...porque entre las idas, venidas y avenidas, mejor ser luz ida que lúcida.

el Grillo y el Aloe 2


Pieza 2

Había una música de vientos que tañía cuerdas de principios y virtuosidades, escuchándose como se escucha el murmullo de aguas que caen suaves en la ceremonia del amanecer. El Grillo que despertaba con igual murmullo y con cierta pereza comenzaba sus ejercicios de estiramiento, levantó sus patitas e hizo el saludo al sol. Un Aloe todavía curioso y madrugador ya llevaba minutos despierto, se había sacudido el rocío de sus ojos y contemplando el cielo sin más volvió a preguntar: “grillo saltarín, ¿escuchaste esa hermosa voz que durante toda la noche estuvo recorriendo los astros e iba de una constelación a otra como polvo de estrellas que se mueven de aquí para allá y de allá para acá?”
Y el Grillo contestó: “oh, mi aloe, ¿te refieres a los sueños de lugares infinitos en que volábamos por senderos de silencios y respiros, cuando tú y yo danzábamos con un deleite de miradas y colores? sí... escuché esa voz y ahora que el amanecer termina, todavía hay algo de la caricia que estos vientos nos regalan... ¿la sientes aún?”
Y el Aloe sonriente cerró sus ojos, dejó que el rocío cayera y sus hojas se sacudieron en cánticos de milbrisas mientras todavía llegaba la mañana.

el Grillo y el Aloe


Pieza 1

Un Grillo saltarín va cantando juguetón con el ritmo de la naturaleza, por lejos que estés, cariñito, ahí ahí te seguiré... y así va de planta en planta leyendo la melodía escrita en la porosidad de tanto verdor, por lejos que andes, amorcito, ahí ahí te encontraré...
De repente el Grillo decide descansar un momento, limpiar sus alas y buscar la piedra en la que se echará a dormir una siesta. Y oh! justo al lado hay un Aloe que con ojos curiosos hacía un ratito que lo estaba mirando y con pregunta filosófica movió una de sus alargadas hojas:
“¿Y tú? ¿Además de saltar también bailas? Yo con mis manos llevo la cadencia de los vientos, acumulo el calor del sol y, aunque tengo una que otra cana, sé moverme muy bien.” El Grillo no lo podía creer: “¡me invitan a bailar!”
Con sonrisa de maravilla extendió una de sus patitas hasta tocar suavemente una de las hojas que más destacaba del Aloe (ésa con una cana también alargada) y siguió cantando mientras ya ambos seguían el ritmo de la naturaleza, eres mi cielo, mi guía, la estrella encendida de esta pobre vida...

La Couteau 49


Final 2.

HERALDO PERNOCTANDO (semanario de Villa Comtal)


Los radio-aficionados son una mueca al sistema. Estudios Estomakal ha sido reprendido por tamaño interés en la autogestión y en un arranque de improvisación ha decidido anular las radiotransmisiones para pasar a una comunidad catódica.
Ahora se hablará de la “señal TeVa”, programas televasivos, o como dicho en su desconglomeración morfológica favorita: programas tele-evasivos, para que abarquen la extensión de tu antena preferida.
Si es autogestión, aunque sea por sugestión, por lo menos reciben financiamiento, pues el pastiche de imágenes anterior y sin movimiento no sirve de nada.

bit bit bit bit bit bit ---------Tuuuuuuuuuuuu—
Transmisión terminada.
__________________
(se apagan las radios)

Imagen de las Noticias de la noche.

