...porque entre las idas, venidas y avenidas, mejor ser luz ida que lúcida.

La Couteau 42



Gimnasio de tensiones.

         Un infernal lodazal de ruidos. Ritmos disonantes intentan seguir el paso marcado de un esquema prefabricado. Luces que brillan y dan vueltas en esa melodía interminable. Todo un traqueteo del mismo movimiento, un esquema impertérrito.
Las miradas esforzadas, los músculos tensos, el espejo que transpira, las piernas se levantan,
uno-dos-tres y...”
         Los ojos no demuestran más que un objetivo; las respiraciones se ahogan en su propio calor.
         No importa cuánto falte. Hay que seguir. El ruido bombeando los tímpanos. El ritmo desnudando el ansia,
uno-dos-tres y...”
        La Couteau se esfuerza, se quiere convencer de que puede llegar al final.
        La Couteau se ríe de sí misma.

Un momento de perplejidad, la gota que suda el vidrio se detiene; el punchi-punchi se dilata en una gota congelada. Todos quedan con una parálisis facial y sus brazos y piernas en una formación chistosa.

       ¿Qué estoy haciendo?
       ¿Qué importa un cuerpo a tono si después quedaremos átonos?
       ¡Qué feo es este gimnasio!

uno-dos-tres y...
Usted no entendió lo que yo le pedí” ¡ZAS!

Miradas de perplejidad, la profesora sangra desde su antebrazo y cae en una figura más ridícula que antes.
La Couteau se estruja la transpiración bajo sus largas pestañas, se limpia los ojos de esas imágenes gimnásticas y se retira al camarín.
Una sombra oculta tras la puerta sujeta un cigarrillo sin encender y sin fumar. Espera a que La Couteau salga de la ducha y, mientras, repasa esa jugada donde su taco envió la bola 8 a la bucha del centro y mató la partida.

La Couteau 41

¡¡Atención, atención!! - Heraldo Pernoctando.

Un llamado misterioso de un número desconocido ha dejado testimonio de un hecho insólito. Dentro de esta Fundación de “Servicio para el Desarrollo Comunitario y de sus Mejores Amigos” hemos hayado como mensaje al fondo de una botella la información que nos ha dejado pasmados. Hay varios ya que señalan con ojos boquiabiertos la veracidad del hecho y tras escuchar el mensaje en la máquina contestadora, pues declaran…
- Lo primero que pensé es que las gafas eran súper cool.
+ Nosotros estábamos hablando de cualquier cabeza de pescado, hasta que de repente me fijé en esos lentes tan raros, pensé que era una broma, pero…
< En ese momento me di cuenta de que me tenía que ir.
* We were sitted there, drinking some drinks, the sun was shining and suddenly THAT appeared… it was so awsome!
> Die Sonnenbrille fand ich nicht schön.

A pesar de las contusiones emocionales, el enceguecimiento frente a la factoría de las gafas oscuras, la búsqueda de un camino sin salida en un monumento laberíntico de lápidas sin colores y el aliento a ron sin limón, todos coincidieron en que el nombre que escucharon dentro de sus cabezas al mismo tiempo que el-hecho-se-hizo-fue-uno:
A l e n í g e n a”,
dicho claro está con el acento respectivo a sus oyentes, pues la torre de Babel no será un nuevo error en esta operación.

NO es para alarmar a la población de alguna posible invasión de alenígenas, ya que seguramente las Fuerzas de Orden Público actuarán con la agilidad propia de nuestros países postmodern. Sin embargo, damos cuenta de una realidad que azota a esta ciudad a través de este breve aviso y adjuntamos las fotos que nuestro fax cibertrónico recibió. En caso de que se vea una segunda vez a la Alenígena, el responsable de estas imágenes exclusivas ha sido igualmente desconocido.

------------------------Se cierra la transmisión.
(el periódico arrugado en una papelera, sin ánimo de reciclar una rabia contenida)

¿Cómo? ¿Ahora me dicen alenígena?
¿Seguiré sin firmar la estrella,
sin recibir la palma,
sin tener el oso,
sin besar a Georg Büchner
o a Juan Rulfo?”

