...porque entre las idas, venidas y avenidas, mejor ser luz ida que lúcida.

La Couteau 49


Final 2.

HERALDO PERNOCTANDO (semanario de Villa Comtal)


Los radio-aficionados son una mueca al sistema. Estudios Estomakal ha sido reprendido por tamaño interés en la autogestión y en un arranque de improvisación ha decidido anular las radiotransmisiones para pasar a una comunidad catódica.
Ahora se hablará de la “señal TeVa”, programas televasivos, o como dicho en su desconglomeración morfológica favorita: programas tele-evasivos, para que abarquen la extensión de tu antena preferida.
Si es autogestión, aunque sea por sugestión, por lo menos reciben financiamiento, pues el pastiche de imágenes anterior y sin movimiento no sirve de nada.

bit bit bit bit bit bit ---------Tuuuuuuuuuuuu—
Transmisión terminada.
__________________
(se apagan las radios)

Imagen de las Noticias de la noche.

Y en un avance informativo de última hora, nuestros reporteros han llegado al sitio del siniestro acaecido unas horas ha. Imágenes exclusivas de su señal TeVa nos revelan un acto de vandalismo propio de algún terrorismo disfrazado de jugarreta. (la cámara se mueve con ansiedad de telespectador)
¡Los Estudios Estomakal han sido saqueados! La insignia “La necesidad es partera de la creatividad” que se encuentra a su entrada fue rayada por una marca que hemos denominado “el cuchillo luminoso”. Ignoramos qué significará este símbolo, pero suponemos que es el origen de una nueva tribu urbana de nuestra Villa Comtal.
Como podemos apreciar en las cámaras, las oficinas dedicadas a la elaboración de cómics fueron totalmente destruidas. (movimiento vertiginoso de cámara en mano) Vemos papeles, carpetas, bocetos esparcidos, arrugados y corrugados por todas partes. (llanto contenido y respiración acelerada)
Esto es obra de una mente siniestra, r e a l m e n t e.
¡Incluso la cafetería ha sido devastada!
Fue esta tarde, al cambio de turno cuando el guardia de turno nos avisó del suceso.
(rostro compungido y perplejo)
Yo llegué, sentí ruidos al interior del edificio, que como verán no es muy grande, y...y... Cuando vi la puerta principal abierta y al perro muerto, pues encendí la alarma. La sirena comenzó a sonar.
(suspiro tembloroso, mirada hacia abajo y al lado derecho demuestran verdad en su relato)
Ahí vi cómo una sombra en el segundo piso se detenía, se acercaba a la ventana y lanzaba algo... un cajón hacia la calle... ahí donde está la ventana rota... Parecía una mujer, oí un grito de furia contenida... Yo estaba muy asustado y me oculté. No sé cómo me descubrió, pero... (sollozos) de repente vi una muy, muy, muy extraña mujer de voz aterciopelada con su rostro que... cómo definirlo... era borroso, como una mancha... se notaba contenida, temblaba de contención... Me dio un puntapié con sus botas, aquí en mi costado... Yo sólo vi colores. No entendía nada, quizá estaba desmayado... Me dijo, claramente me dijo en una voz que no sé si pueda olvidar: usted no entendió lo que yo le pedí... y aquí estoy, contando la historia y con una marca en mi antebrazo, que no sé de dónde salió. Un dolor agudo en un momento, después ya no había nada; después los escuché a ustedes tumbando las rejas y con todo este escándalo...
Es extraño, la mujer desapareció. Simplemente se esfumó.”

¿Y la Couteau?
¿Acaso nunca podrá ser famosa?



¡ZAS!
¡ZAS!

La Couteau 48



Final 1. La Zona.

