Manifiesto
de Vanja (hallado a la deriva en una botella vacía de Ron)
¿Daga divina o cuchillo encarnado?
La
humanidad entera
con
sus ansias y temores
transpira
santidades y pasiones groseras,
se
devora a ella misma
y
devuelve después lo tragado.
Pretende
su confirmación, y
en
su incubada dispersión
cree
encontrar pueril descanso
en
un no superado
estado
imaginario.
Se
retuerce y atraganta
en
su descontrolada afección.
Son
sólo afanes imposibles:
fantasías
retoricales,
flores
espectrales.
Yo
mientras
observo silenciosa
conturbados
corazones.
Contemplo
inmutable
ardides
de tan osadas sinápsis.
Así
la daga la extraigo de
tan
vastas luminarias
y
marcando
carnal
esencia,
es
mi eterna risa, serena y astral...
“Usted, humanidad, no entendió lo que yo le pedí”
¡ZAS!
¡ZAS!
¡ZAS!
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