Y en un avance informativo de última hora, nuestros reporteros han llegado al sitio del siniestro acaecido unas horas ha. Imágenes exclusivas de su señal TeVa nos revelan un acto de vandalismo propio de algún terrorismo disfrazado de jugarreta. (la cámara se mueve con ansiedad de telespectador)
¡Los Estudios Estomakal han sido saqueados! La insignia “La necesidad es partera de la creatividad” que se encuentra a su entrada fue rayada por una marca que hemos denominado “el cuchillo luminoso”. Ignoramos qué significará este símbolo, pero suponemos que es el origen de una nueva tribu urbana de nuestra Villa Comtal.
Como podemos apreciar en las cámaras, las oficinas dedicadas a la elaboración de cómics fueron totalmente destruidas. (movimiento vertiginoso de cámara en mano) Vemos papeles, carpetas, bocetos esparcidos, arrugados y corrugados por todas partes. (llanto contenido y respiración acelerada)
Esto es obra de una mente siniestra, r e a l m e n t e.
¡Incluso la cafetería ha sido devastada!
Fue esta tarde, al cambio de turno cuando el guardia de turno nos avisó del suceso.
(rostro compungido y perplejo)
Yo llegué, sentí ruidos al interior del edificio, que como verán no es muy grande, y...y... Cuando vi la puerta principal abierta y al perro muerto, pues encendí la alarma. La sirena comenzó a sonar.
(suspiro tembloroso, mirada hacia abajo y al lado derecho demuestran verdad en su relato)
Ahí vi cómo una sombra en el segundo piso se detenía, se acercaba a la ventana y lanzaba algo... un cajón hacia la calle... ahí donde está la ventana rota... Parecía una mujer, oí un grito de furia contenida... Yo estaba muy asustado y me oculté. No sé cómo me descubrió, pero... (sollozos) de repente vi una muy, muy, muy extraña mujer de voz aterciopelada con su rostro que... cómo definirlo... era borroso, como una mancha... se notaba contenida, temblaba de contención... Me dio un puntapié con sus botas, aquí en mi costado... Yo sólo vi colores. No entendía nada, quizá estaba desmayado... Me dijo, claramente me dijo en una voz que no sé si pueda olvidar: usted no entendió lo que yo le pedí... y aquí estoy, contando la historia y con una marca en mi antebrazo, que no sé de dónde salió. Un dolor agudo en un momento, después ya no había nada; después los escuché a ustedes tumbando las rejas y con todo este escándalo...
Es extraño, la mujer desapareció. Simplemente se esfumó.”

¿Y la Couteau?
¿Acaso nunca podrá ser famosa?



¡ZAS!
¡ZAS!

La Couteau 48



Final 1. La Zona.

Vanja, La Couteau, se ha visto entre mudanzas y andanzas entre ciudades y casas, ni qué hablar de sus aventuras con personajes y otros seres que cautivan su curiosidad y despiertan sus emociones, desde sus antepasados de puños alzados hasta caminos esteparios de cactus curativos que son parte del núcleo acomodado en este recóndito lugar, justo donde las horas que oran siempre piden un descanso: su corazón.
La Couteau en una época no tan remota decidió con más adentrarse en La Zona, espacio donde las realidades internas se materializan, y entre alegrías de encuentros pronunció con voz excedente lo que el rumor de la sangre siempre fue su deseo: un descanso.
La Zona es un animal que husmea muy bien los olores de estas peticiones y sabe cuándo es el cuerpo de la verdad que deambula con la cabeza de la mentira o, al menos, discierne intensidades. Vanja esperó largas esperas por una respuesta. Lanzó fatigosa varias veces la misma piedra con el mismo paño “blanco invierno-primavera-verano” para guiar su sendero de malezas. Sin maldad y finalmente encallado en una cascada, encontró lo que su afán había buscado.
¿Hasta qué punto el peso emocional abruma el mental? En este punto cabe, aunque a la fuerza, hacer una digresión en torno al entorno psicoespiritual de La Couteau, un radio-teatro bien formulado y cuyos derechos fueron ya vendidos al espectador tiempo ha. Una cosa es el deseo pro y otra el nunciado, al igual que la lógica constructivista no es exclusiva. Vanja habrá pedido currículum y experiencias profesiovitales, pero las resoluciones en un plano intraceptivo parecieran tener más urgencia...
...y La Zona lo supo desde el principio.
¡Podremos jugar a las cartas, pero ellas ya están echadas!” Fue la sentencia que el ruido de las aguas le dio a Vanja. Ella, con la ansiedad que caracteriza su cuchilla cuando cae en el antebrazo de alguna víctima, no comprendió suficientemente y siguió adentrándose en esa cascada de modificaciones. Llegada a una habitación abandonada, se sentó silenciosa por minutos irreversibles
y tras muchos goteos desde el techo supo entonces

qué hacer:
es tiempo de irnos de gira y afilar la cuchilla en otras piedras no tan melladas”.

La Couteau 47



Desenlace de aventuras con sentimentales estados.

