura y tiñe la Noticia.
La Noticia es ahora un travesti informativo.
El travesti se subtitula: "una tarde cualquiera de un año en blanco y negro".
Los Estudios lanzan a la red al travesti a ver qué reacción pública provoca.
El periodista lee la página.
El periodista con extrañamiento y estreñimiento observa:
¿dónde quedó mi Noticia?

El Inspirado ríe mientras se toma un helado. En su rededor un mundo fantástico ya se ha empezado a desplegar.
El Inspirado recoge las colillas de cigarros en el césped como si tomara los capítulos de una serie que no se sabe cuándo terminará.
El periodista se ha suicidado con una nota amarrada en su corbata: "no hay derechos de autor".

La Couteau 13


Pateando piedras
...un listado de tracks en un cassette incompleto

10.Independencia cultural… La chica del frente lo espía cada vez que sale de compras. Es ligeramente extraño el nuevo vecino, parece tan anguloso y al mismo tiempo tan endeble. Rara vez lo ve sonreír y cuando lo ha hecho, se asusta de unos colmillos un poco exagerados. Es ahí que ella decide mejor ir a hojear los pasos del cómic, ése que le regalaron en la navidad.
2.Por qué no se van… El señor regordete y de chispeantes mejillas no puede evitar cierto gusto extraño cuando lo saluda. No lo entiende bien y se sacude la inquietud quejándose como buen representante de otra generación, “la juventud siberiana no se sabe a dónde va”. En todo caso, siempre se maravilla cuando lo ve interactuar con los perros, pareciera casi que entendiera esos aullidos. ¿El nuevo vecino será veterinario?
6.Quieren dinero… En el súper, las cajeras cuchichean en alta voz y mueven rápido sus ojos. Saben que él no habla bien el idioma y se burlan de sus ropas excéntricas. Hay una de las chicas que no participa del show, pues ella encuentra atractivo al nuevo vecino. Se limita, eso sí, a sonreírle y modular fielmente cada número; él se concentra y la mira directamente a los ojos.
5.Exijo ser un héroe… El niño va arrastrando su trineo con dificultad. Lo mandaron a comprar una caja de cervezas y él odia hacer este tipo de recados, especialmente porque no le dejan beber lo que ha traido. De repente se tropieza y el nuevo vecino lo ayuda a levantarse. ¡Nunca hubiese creido que tuviera tanta fuerza en esos flaquitos brazos! Mira su nariz que le recuerda uno de sus dibujos favoritos, el que le hace reír más.
1.Muevan las industrias… La excéntrica del pueblo caminaba apresurada a una cita con el alcalde. Le había prometido lanzarle las cartas en la fiesta snob del otro fin de semana. Tratando de recordar si es que había prometido otras cosas, no adivinó que en un gesto apresurado dejó caer –sin querer- uno de sus arcanos: el número XI, el de La Justica.

“Estoy harto de ser el nuevo en este lugar. Todos me miran como si fuera una bestia rara. Debería hacer algo para cambiar el transcurso del tiempo. ¿Cómo podré entrar a sus casas sin que me tengan que invitar?”

3.El baile de los que sobran… El nuevo vecino no ha encontrado una respuesta, pero sí una carta. Se sonríe y corre a su casa. La luz de invierno se pone más azul en un momento. El reflejo con el hielo silencia el frío y sostiene un respiro. El sol está cansado de iluminar este blanco inconmensurable;

prefiere ir a dormir

toc-toc.
¿Bannlla?

La Couteau 12


Porque lo prometido es duda.

La tormenta pasó y sólo queda un paisaje de desolación. Los bits recorren yermos un terreno tiempo ha abandonado sin saber si armar o rearmar el paisaje en un entramado más lisérgico y no tan naturalista. No obstante, la batalla de las ondas radioescuchas se enfrenta esta vez a un dilema de mayores envargaduras y menos empaquetaduras: ¿ser o estar? ¿bit o moabit?