¡ZAS!
¡ZAS!
¡ZAS!

La Couteau 40

La Cigarrera.

La Couteau se enfrenta a La Cigarrera, una jugadora profesional de pool que nunca ha competido legalmente en los torneos internacionales de este noble juego.
La Cigarrera habla masticando sus dientes y tiene una ligera mueca producto de esa parálisis facial cuando decidió dejar de fumar. Su pelo es de un rubio baboso y su piel ha absorbido parte del borroso tatuaje de un taco jamás diseñado.
Según el semanario “El Heraldo Pernoctando”, en la sección espectáculos, La Cigarrera es un personaje futurista producto de la imaginación de un dibujante cubista, mientras que La Couteau es vanguardia postmodernista, donde el -ista dista de ser realista.

Estudios Estomakal en vista de la súbita muerte del Justiciero, “¡es que la heroína ya actúa por sí sola!” -con voz escandalizada de un chillona editorial- y la aniquilada exdepresión socialista de Marlboro no-light, ha debido parir con creatividad una nueva apuesta: La Cigarrera, hija bastarda del famoso hombre con el brazo de oro y cuya voz de arrabal evoca constante al Cantante...

Tu amor es un periódico de ayer
que nadie más procura ya leer.
Sensacional cuando salió en la madrugada
a mediodía ya noticia confirmada
y en la tarde materia olvidada...

La Couteau 39


Nunca seré famosa.

bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit

En la radio las noticias del suicidio del Justiciero. Se escucha una grabación donde canta como Orfeo a Eurídice. La Couteau escucha aburrida. Unos radio-aficionados conmemoran al Justiciero: 1 día de no transmisión.

¿Pero cómo? ¿Es que acaso dicen que el Justiciero se suicidó?...
¿Y dónde queda mi reputación?
-escándalo en la mirada-
¿Serán capaces de decir que no fui YO quien le encestó esa cuchillada?
¿Ni siquiera este inútil me servirá para lanzar mi nombre al estrellato?
-mueca de horror-

bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit

¿De qué sirve el amor no correspondido, si no es para dejar una huella en el libro de las desventuras y dejar las palabras de consolación a almas solitarias cuyo fin no es otro que el morir?
¿La Couteau no tendrá justicia, incluso tras haber redimido al Justiciero de ese sentimiento que lo consumía?
Los radio-aficionados no conmemoran a La Couteau. Un día sin transmisión es un día sin ovación.

bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit ---------silencio.
¿Nunca seré famosa?”

La Couteau 38


La Palabra” (radio-teatro poco cultivado)

...El dilema para la entretención neuronal sin más fin que el relleno espacial. Para el día de hoy es ¿la inspiración divina o el plagio encarnado?

  • Todos los horrores de impresión no son responsabilidad nuestra, sino la del lector.
  • Desvirgados todos los derechos.

“Se quisieron matar, pero la bomba falló y fueron apresados. No obstante se perdieron los documentos de identificación, ellos confiesan la autoría, pero a veces la Justicia no es como uno quiere.”

Sólo experiencias, momentos de vivencias. Es el movimiento del recuerdo que no tiene continuidad, sino un salto de una impresión a otra. Si hacemos la seguidilla en nuestra mente, un recorrido diacrónico es casi imposible.

“¿Cómo hacer secuencial aquello que en el depósito de nuestra memoria es simultáneo?”

Kilos de energía, esfuerzos titánicos permitirían nuestro hundimiento en la mente e hilvanar con coherencia y cronología todos esos eventos que nos han asaltado en sus momentos*
Es así que esos intersticios en realidad son sólo un espejismo de imágenes aún no configuradas, pero latentes. Es una impresión de luces y sombras que el diafragma de nuestra retina no logra enfocar bien todavía, aunque la imaginación siempre estará dispuesta a suplir el espacio en blanco

porque la necesidad es partera de la creatividad…

La Couteau al acecho. “¡Oh, rayos! ¿Cómo desaparecer estas huellas en mi piel?”


* La Editorial se cuestiona esta frase por la extrañeza de sentido que expresa, pero ante la imposibilidad de una respuesta ha optado por lanzarla sin más. N. de la E.