...porque entre las idas, venidas y avenidas, mejor ser luz ida que lúcida.

La Couteau 9



Prontuarios de últimos criminales.

Los Cabeza de Pelota y la Pistolera, dos hechos que no son producto de la cretividad literaria, sino más bien de la imaginería propia de una necesidad de comiquizar una realidad local.

Prontuario informativo:
Los Cabeza de Pelota son la agrupación de narcos más peligrosa y más búscada por las fuerzas de orden capitalino en la tan mancillada población “la le’ua”. Hace un par de días fueron capturados sus cabecillas tras operativos de despliegue sensacionalista dignos de ese espacio en la televisión de El País entre las 9 y 10pm.
Pero entre los Cabeza de Pelota hay uno al que realmente le rueda el cerebro, pues en tribunales extrajo una
gillette oculta quién sabe dónde y comenzó a cercenarse el rostro. Las imágenes que recuerdan este evento son irrisorias en cómo las maniobras de las fuerzas de orden intentaron sostener al imputado y evitar que siguiera tajeando su carnecita. Finalmente, el cabecilla con el rostro ensangrentado y el arma filosa fueron retirados de la sala.

Más tarde, siguiendo con el amarillismo propio de nuestra programación, se mostró a la tía del
imputado con un –digamos- saco envolviendo su cabeza para ocultar su identidad a la visión pública y, por ende, posibles ataques o reconocimientos de –a esta altura- quién sabe quién. Está demás indicar que la tía defendió sólo como el peso de la sangre lo puede hacer a su sobrino, destacando entonces el ejercicio abusivo de las fuerzas de orden contra “¡alguien indefenso, de quien dicen que traía –no sé cómo- una gillette!”

En otro cuadro y tras algunos sonrientes comerciales de futuros creditazos con la “más baja tasa de interés, porque sabemos lo que necesitas”, regresamos a otro personaje donde la realidad supera la ficción: la Pistolera.

Prontuario de última hora:
Su nombre de registro civil carece de importancia, ya que tal existencia fue opacada cuando esta mujer de unos 37 años baleó a unos asaltantes, argumentando “o eran ellos o mis hijos”. La Pistolera cayó en manos de la
Justicia y entre proceso y proceso quedó en reclusión domiciliaria, con periódicas y periodísticas visitas de las fuerzas de orden 3 veces al día, para elaborar el pertinente informe indicando la situación pertinente de la presa.
Sin embargo, según declaraciones de un vecino de la Pistolera, ella bajo el temor a la decisión sobre su futuro se dio a la fuga, buscando previamente a sus hijos en el colegio y dejando como disculpas una nota en que señalaba su arrepentimiento de los balazos y un llamado al intento de comprensión a su situación.

“Si yo pudiera retroceder en el tiempo, no hubiera hecho lo que ya hice”

Hay que señalar que su foto sale junto a un difuminé con un fondo blanco de una pistola de esas de películas. Además, la Pistolera tiene una cabellera larga y oscura, rasgos indígenas y alargados, cuerpo bien mantenido, un notorio tatuaje en su brazo derecho y sonrisa de balas dispuestas a matar. La Pistolera tiene su atractivo.

Se desconoce el paradero actual de la fugitiva.
Todo esto, porque “la necesidad es partera de la creatividad...”








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