...porque entre las idas, venidas y avenidas, mejor ser luz ida que lúcida.

La Couteau 7



¡RadioEscucha!

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Desde el otro lado de la pantalla, estudios Estomakal anuncia una breve en breve para una de sus radioescuchas retirada hace poco tiempo ha:
“Un día de colores insípidos y sol smoguítiko, junto a sonidos envasados, repasados y traspasados -¡oh! ¡la herencia digital!- de salas nostálgicas, no sólo por los reencuentros y la ventura no esperada tras tiempos incalculados, sino también por espacios derruidos e iluminación inadecuada...-suspiro- Y es que los sinsabores son un paladar que desconoce o es desconocido, pero sabiendo que alguna vez creyó conocer... -suspiro-”

La Couteau avanzaba con calmada tersura por el devenir de los hechos, mientras un sonido de ondas de amplitud modulada surcaba el aire. La radiecito portátil que ella sostenía con su guante de gamuza rosa repetía lo que tantas veces ella había escuchado: “
In the guetto”, del Rey. El roce con las partículas no impedía la transmisión, tampoco la intromisión de unos aficionados que interferían en sabotaje sarcástico los impulsos.

bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit, -shhhhhh, ¿me copias?- bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit.
bit,bit,bit,bit,-shhhhhh, ¿me copias?- bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit.

La Couteau sintió unas repentinas ganas de escupir al subsuelo, pero el suelo no se lo permitió y con acumulación babosa aceleró su paso hasta la próxima estación de radio. En la curva una voz cascada la tomó del brazo con violentina fortaleza y Vanja se asustó como oveja trasquilada: “¡¿qué demonios intentas hacer, desgraciado?!”
¡ZAS! –la cuchilla vuelve a saborear el cuero que la guarda del polvo.

Estudios Estomakal se ve obligado a disculparse por las interferencias atendidas. La breve en breve no puede continuar. Se cierra la transimisión del día de hoy, y los esperamos el día de mañana.

bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit,bit. -¡CLICK!

-¿eh? Ya no hay ruido... ¿Me copias?-
El Justiciero ha dejado caer su micrófono.
Ahora escucha con mirada anhelante al Rey:
-Couteau… ¿estás ahí?-

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