Vanja, La Couteau, se ha visto entre mudanzas y andanzas entre ciudades y casas, ni qué hablar de sus aventuras con personajes y otros seres que cautivan su curiosidad y despiertan sus emociones, desde sus antepasados de puños alzados hasta caminos esteparios de cactus curativos que son parte del núcleo acomodado en este recóndito lugar, justo donde las horas que oran siempre piden un descanso: su corazón.
La Couteau en una época no tan remota decidió con más adentrarse en La Zona, espacio donde las realidades internas se materializan, y entre alegrías de encuentros pronunció con voz excedente lo que el rumor de la sangre siempre fue su deseo: un descanso.
La Zona es un animal que husmea muy bien los olores de estas peticiones y sabe cuándo es el cuerpo de la verdad que deambula con la cabeza de la mentira o, al menos, discierne intensidades. Vanja esperó largas esperas por una respuesta. Lanzó fatigosa varias veces la misma piedra con el mismo paño “blanco invierno-primavera-verano” para guiar su sendero de malezas. Sin maldad y finalmente encallado en una cascada, encontró lo que su afán había buscado.
¿Hasta qué punto el peso emocional abruma el mental? En este punto cabe, aunque a la fuerza, hacer una digresión en torno al entorno psicoespiritual de La Couteau, un radio-teatro bien formulado y cuyos derechos fueron ya vendidos al espectador tiempo ha. Una cosa es el deseo pro y otra el nunciado, al igual que la lógica constructivista no es exclusiva. Vanja habrá pedido currículum y experiencias profesiovitales, pero las resoluciones en un plano intraceptivo parecieran tener más urgencia...
...y La Zona lo supo desde el principio.
¡Podremos jugar a las cartas, pero ellas ya están echadas!” Fue la sentencia que el ruido de las aguas le dio a Vanja. Ella, con la ansiedad que caracteriza su cuchilla cuando cae en el antebrazo de alguna víctima, no comprendió suficientemente y siguió adentrándose en esa cascada de modificaciones. Llegada a una habitación abandonada, se sentó silenciosa por minutos irreversibles
y tras muchos goteos desde el techo supo entonces

qué hacer:
es tiempo de irnos de gira y afilar la cuchilla en otras piedras no tan melladas”.

La Couteau 47



Desenlace de aventuras con sentimentales estados.

Querido Tzatzyki, sé que llevo un tiempo a destiempo sin poder sentirme ni sentarme a digerir un par de mis paraulas para que leas mi ánimo, mi invierno y como Desmemoriada, a veces me repito más de una vez.
El sol entra por la ventana y a pesar de la resaca cerebral -es que ese trago estaba dulce demasiado dulce- veo la ventana con aires de calor que quieren salir de mi habitación. Yo lo lamento, afuera sólo les espera ese viento demasiado viento que causa dolor en la corteza terrenal y yo como soy humana demasiado humana prefiero ver cómo la cortina se quiere mover... La nostalgia por épocas de luchas, anticipos de revolución y banderas rojas se remonta a mis ancestros donde el apellido siempre pesa: Kollantai... Pienso en el día de la Mujer Socialista y creo que mis caminos son interrumpidos por gente que no entiende lo que yo les pido.
Ah, qué
                              suspiro
                                                        de
                                                                                        horizontes.
El vertedero abrió nuevas sucursales, incluso me llamaron para preguntarme si quería volver a ser oficial de la nueva sede acá en Villa Comtal, pero me negué como toda oscuridad se niega a cualquier luz por principio físico y coherencia semántica. Mi hermano postizo al igual que la Justicia encontrada en una carta en el suelo ya no volverá a ser observado como un aficionado a la radio comunitaria, pues en su otra vida espero que esté definitivamente al lado de los caníbales dejando la inutilidad de ideales hemófagos o licántropos: eso no alimenta el espíritu.
Además, el otro día quise distraerme, salir de las frivolidades del diario aterrizaje, no pintarme las uñas, dejar las botas en casa y aprender a cantar como un grillo. Fui a la feria de atracciones, donde esa carpa ya desteñida insiste en hacer reír, sin embargo el circo del Lanza Cuchillos superó la barrera de sus 30 años luz y el show no tiene el brillo que en esa nieve impertérrita solía cuando yo era niña... Mis manos sin diablo ni razón se cansan de marcar antebrazos y de repente sólo quiero fumarme un cigarrillo, pero esa desgraciada de la Cigarrera es un rictus de fastidio que me inflama el pulmón y me hace toser de alergia.
Tú sabes, hoy en día no nos podemos permitir estos estados de contención, nadie es víctima, somos todos culpables. Creo que leeré el periódico de ayer...”

