...porque entre las idas, venidas y avenidas, mejor ser luz ida que lúcida.

La Couteau 29



Una maldita primavera.

Querido Tzatzyki, tengo una esperanza bien fundada en comenzar a sentir los síntomas de mi tan preciada y odiada humanidad: la alergia. Incluso en un desespero por dichas molestias estoy consumiendo con la regularidad de una pastillita diaria mi antiestamínico favorito, a ver si al menos por sugestión llega la primavera a las ventanas de mis fosas nasales.
Contemplo el mundo globalizado, recuerdo el Gran Poder y la Gran Guerra Patriótica, extraño mis manos frías y el hielo, ahorro para comprarme un celular con pantalla one-touch-pad y sigo consecuentemente los avisos místicos. Pero aún los árboles no entran en esa fase tan promiscua de la polinización, ¿estaré haciendo algo mal? Al igual que el voyerista patético que no deja de observar los medios de masa (qué comí, dónde viví, si escuché o no el final del radio-teatro gay...), ansío con nostalgia infantil que las pelusitas asesinas surquen los aires, se introduzcan en mi sensibel pituitaria, me provoquen esas temibles gargarantas y me ahogue en estornudos de agresiva intrusión de elementos externos hostiles en mi sistema inmunodeficiente.
Pero una vez más mis deseos no los consienten las Moiras estacionales y como Baco no se embriaga, todavía yo no puedo maldecir.
Tú me comprendes, hoy en día no nos podemos permitir estos estados de contención. ¡Qué nostalgia de vertederos y circos ambulantes! Creo que me vuelvo a enamorar...”
Villa Comtal,
año indefinido de un día borroso.

Ay ay ay
break the black ice
break the black ice
in this curse
in this kiss...
por fin, la explosión, respiro, sí, vienen, vienen y vienen,
más, otra vez, ya

¡¡¡AAAATCHÚS!!!