Querido Tzatzyki, sé que llevo un tiempo a destiempo sin poder sentirme ni sentarme a digerir un par de mis paraulas para que leas mi ánimo, mi invierno y como Desmemoriada, a veces me repito más de una vez.
El sol entra por la ventana y a pesar de la resaca cerebral -es que ese trago estaba dulce demasiado dulce- veo la ventana con aires de calor que quieren salir de mi habitación. Yo lo lamento, afuera sólo les espera ese viento demasiado viento que causa dolor en la corteza terrenal y yo como soy humana demasiado humana prefiero ver cómo la cortina se quiere mover... La nostalgia por épocas de luchas, anticipos de revolución y banderas rojas se remonta a mis ancestros donde el apellido siempre pesa: Kollantai... Pienso en el día de la Mujer Socialista y creo que mis caminos son interrumpidos por gente que no entiende lo que yo les pido.
Ah, qué
                              suspiro
                                                        de
                                                                                        horizontes.
El vertedero abrió nuevas sucursales, incluso me llamaron para preguntarme si quería volver a ser oficial de la nueva sede acá en Villa Comtal, pero me negué como toda oscuridad se niega a cualquier luz por principio físico y coherencia semántica. Mi hermano postizo al igual que la Justicia encontrada en una carta en el suelo ya no volverá a ser observado como un aficionado a la radio comunitaria, pues en su otra vida espero que esté definitivamente al lado de los caníbales dejando la inutilidad de ideales hemófagos o licántropos: eso no alimenta el espíritu.
Además, el otro día quise distraerme, salir de las frivolidades del diario aterrizaje, no pintarme las uñas, dejar las botas en casa y aprender a cantar como un grillo. Fui a la feria de atracciones, donde esa carpa ya desteñida insiste en hacer reír, sin embargo el circo del Lanza Cuchillos superó la barrera de sus 30 años luz y el show no tiene el brillo que en esa nieve impertérrita solía cuando yo era niña... Mis manos sin diablo ni razón se cansan de marcar antebrazos y de repente sólo quiero fumarme un cigarrillo, pero esa desgraciada de la Cigarrera es un rictus de fastidio que me inflama el pulmón y me hace toser de alergia.
Tú sabes, hoy en día no nos podemos permitir estos estados de contención, nadie es víctima, somos todos culpables. Creo que leeré el periódico de ayer...”

Someone was here before me
And they took the possibilities away
And in the end i’ve learned nothing
Except the memory of believing in my own lies
...and where are you now, my most beautiful lie?

La Couteau 46


Juguemos un juego.

y tú dices que con los ojos cerrados viajas por el tiempo y transformas la realidad desde tu sensible subjetividad, pero ¿me creerías cuando yo te digo que con los ojos abiertos veo infinitesimales lucecitas brillantes?
Una banda se escucha, hace las pertinentes pruebas de sonido y entonan melodías ocultas. Se preparan para recitar historias de gatas perras y sobrevivientes de mercados con pescados de mafiosos, noches echadas bajo la luna y paseos por esquinas sucias al lado de matones con pata de palo. La Voz es una mujer de labios rojos y ojos acuosos, el Viento y el Teclado es un tipo de mediana edad con un resplandor en su cabeza que denota una encefalocalvicie no disimulada, las Cuerdas es otro cowboy urbano con un ojo morado por seguramente qué pelea de faldas o envidias baratas y finalmente la Batería es un galán cuyos tiempos ya pasaron. La fuerza la tienen todos, y todos tienen algo que decir. Hay humo en el ambiente, el público espera, los oidos a punto de quedar ensordecidos y la sonrisa babosa ante el ritmo delirante de invocaciones al azar e imprecaciones al destino.
La mano del diablo tiembla entre beats con experiencia escenaria y la mano de la razón transpira porque el bar es demasiado pequeño. Algunos se mueven, otros quedan paralizados por los agudos de cargas amplificadas y la Couteau está bailando,
bailando,
sin vermut ni soda sólo un caramelo contra la tos en la garganta. Cada tema resbala con mejor y mayor estilo. “Quiero dedicarle esta canción a las catástrofes naturales” dice la Voz y comienza el traqueteo, la convulsión y la fuerza a desplegarse con medidas de prácticas y recorrido.
Porque cuando mi padre me llevaba al festival de payasos con sus tristezas pintadas de risas yo sabía que estaba en casa, que la magia existe y que los colores habían aprendido a brillar. Mi pulso se aceleraba y la gran fiesta comenzaba...
¡Hey Bitch, your love won't pay my rent!” Al tiempo que una peluca rubia de esas que se creen solas en el mundo se atraviesa, dejando la vista sumida en una incapacidad disgustante, la incomodidad del tacón que no es suficientemente alto, el ánimo de un filo desenfundado
¡ZAS!
y un brazo de oro sangrante que corre al baño a limpiar el dolor.
La Couteau sigue bailando,
bailando,
sin vermut ni soda sólo con su banda favorita y una voz que vuelve a gritar:
¡Hey Bitch, your love won't pay my rent!

