...porque entre las idas, venidas y avenidas, mejor ser luz ida que lúcida.

Tormenta de verano

¿Has visto esas aguas que han caído raudas desde altos espacios donde el misterio se disfraza de condensaciones y calideces? 

Una expresión tal que a veces es tan difícil de definir; una fuerza que golpea cualquier pronóstico y presenta con descaro su manifiesto deconstructivista con meteorodológico sentido. 

Son momentos en que la voz del Tronante grita su vitalidad y así como hacía suyas a otras diosas y mundanas existencias, pues es en estos torrentes acuosos que conquista nuevos espíritus. 

Y así como aquella deidad griega abandonaba sin más a sus amantes, ahora también ágilmente se aleja, dejando sólo las gotas de húmedas hojas y una sensación de que algo pudo haber devastado la Tierra. 

¿Has sentido la brisa fresca que en esos momentos de desagüe ha rozado tu rostro a la intemperie? El silencio se escucha con los últimos goteos. Las miradas se limpian de los restos de caída en sus párpados y una caricia sonríe de nostalgia. Tu olfato se hincha con los sabores ocultos, esos donde descansa el porvenir esperando rodar en su imperecedero devenir. 

El momento llega a su fin y comienzas a cantar con son de vientos y pulsos:  

La sabia naturaleza dio flores muy perfumadas para que tú te embriagaras, romántica mujer… 

-junio 2008-

3 comentarios:

Anónimo dijo...

qué precioso...

Anónimo dijo...

Bonito...si señor.

V a l e n t r i n i t y dijo...

la meteorología nos enseña que no hay que confiar en las "logías
mejor mojarse la cara antes de que aparezcan las lágrimas