...porque entre las idas, venidas y avenidas, mejor ser luz ida que lúcida.

La Couteau 41

¡¡Atención, atención!! - Heraldo Pernoctando.

Un llamado misterioso de un número desconocido ha dejado testimonio de un hecho insólito. Dentro de esta Fundación de “Servicio para el Desarrollo Comunitario y de sus Mejores Amigos” hemos hayado como mensaje al fondo de una botella la información que nos ha dejado pasmados. Hay varios ya que señalan con ojos boquiabiertos la veracidad del hecho y tras escuchar el mensaje en la máquina contestadora, pues declaran…
- Lo primero que pensé es que las gafas eran súper cool.
+ Nosotros estábamos hablando de cualquier cabeza de pescado, hasta que de repente me fijé en esos lentes tan raros, pensé que era una broma, pero…
< En ese momento me di cuenta de que me tenía que ir.
* We were sitted there, drinking some drinks, the sun was shining and suddenly THAT appeared… it was so awsome!
> Die Sonnenbrille fand ich nicht schön.

A pesar de las contusiones emocionales, el enceguecimiento frente a la factoría de las gafas oscuras, la búsqueda de un camino sin salida en un monumento laberíntico de lápidas sin colores y el aliento a ron sin limón, todos coincidieron en que el nombre que escucharon dentro de sus cabezas al mismo tiempo que el-hecho-se-hizo-fue-uno:
A l e n í g e n a”,
dicho claro está con el acento respectivo a sus oyentes, pues la torre de Babel no será un nuevo error en esta operación.

NO es para alarmar a la población de alguna posible invasión de alenígenas, ya que seguramente las Fuerzas de Orden Público actuarán con la agilidad propia de nuestros países postmodern. Sin embargo, damos cuenta de una realidad que azota a esta ciudad a través de este breve aviso y adjuntamos las fotos que nuestro fax cibertrónico recibió. En caso de que se vea una segunda vez a la Alenígena, el responsable de estas imágenes exclusivas ha sido igualmente desconocido.

------------------------Se cierra la transmisión.
(el periódico arrugado en una papelera, sin ánimo de reciclar una rabia contenida)

¿Cómo? ¿Ahora me dicen alenígena?
¿Seguiré sin firmar la estrella,
sin recibir la palma,
sin tener el oso,
sin besar a Georg Büchner
o a Juan Rulfo?”

¡ZAS!
¡ZAS!
¡ZAS!

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