La Cigarrera no es tan sofisticada,
sabe la partida perdida, su brazo arruinado de manera tan vulgar y
con vergüenza de tacos quebrados.
El Cantante no es ella…

La Couteau 45


New Age: fines de comienzos

Jolgorios, risas, danzantes canciones, campanilleos y el brotante verdor de caminos tanto tiempo abandonados ha. Los vientos de silencios hibernando se levantan en brisas de amaneceres y colores cuyo candor penetran las ventanas dobles y barren tantos plexos faltos de sol.
es poesía osteopática” decía el hada con sus manos invocando sueños milenarios y desentrañando misterios de nuevos despertares en huesos sufrientes como durmientes en la vía.
Jolgorios, risas, danzantes canciones, campanilleos y aguas plétoras en espuma de vitalidad regando raíces paralizadas de respiros nevados. Son caramelos que suavizan la garganta y derriten el aire frío en estas tensas cuerdas vocales.
Baco desciende los montes y aunque fue el dolor de un muslo del Tronante, no se puede negar que su descuartizamiento siempre encuentra una primavera. Y en un homenaje de mitos y oscurantismos, es que las Bacantes también en euforias y licuefacción escuchan a Maldoror
con éxtasis venéreo. La fertilidad busca su abono y dejando que Psique se distorsione, entonces acribillan a Orfeo dejándolo sin lírica y sin lira.
Jolgorios, risas, danzantes canciones, campanilleos y lo más íntimo en su rojo fluir borboteando en chorros de película clase B, sólo apto para bestias. El rostro del poeta rueda hacia abajo entonando esa salsa brava que últimamente estaba practicando...
qué te pasa estás llorando... tienes alma de papel,
y como el papel aguanta todo,
así mismo te traté...” 

(sacudidas de repartidor de periódicos en horas imposibles, cabellos revueltos, respiración acelerada, un ratón imaginario en las sábanas deshechas y un filoso brillo husmeando la noche con temblores de pesadillas acechantes) 

Estudios Estomakal anuncia una breve en breve que en este punto los creadores se sienten un poco ofuscados, pues hay una ligera mueca de incomprensión ante el devenir por venir de la heroína. “La verdad es que, nosotros, pues...” En el aire se huele el miedo de La Couteau, y como bien ya comprobaron que ella hizo lo que quería, se asustan de que nuevamente salga con otra de las suyas.

(suave suenan en la radio los punteos de una nueva era, la Velvet es irónica)
Can I have your autograph
He said to the fat blonde actress
You know I've seen every movie you've been in
From paths of pain to jewels of glory... 
 

La Couteau 44


El Show del Cirujano”, un programa escalofriante, algo que se va escribiendo en el programa mismo.
En colaboración con la compañía radio-teatro, un programa presentado directamente desde Estudios Estomakal en su señal TeVa, la necesidad es partera de la creatividad. La gente es invitada a participar en conversaciones y situaciones determinadas (se les ubica en un contexto que ellos deben desarrollar), pero no saben exactamente de qué trata el programa, excepto lo fundamental: existe el Cirujano y quien lo reconoce debe actuar de cierta forma (no puede sentir miedo) Inevitablemente todos sospechan de todos, ya que los invitados no se conocen entre ellos de antes. El programa es dirigido por el Cirujano.