Someone was here before me
And they took the possibilities away
And in the end i’ve learned nothing
Except the memory of believing in my own lies
...and where are you now, my most beautiful lie?

La Couteau 46


Juguemos un juego.

y tú dices que con los ojos cerrados viajas por el tiempo y transformas la realidad desde tu sensible subjetividad, pero ¿me creerías cuando yo te digo que con los ojos abiertos veo infinitesimales lucecitas brillantes?
Una banda se escucha, hace las pertinentes pruebas de sonido y entonan melodías ocultas. Se preparan para recitar historias de gatas perras y sobrevivientes de mercados con pescados de mafiosos, noches echadas bajo la luna y paseos por esquinas sucias al lado de matones con pata de palo. La Voz es una mujer de labios rojos y ojos acuosos, el Viento y el Teclado es un tipo de mediana edad con un resplandor en su cabeza que denota una encefalocalvicie no disimulada, las Cuerdas es otro cowboy urbano con un ojo morado por seguramente qué pelea de faldas o envidias baratas y finalmente la Batería es un galán cuyos tiempos ya pasaron. La fuerza la tienen todos, y todos tienen algo que decir. Hay humo en el ambiente, el público espera, los oidos a punto de quedar ensordecidos y la sonrisa babosa ante el ritmo delirante de invocaciones al azar e imprecaciones al destino.
La mano del diablo tiembla entre beats con experiencia escenaria y la mano de la razón transpira porque el bar es demasiado pequeño. Algunos se mueven, otros quedan paralizados por los agudos de cargas amplificadas y la Couteau está bailando,
bailando,
sin vermut ni soda sólo un caramelo contra la tos en la garganta. Cada tema resbala con mejor y mayor estilo. “Quiero dedicarle esta canción a las catástrofes naturales” dice la Voz y comienza el traqueteo, la convulsión y la fuerza a desplegarse con medidas de prácticas y recorrido.
Porque cuando mi padre me llevaba al festival de payasos con sus tristezas pintadas de risas yo sabía que estaba en casa, que la magia existe y que los colores habían aprendido a brillar. Mi pulso se aceleraba y la gran fiesta comenzaba...
¡Hey Bitch, your love won't pay my rent!” Al tiempo que una peluca rubia de esas que se creen solas en el mundo se atraviesa, dejando la vista sumida en una incapacidad disgustante, la incomodidad del tacón que no es suficientemente alto, el ánimo de un filo desenfundado
¡ZAS!
y un brazo de oro sangrante que corre al baño a limpiar el dolor.
La Couteau sigue bailando,
bailando,
sin vermut ni soda sólo con su banda favorita y una voz que vuelve a gritar:
¡Hey Bitch, your love won't pay my rent!

La Cigarrera no es tan sofisticada,
sabe la partida perdida, su brazo arruinado de manera tan vulgar y
con vergüenza de tacos quebrados.
El Cantante no es ella…

