...porque entre las idas, venidas y avenidas, mejor ser luz ida que lúcida.

El Guerrero y la Serpiente

En tiempos de desconocida verdad y todavía por conocer, andaban dioses, seres míticos, héroes y toda una sarta de desechos imaginarios producto de esa constante de querer explicar el mundo sensorial a través de virtualidades fabulosas que tanto éxito han dado a las letras sabihondas de nuestra occidentalidad.

Los espacios se recreaban y materias posibles e imposibles eran invocadas por el lenguaje, cuyos delicados pincelazos desdibujaban la realidad trayendo otra para el deleite de sus espectadores. Y es así que en una obra de teatro igualmente virtual se encontraron un hacedor de mundos, un guerrero y una serpiente como primer escenario.


ESCENA I
“¿Qué le dice la Serpiente al Guerrero?” (Hacedor de mundos)
+ (Responde la Serpiente) Primero, que se fije donde pisa. Inmediatamente después y sin tanta arruga de sus inexistentes cejas, que qué lindas sus sandalias -tan adecuadas para la época-, que dónde las ha comprado porque le quedan de maravilla, pero que debiera cuidarse esos callos. Al final le diría “córrete que me tapas el sol” (copyright Diógenes Laercio), ya que sería lo más lógico de parte de un reptil a un bípedo ancho y alto.
Sin embargo, el Guerrero no escucha. Entre tanto andar y reandar caminos, el polvo no sólo se acumula en sus ropas, sino también en sus oídos. Con la travesura del dedo meñique de andar husmeando fuera de la sandalia, percibe que algo resbaloso se mueve allá abajo, en el piso, donde está la tierra. Un siseo, unos colmillos, una lengua bífida.
La Serpiente está presta a lanzarle una mordida a esos tobillos resecos, mas el Guerrero como todo héroe que sólo se manifiesta en situaciones extremas da un salto extremo hacia el otro extremo, salvándose así de la mordida y dejando a la Serpiente refunfuñando bajo su lengua.
+ (Habla la Serpiente) Pero si yo sólo quería conversar un ratito…
El Guerrero se da cuenta de los oídos y va hacia el río -que siempre estará cerca de una clásica escena como esta- a lavárselos. La Serpiente impaciente prefiere irse a buscar una tal Eva que sea menos sorda, pero el guerrero como toda vanidad de héroe y ya con los oídos bien lavados da otro salto y ruega las disculpas a la Serpiente
- (Habla el Guerrero) Perdón… no fue mi intención y he sido un maleducado… por favor, a veces me descuido de mi personal descuido. ¿No le gustaría acompañarme enredada en mis tobillos y así llevarla más comodamente por estos andrajosos caminos?
+ Yo feliz, será un transporte mejor que el Transantiago. (Responde sonriente la Serpiente, mientras deja a Eva que le da la mordida a una manzana)
- Pues voy en mi Dosch, súbase no más! No hay que pagar más que el precio del olor de mis pies.
Mientras, se ve el rostro aburrido de Eva cuando de la manzana sale el gusanito de Pinocho dándole la retahíla de moralidades a la pobre Mujer que volada andaba.
+ Le recomendaría además que usara una crema humectante para tobillos. (dice la Serpiente bamboleándose enredada en la pierna del Guerrero)
Atrás queda Eva con un gusano en sotana; se escuchan unos truenos y Adán decide inventar un nuevo personaje al que le llamará Dios. Pero entre movimientos mágicos y ondas multicolor lo que inventa es otro gusano que incita a Eva a apostar como enajenada… “el juego, el juego”, le susurra, mientras el Azar y el Destino comienzan a guiñarse los ojos y sacan los dados… “el 1 es 100, el 5 es 50, se juega con 6 dados”
El Guerrero sonríe como héroe y le pide a la Serpiente que se calle, porque su lengua bífida le causa cosquillas en sus tobillos resecos. La Serpiente, disfrutando las carcajadas del Guerrero, sigue hablando y hablando y hablando y…
“Nace la Comedia” (Hacedor de mundos)
Pero como todo héroe, ante el gusano de la suerte y truenos de divinidad no creada, se tropieza súbitamente, le aplasta la cabeza a la Serpiente y…
“Nace la Tragedia” (Hacedor de mundos)
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El imaginario colectivo no deja de reproducirse y aunque ya se habla de inconcientes, subconcientes, infraconcientes y otros faltos de conciencia o con-con-ciencia en conciertos, desconciertos y otros técnicismos de esa disciplina naciente tan fascinante llamada psicología, psiquiatría, psicopatía y psicomagia, las medidas temporales de nuestra historia se asemejan a las mediciones arqueológicas o astronómicas, donde se habla de siglos y millonécimas de años como si se contara de la semana pasada.