Ficha técnica:
  • El Cirujano: es un viejo muerto que entra al escenario y aparece en cualquier lugar inesperado. Entra como una calavera y a medida que avanza va adquiriendo forma humana (carnal), pero nadie excepto el televidente puede ver esto. El Cirujano es quien mata a los otros personajes, pero sólo se les revela al momento en que elige a la próxima víctima. Se mueve y actúa como cualquier personaje.
  • Los Durmientes: son los cuerpos muertos. Cada participante apenas es tocado por el Cirujano muere y queda inerte, yaciendo en el piso en una parte estratégica, difícil de descubrir.
  • Los Dobles: el participante matado por el Cirujano, pero no se da cuenta de que está muerto, pues no puede ver su durmiente. Los personajes vivos lo siguen viendo tranquilamente.
  • La persona Maldita: un personaje viviente. Es el participante que elegirá el Cirujano para no matar y el único que podrá ver los durmientes y los personajes. La persona Maldita no puede ver los Dobles.
  • Los Personajes: se dividen en dos tipos, los vivientes y los Dobles. Entre ellos interactúan normalmente. Ninguno se da cuenta quién es quién o en qué mundo están. Sólo la persona Maldita puede ver la verdad, sin embargo no se le permite decir ni revelar nada.
  • El Escenario: comienza todo normal. Poco a poco se va creando un lugar con espacios paralelos, donde la persona Maldita y los Durmientes marcan el mundo de los vivos y el mundo de los muertos. Pero todo se mantiene igual: los personajes vivientes, los Dobles, el Cirujano -que nadie ve excepto el televidente.
  • El Final: cuando todo termina, los personajes se despiden entre ellos sin saber nada de nada.
  • El fondo del asunto: todas las personas entran y salen del escenario dudando de quién ganó o perdió. Sólo la persona Maldita y los televidentes sabrán todo. La persona Maldita no podrá decir nada nunca. Los personajes continuarán sus vidas fuera de la pantalla sin darse cuenta dónde viven. El Cirujano despide el programa y después se muestra cadavérico a los televidentes.

Primer Show: se habla sobre el absurdo de los países limítrofes. La persona Maldita será una mujer y habrá 9 personajes en total. El Cirujano aparece saliendo del baño.

Los baños no pasan en vano”, dice la cita Nariguda.
Y la Couteau también lo sabe: es hora de morir.


La Couteau 43


click-click-click-click-click-

Un cigarrillo cae a un charco.
-¡Splash!-
El cigarrillo no cruje ni ninguna brasa se consume, pues estaba apagado. El cigarrillo está profusamente mordisqueado en la colilla. Una lengua de lasciva dentadura registra las encías en busca de amarillentos vestigios

click-click-click-click-
La Cigarrera frota sus manos en un ademán nervioso. Los dedos se envuelven en un apretón de mutua solidaridad.
El agua salpica al cigarrillo caido

click-click-click-
Uñas con uñas se buscan afanosas por limpiar ese espacio oculto bajo la pintura
pink-punk que prolijamente cada mañana lame las salpicaduras para lograr un tono uniforme y resistente

click-click-
La Cigarrera no cesa de sacar el sucio bajo sus uñas. Nunca sabe cuándo parar: no puede ver bajo la pintura.
El cigarrillo tiene un tono pink-punk

¡Click!-

(El agua derramada cesa su fluido correr por las paredes del cuerpo de una ducha. Una figura cuyos contornos trasluce la cortina como un teatro de sombras se mueve en búsqueda de la toalla amarilla que se distingue entre vapores de agitación y cansancio. Un suspiro de inindestinguible aburrimiento rebota entre las cerámicas blancas del recinto. Un paso, un frote, una cabellera mojada, una piel enrojecida)
click-click-click-click-click-
-¿Qué? ¿Todavía no arreglan esta llave?- La Couteau se da vuelta y con un fruncido ceño de extrañeza más una mano de precisión regresa a la ducha, toca la cortina para que no estorbe su decisión y...
Bola 12 a buchaca izquierda”
Un estallido de fuerzas entrechocando y dispersándose. El deslizamiento sonoro esparcido sobre una tela de múltiples cuerpos rodando. Cae la bola 9, la 14 rebota en el borde, la 8 queda en el centro, la 1 hace un ángulo curioso. Las otras bolas quedan regadas sobre la mesa en posiciones de factible posibilidad. La bola 12 con su cinta morada queda en banda: un golpe difícil para el taco si quiere anotar los puntos.
Rayos, no puse suficiente tiza para evitar el resbalón”
¡ZAS!

click-click-click-click-click-
La Couteau está con la imagen de su cuchillo marcando la cortina, como reflejo de una perplejidad ligeramente ridícula

click-click-click-click-click-
Comienza a sentir frío. El vapor se extingue. Una puerta ha sido abierta.
Hay un cigarillo partido por la mitad en el charco pink-punk de la ducha contigua.