La Couteau 45


New Age: fines de comienzos

Jolgorios, risas, danzantes canciones, campanilleos y el brotante verdor de caminos tanto tiempo abandonados ha. Los vientos de silencios hibernando se levantan en brisas de amaneceres y colores cuyo candor penetran las ventanas dobles y barren tantos plexos faltos de sol.
es poesía osteopática” decía el hada con sus manos invocando sueños milenarios y desentrañando misterios de nuevos despertares en huesos sufrientes como durmientes en la vía.
Jolgorios, risas, danzantes canciones, campanilleos y aguas plétoras en espuma de vitalidad regando raíces paralizadas de respiros nevados. Son caramelos que suavizan la garganta y derriten el aire frío en estas tensas cuerdas vocales.
Baco desciende los montes y aunque fue el dolor de un muslo del Tronante, no se puede negar que su descuartizamiento siempre encuentra una primavera. Y en un homenaje de mitos y oscurantismos, es que las Bacantes también en euforias y licuefacción escuchan a Maldoror
con éxtasis venéreo. La fertilidad busca su abono y dejando que Psique se distorsione, entonces acribillan a Orfeo dejándolo sin lírica y sin lira.
Jolgorios, risas, danzantes canciones, campanilleos y lo más íntimo en su rojo fluir borboteando en chorros de película clase B, sólo apto para bestias. El rostro del poeta rueda hacia abajo entonando esa salsa brava que últimamente estaba practicando...
qué te pasa estás llorando... tienes alma de papel,
y como el papel aguanta todo,
así mismo te traté...” 

(sacudidas de repartidor de periódicos en horas imposibles, cabellos revueltos, respiración acelerada, un ratón imaginario en las sábanas deshechas y un filoso brillo husmeando la noche con temblores de pesadillas acechantes) 

Estudios Estomakal anuncia una breve en breve que en este punto los creadores se sienten un poco ofuscados, pues hay una ligera mueca de incomprensión ante el devenir por venir de la heroína. “La verdad es que, nosotros, pues...” En el aire se huele el miedo de La Couteau, y como bien ya comprobaron que ella hizo lo que quería, se asustan de que nuevamente salga con otra de las suyas.

(suave suenan en la radio los punteos de una nueva era, la Velvet es irónica)
Can I have your autograph
He said to the fat blonde actress
You know I've seen every movie you've been in
From paths of pain to jewels of glory... 
 

La Couteau 44


El Show del Cirujano”, un programa escalofriante, algo que se va escribiendo en el programa mismo.
En colaboración con la compañía radio-teatro, un programa presentado directamente desde Estudios Estomakal en su señal TeVa, la necesidad es partera de la creatividad. La gente es invitada a participar en conversaciones y situaciones determinadas (se les ubica en un contexto que ellos deben desarrollar), pero no saben exactamente de qué trata el programa, excepto lo fundamental: existe el Cirujano y quien lo reconoce debe actuar de cierta forma (no puede sentir miedo) Inevitablemente todos sospechan de todos, ya que los invitados no se conocen entre ellos de antes. El programa es dirigido por el Cirujano.

Ficha técnica:
  • El Cirujano: es un viejo muerto que entra al escenario y aparece en cualquier lugar inesperado. Entra como una calavera y a medida que avanza va adquiriendo forma humana (carnal), pero nadie excepto el televidente puede ver esto. El Cirujano es quien mata a los otros personajes, pero sólo se les revela al momento en que elige a la próxima víctima. Se mueve y actúa como cualquier personaje.
  • Los Durmientes: son los cuerpos muertos. Cada participante apenas es tocado por el Cirujano muere y queda inerte, yaciendo en el piso en una parte estratégica, difícil de descubrir.
  • Los Dobles: el participante matado por el Cirujano, pero no se da cuenta de que está muerto, pues no puede ver su durmiente. Los personajes vivos lo siguen viendo tranquilamente.
  • La persona Maldita: un personaje viviente. Es el participante que elegirá el Cirujano para no matar y el único que podrá ver los durmientes y los personajes. La persona Maldita no puede ver los Dobles.
  • Los Personajes: se dividen en dos tipos, los vivientes y los Dobles. Entre ellos interactúan normalmente. Ninguno se da cuenta quién es quién o en qué mundo están. Sólo la persona Maldita puede ver la verdad, sin embargo no se le permite decir ni revelar nada.
  • El Escenario: comienza todo normal. Poco a poco se va creando un lugar con espacios paralelos, donde la persona Maldita y los Durmientes marcan el mundo de los vivos y el mundo de los muertos. Pero todo se mantiene igual: los personajes vivientes, los Dobles, el Cirujano -que nadie ve excepto el televidente.
  • El Final: cuando todo termina, los personajes se despiden entre ellos sin saber nada de nada.
  • El fondo del asunto: todas las personas entran y salen del escenario dudando de quién ganó o perdió. Sólo la persona Maldita y los televidentes sabrán todo. La persona Maldita no podrá decir nada nunca. Los personajes continuarán sus vidas fuera de la pantalla sin darse cuenta dónde viven. El Cirujano despide el programa y después se muestra cadavérico a los televidentes.