Es así que para nuestro segundo virtual escenario, aunque los rayos catódicos se habrán inventado, Hertz habrá descubierto las ondas de radio, muchas revoluciones se habrán iniciado e incluso se hablará de las fábulas como Arquetipos mentales cuidadosamente clasificados, todavía los cuentos de hadas, dragones, seres magníficos y animales que hablan llenarán ese espacio del infinito que ningún método científico podrá nunca hipotetizar.

Nuestro Hacedor de Mundos habrá desaparecido sin que nadie lo haya notado.


ESCENA II
El Guerrero cuando ve que la Serpiente no responde, se asusta y sale corriendo, pero ¡ay! Un punzaso extraño le hiere su rodilla y más asustado aún, se muerde los labios, arruga el ceño y como todo héroe que soporta estoicamente el dolor, logra arrastrándose escapar a otro lado.
La Serpiente despierta días después medio desguañangada y un hijo de Adán ágilmente le ofrece un contrato para que sea la mala en las películas de la historia. Le habla de éxito, dinero, popularidad e influencia. Pero la Serpiente como está medio atontada no se da cuenta que en realidad lo que firma no es para películas… sino para telenovelas caribeñas y para un cómic mejicano, en el que además le ponen unas plumas que no le vienen nada a su estética de antigüedad bíblica.
El Guerrero ahora con un problema en la rodilla pues se va cojeando a mendigar a los pueblos… Es que ya no puede pelear con el Dragón ni salvar a la princesa; después de la caída, el Guerrero necesita que le operen los meniscos.
En su camino a los pueblos, cansado decide sentarse y escribir un par de aforismos. Comienza a escribir que eso del “guerrero” es metafórico... Y de repente ahora tiene otro objetivo en su vida, todo ha cambiado: ahora su trabajo es buscar un editor.
El Guerrero va donde la Serpiente que hecha una diva de las telenovelas -mejor conocida como la “Culebra”- tiene un montón de plata, lleva siempre unas plumas de colores y vive en un altar. El Guerrero humilde y con vestimentas raídas le quiere pedir un préstamo para la publicación de su nuevo libro: el “Manual del Guerrero”. Con esa copia, pues se buscará el editor…
La Culebra recibe al Guerrero en su mansión Azteca. Sabiendo quién venía, pues hasta cambió su piel para la ocasión. Cuando el Guerrero entra lo mira directamente a los ojos y le dice:
+ ¿Qué nos pasó? (Las plumas brillantes en el cuello de la Serpiente tiemblan de emoción e indignación)
- Tú con plumas y yo sin meniscos… En el transcurso del tiempo y los gusanos de la Moral y el Azar… ¿Qué nos pasó? (Todo queda en suspenso, todo queda en silencio. El Guerrero lleva los meniscos en la mano y se ve su rostro de incomprensión)

(Luces off)

(El público aplaude)

Se cierra el telón...
y se vuelve a abrir: salen los payasos haciendo malabarismos, cantando, riendo y uno de ellos recorre las butacas, pidiendo con su grotesca sonrisa dibujada una gentil colaboración.


FIN

-marzo 2008-

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