¡Click!-
Una lengua recorre los dientes teñidos;
chasquea la boca y con rictus de paciencia
saca otro cilindro de nicotina y alquitrán.
...titular que alcanzó página entera
por eso ya te conocen donde quiera...”

La Couteau 42



Gimnasio de tensiones.

         Un infernal lodazal de ruidos. Ritmos disonantes intentan seguir el paso marcado de un esquema prefabricado. Luces que brillan y dan vueltas en esa melodía interminable. Todo un traqueteo del mismo movimiento, un esquema impertérrito.
Las miradas esforzadas, los músculos tensos, el espejo que transpira, las piernas se levantan,
uno-dos-tres y...”
         Los ojos no demuestran más que un objetivo; las respiraciones se ahogan en su propio calor.
         No importa cuánto falte. Hay que seguir. El ruido bombeando los tímpanos. El ritmo desnudando el ansia,
uno-dos-tres y...”
        La Couteau se esfuerza, se quiere convencer de que puede llegar al final.
        La Couteau se ríe de sí misma.

Un momento de perplejidad, la gota que suda el vidrio se detiene; el punchi-punchi se dilata en una gota congelada. Todos quedan con una parálisis facial y sus brazos y piernas en una formación chistosa.

       ¿Qué estoy haciendo?
       ¿Qué importa un cuerpo a tono si después quedaremos átonos?
       ¡Qué feo es este gimnasio!

uno-dos-tres y...
Usted no entendió lo que yo le pedí” ¡ZAS!

Miradas de perplejidad, la profesora sangra desde su antebrazo y cae en una figura más ridícula que antes.
La Couteau se estruja la transpiración bajo sus largas pestañas, se limpia los ojos de esas imágenes gimnásticas y se retira al camarín.
Una sombra oculta tras la puerta sujeta un cigarrillo sin encender y sin fumar. Espera a que La Couteau salga de la ducha y, mientras, repasa esa jugada donde su taco envió la bola 8 a la bucha del centro y mató la partida.

La Couteau 41

¡¡Atención, atención!! - Heraldo Pernoctando.

Un llamado misterioso de un número desconocido ha dejado testimonio de un hecho insólito. Dentro de esta Fundación de “Servicio para el Desarrollo Comunitario y de sus Mejores Amigos” hemos hayado como mensaje al fondo de una botella la información que nos ha dejado pasmados. Hay varios ya que señalan con ojos boquiabiertos la veracidad del hecho y tras escuchar el mensaje en la máquina contestadora, pues declaran…
- Lo primero que pensé es que las gafas eran súper cool.
+ Nosotros estábamos hablando de cualquier cabeza de pescado, hasta que de repente me fijé en esos lentes tan raros, pensé que era una broma, pero…
< En ese momento me di cuenta de que me tenía que ir.
* We were sitted there, drinking some drinks, the sun was shining and suddenly THAT appeared… it was so awsome!
> Die Sonnenbrille fand ich nicht schön.

A pesar de las contusiones emocionales, el enceguecimiento frente a la factoría de las gafas oscuras, la búsqueda de un camino sin salida en un monumento laberíntico de lápidas sin colores y el aliento a ron sin limón, todos coincidieron en que el nombre que escucharon dentro de sus cabezas al mismo tiempo que el-hecho-se-hizo-fue-uno:
A l e n í g e n a”,
dicho claro está con el acento respectivo a sus oyentes, pues la torre de Babel no será un nuevo error en esta operación.

NO es para alarmar a la población de alguna posible invasión de alenígenas, ya que seguramente las Fuerzas de Orden Público actuarán con la agilidad propia de nuestros países postmodern. Sin embargo, damos cuenta de una realidad que azota a esta ciudad a través de este breve aviso y adjuntamos las fotos que nuestro fax cibertrónico recibió. En caso de que se vea una segunda vez a la Alenígena, el responsable de estas imágenes exclusivas ha sido igualmente desconocido.

------------------------Se cierra la transmisión.
(el periódico arrugado en una papelera, sin ánimo de reciclar una rabia contenida)

¿Cómo? ¿Ahora me dicen alenígena?
¿Seguiré sin firmar la estrella,
sin recibir la palma,
sin tener el oso,
sin besar a Georg Büchner
o a Juan Rulfo?”

