...porque entre las idas, venidas y avenidas, mejor ser luz ida que lúcida.

Crónica 4. 17 de noviembre 2019 - 2020


Hoy es 17 de noviembre y mañana se cumple 1 mes de esta rebelión ciudadana, recordándonos que aun el agotamiento social sufrido por los abusos de un sistema hecho trizas, queda siempre el agenciamiento desde abajo para tratar de subvertir los poderes y así dar un giro histórico al desarrollo de una nación. 

La rebelión es mestiza, despojada y furiosa. La sociedad no busca la paz ni representatividad en figurines que durante 30 años y más fueron mellando su credibilidad, permitiendo así el caldo de cultivo para la deslegitimización de un sistema que NO funciona. Es la actual crisis chilena, una crisis social, política y -lo más opresivo- de Derechos Humanos. 

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17 de noviembre 2020 y amanecemos con una acusación constitucional al tercer ministro del Interior (Víctor Pérez) rechazada por el Senado. Lo único válido de esta acción es manchar ligeramente la ropa de político de derecha y que por conveniencia renunció al cargo tras 3 meses de desastre. Iniciada dicha acusación, el personaje tira la toalla -pues no le da, pues una vez más la mirada internacional, pues el giro populista hacia el respeto a los Derechos Humanos gubernamental que seguirá sin respetar- y es reemplazado por otro que hasta ahora ha mantenido bajo perfil. Estaremos atentis a lo que hay, lo que se esconde, lo que se disfraza, lo que se muestra, lo que se busca. 

Dos días después, hoy, 19 de noviembre, otra renuncia y otro reemplazo. El responsable de Carabineros -Mario Rozas- protegido, avalado, justificado y recomendado por este Gobierno, deja por fin su cargo tras nuevos actos de matonería institucional. Efectivos de la policía chilensis hicieron disparos dentro de un recinto del Sename (Servicio Nacional de Menores, espacio ampliamente cuestionado por el abandono prejuicioso y totalmente conveniente a los intereses de un Estado sin consciencia social) e hirieron a dos menores. Hay personas que buscarán siempre una explicación para validar el uso de la violencia, criminalizando la infancia del vulnerable, pobre, marginado, excluido, outsider. Hay personas que ven el trasfondo de esta realidad: un sistema capitalista podrido que sigue cavando su propia disfuncionalidad en cada muertx/heridx/violentadx que deja. Veremos las continuidades y rupturas que broten de estos cambios de personajes en un tablero ya tan tan tan mancillado.

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