La Justicia hierética da mazazos en el podio construido con el sudor de sus manos –¡y mira que sudan esas manos!- y mancha requetemancha al Loco que quiere ser el Colgado, pero no lo dejan por tener intenciones pornográficas con la soga… Así los casos y las cosas, Vanja no quiere saber más del resúmen de noticias semanales, decide apagar su radiecito portátil y sin darse cuenta pierde su guante rosa, otro especímen más para esa colección de extraviados por otros que suele recoger la vagabunda de la esquina que canta esa canción de los niños:
“que llueva que llueva la vieja está en la cueva…”
Regresando a su hogar dulce hogar, La Couteau va a tropezar con la rueda de una bici en reparación. Se molestará de que la grasa ensucie la punta de su bota de víbora falsa y pateará con desprecio las tripas de mal corazón. Una chica de dientes cariados y prendiendo un cigarro iniciará una disputa del tipo putas en la calle. La Couteau la observará con marcada advertencia, pero dejará que la chiquilla siga arrugando su nariz:
“El infierno se compone de 9 círculos y yo ya perdí el camino. Si quiero llegar al purgatorio y de ahí al paraíso para encontrarme con Beatriz, quien me guiará por las 7 esferas celestes, debo primero arreglar mi bicicleta. ¿Y llega una desconocida que se cree modelo de revista a colores para patear mis intentos de superación? Desalmados son tus tanteos en este mundo y fortuitos nuestros encuentros. Si quieres que te muestre mi relato descriptivo, tendrás primero que matarme.”
La Couteau quedará perpleja ante tal derrame de citas. Además, el desafío final sonará a órden pre-establecida y eso disgustará tanto a Vanja que optará por dejar su cuchilla tranquila. No dirá nada y los bits silenciados serán sacudidos nuevamente.
Hola, he pensado en meterme a hacer un curso de peluquería a ver si me corto la cabeza a la moda, pero claro está que no sé cuál es la moda actual.
¿Entonces te gustaría que acá en la estación te indicáramos la mejor manera de llegar a un curso gratuito? Estimados oyentes, estos son los momentos que tanto agradecemos cuando en nuestro programa HA—LO alguien con una clara duda nos llama y…
La Couteau abrirá la puerta de su casa todavía semi confundida; pensará con rostro de pregunta si necesitará un corte nuevo.

En otro extremo: “sólo quiero arreglar mi bici e irme el próximo jueves santo a buscar un gólgota”, murmurará Marlboro no-light masticando su infinito cigarro.


suena Ride entre los bits…
first you look so strong,
then you fade away”
y el pedal golpea con furia
de truenos

y guitarreos.

La Couteau 11


Monólogo de aguas caidas.

Monólogo de una dama que camina bajo un cielo oscuro.

“El viento azota mis párpados.
Tengo viento en mis ojos. Una tormenta de aguas y neblinas se dasata en el cielo, azul como los iris que me rodean. Ah, me es difícil caminar por este terreno baldío. Las piedras arrojadas por manos extrañas pinchan el cuero serpentino de mis botas italianas; además, el taco-aguja no es una gran ayuda; aquí no hay nadie que pueda apreciarme o despreciarme lo suficiente como para merecer una estocada de mi cuchilla. Tanta agua caída me recuerda el devenir de casas mal construidas y otros hogares mal constituidos. A veces pienso:
¿Será posible que la sociedad se recree a sí misma cada vez que se desatan las inundaciones? Un sinfín de excusas y especulativas justificaciones -por no decir míticas interpretaciones- siempre abundan ante la desgracia ajena, anegación que nunca será propia hasta recrearla con palabras que sentiremos como una explicación a este cielo que cae sobre nuestras cabezas…
¡Uf, esta lógica de pensamiento me es fatigante, pues incluso mis botas se están atascando en el barro!”

Extracto de una noticia del periódico “El Tiempo y algo más” que fue redactada en el mismo instante en que la dama caminaba bajo un cielo oscuro.

Intensas lluvias desbordan canales e inundan varios puntos de nuestra ciudad de Villa Comtal”
Graves problemas han generado las constantes lluvias que han azotado a la zona. Los canales Santos de El Reino se desbordaron. Además, hay reportes de varios pasos bajo nivel inundados. El desborde de canales ha provocado que el agua ingrese a algunas viviendas y también se han detectado severos problemas de tránsito. A su vez, en la comuna de La Flor habría un número no determinado de casas inundadas. Otro problema se detecta en un puente ferroviario que cruza el Río Manco, el cual estaría en peligro de colapso por reblandecimiento del terreno.

Extractos de otra noticia del periódico “Noticias de lo último” que fue redactada tras la noticia anterior mientras la dama dormía dentro de una habitación oscura.

Serios trastornos se vivieron en nuestra Villa Comtal tras lluvia y viento”
Algunos accidentes vehiculares, caída de árboles y cortes de energía eléctrica fueron algunos de los efectos que se vivieron la madrugada de ayer en la ciudad a raíz del fuerte viento y la constante lluvia. Los vecinos ya están bastante molestos y desilusionados porque temen que en el sector no se produzca ninguna solución, que pasaría por la construcción de colectores de agua que puedan poner fin a este problema que ocurre año tras año. Ocho personas muertas, 29.000 damnificados y millonarias pérdidas aún sin estimar es el saldo parcial de las fuertes lluvias que afectan desde la noche del otro día a la zona centro sur de El País. Lo peor es que el pronóstico del tiempo anuncia otro temporal para el próximo jueves santo.