Primer Show: se habla sobre el absurdo de los países limítrofes. La persona Maldita será una mujer y habrá 9 personajes en total. El Cirujano aparece saliendo del baño.

Los baños no pasan en vano”, dice la cita Nariguda.
Y la Couteau también lo sabe: es hora de morir.


La Couteau 43


click-click-click-click-click-

Un cigarrillo cae a un charco.
-¡Splash!-
El cigarrillo no cruje ni ninguna brasa se consume, pues estaba apagado. El cigarrillo está profusamente mordisqueado en la colilla. Una lengua de lasciva dentadura registra las encías en busca de amarillentos vestigios

click-click-click-click-
La Cigarrera frota sus manos en un ademán nervioso. Los dedos se envuelven en un apretón de mutua solidaridad.
El agua salpica al cigarrillo caido

click-click-click-
Uñas con uñas se buscan afanosas por limpiar ese espacio oculto bajo la pintura
pink-punk que prolijamente cada mañana lame las salpicaduras para lograr un tono uniforme y resistente

click-click-
La Cigarrera no cesa de sacar el sucio bajo sus uñas. Nunca sabe cuándo parar: no puede ver bajo la pintura.
El cigarrillo tiene un tono pink-punk

¡Click!-

(El agua derramada cesa su fluido correr por las paredes del cuerpo de una ducha. Una figura cuyos contornos trasluce la cortina como un teatro de sombras se mueve en búsqueda de la toalla amarilla que se distingue entre vapores de agitación y cansancio. Un suspiro de inindestinguible aburrimiento rebota entre las cerámicas blancas del recinto. Un paso, un frote, una cabellera mojada, una piel enrojecida)
click-click-click-click-click-
-¿Qué? ¿Todavía no arreglan esta llave?- La Couteau se da vuelta y con un fruncido ceño de extrañeza más una mano de precisión regresa a la ducha, toca la cortina para que no estorbe su decisión y...
Bola 12 a buchaca izquierda”
Un estallido de fuerzas entrechocando y dispersándose. El deslizamiento sonoro esparcido sobre una tela de múltiples cuerpos rodando. Cae la bola 9, la 14 rebota en el borde, la 8 queda en el centro, la 1 hace un ángulo curioso. Las otras bolas quedan regadas sobre la mesa en posiciones de factible posibilidad. La bola 12 con su cinta morada queda en banda: un golpe difícil para el taco si quiere anotar los puntos.
Rayos, no puse suficiente tiza para evitar el resbalón”
¡ZAS!

click-click-click-click-click-
La Couteau está con la imagen de su cuchillo marcando la cortina, como reflejo de una perplejidad ligeramente ridícula

click-click-click-click-click-
Comienza a sentir frío. El vapor se extingue. Una puerta ha sido abierta.
Hay un cigarillo partido por la mitad en el charco pink-punk de la ducha contigua.

¡Click!-
Una lengua recorre los dientes teñidos;
chasquea la boca y con rictus de paciencia
saca otro cilindro de nicotina y alquitrán.
...titular que alcanzó página entera
por eso ya te conocen donde quiera...”