¡ZAS!
¡ZAS!
¡ZAS!

La Couteau 40

La Cigarrera.

La Couteau se enfrenta a La Cigarrera, una jugadora profesional de pool que nunca ha competido legalmente en los torneos internacionales de este noble juego.
La Cigarrera habla masticando sus dientes y tiene una ligera mueca producto de esa parálisis facial cuando decidió dejar de fumar. Su pelo es de un rubio baboso y su piel ha absorbido parte del borroso tatuaje de un taco jamás diseñado.
Según el semanario “El Heraldo Pernoctando”, en la sección espectáculos, La Cigarrera es un personaje futurista producto de la imaginación de un dibujante cubista, mientras que La Couteau es vanguardia postmodernista, donde el -ista dista de ser realista.

Estudios Estomakal en vista de la súbita muerte del Justiciero, “¡es que la heroína ya actúa por sí sola!” -con voz escandalizada de un chillona editorial- y la aniquilada exdepresión socialista de Marlboro no-light, ha debido parir con creatividad una nueva apuesta: La Cigarrera, hija bastarda del famoso hombre con el brazo de oro y cuya voz de arrabal evoca constante al Cantante...

Tu amor es un periódico de ayer
que nadie más procura ya leer.
Sensacional cuando salió en la madrugada
a mediodía ya noticia confirmada
y en la tarde materia olvidada...

La Couteau 39


Nunca seré famosa.

bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit

En la radio las noticias del suicidio del Justiciero. Se escucha una grabación donde canta como Orfeo a Eurídice. La Couteau escucha aburrida. Unos radio-aficionados conmemoran al Justiciero: 1 día de no transmisión.

¿Pero cómo? ¿Es que acaso dicen que el Justiciero se suicidó?...
¿Y dónde queda mi reputación?
-escándalo en la mirada-
¿Serán capaces de decir que no fui YO quien le encestó esa cuchillada?
¿Ni siquiera este inútil me servirá para lanzar mi nombre al estrellato?
-mueca de horror-

bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit

¿De qué sirve el amor no correspondido, si no es para dejar una huella en el libro de las desventuras y dejar las palabras de consolación a almas solitarias cuyo fin no es otro que el morir?
¿La Couteau no tendrá justicia, incluso tras haber redimido al Justiciero de ese sentimiento que lo consumía?
Los radio-aficionados no conmemoran a La Couteau. Un día sin transmisión es un día sin ovación.

bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit ---------silencio.
¿Nunca seré famosa?”

La Couteau 38


La Palabra” (radio-teatro poco cultivado)

...El dilema para la entretención neuronal sin más fin que el relleno espacial. Para el día de hoy es ¿la inspiración divina o el plagio encarnado?

  • Todos los horrores de impresión no son responsabilidad nuestra, sino la del lector.
  • Desvirgados todos los derechos.

“Se quisieron matar, pero la bomba falló y fueron apresados. No obstante se perdieron los documentos de identificación, ellos confiesan la autoría, pero a veces la Justicia no es como uno quiere.”

Sólo experiencias, momentos de vivencias. Es el movimiento del recuerdo que no tiene continuidad, sino un salto de una impresión a otra. Si hacemos la seguidilla en nuestra mente, un recorrido diacrónico es casi imposible.

“¿Cómo hacer secuencial aquello que en el depósito de nuestra memoria es simultáneo?”

Kilos de energía, esfuerzos titánicos permitirían nuestro hundimiento en la mente e hilvanar con coherencia y cronología todos esos eventos que nos han asaltado en sus momentos*
Es así que esos intersticios en realidad son sólo un espejismo de imágenes aún no configuradas, pero latentes. Es una impresión de luces y sombras que el diafragma de nuestra retina no logra enfocar bien todavía, aunque la imaginación siempre estará dispuesta a suplir el espacio en blanco

porque la necesidad es partera de la creatividad…

La Couteau al acecho. “¡Oh, rayos! ¿Cómo desaparecer estas huellas en mi piel?”


* La Editorial se cuestiona esta frase por la extrañeza de sentido que expresa, pero ante la imposibilidad de una respuesta ha optado por lanzarla sin más. N. de la E.