...porque entre las idas, venidas y avenidas, mejor ser luz ida que lúcida.

La realidad supera la ficción

de la putrefacción también nace vida.
(Escrito místico de una epifanía y las dejaciones que el Destino sabrá castigar)


...y dice el Levítico 11, 7: “También el cerdo, porque tiene pezuñas, y es de pezuñas hendidas, pero no rumia, lo tendréis por inmundo”

I.
La Terquedad es una mula que no quiere moverse de donde está. Con su voz entrecortada y ojos que miran a un suelo siempre igual, pero con el orgullo que la caracteriza y le da la fuerza para mover su cabeza en sólo negaciones, anuncia a las dos de la madrugada: “cocinaré las Patas de chancho para no desaprovechar el momento”.
La Terquedad es una mala hecha contingencia, temporal y espacial.

II.
Una oportuna Reflexión indica: “¿pero, Terquedad, por qué insistes en algo que no tiene futuro y sólo resuelve tu ánimo instantáneo, que seguramente cambiará al día siguiente?”. La cabeza se sacude en negaciones caprichosas y, entonces, la Reflexión prende inciensos para soportar lo que viene: las patas de chancho cuando se cocinan huelen muy mal; es un asco que se derrite y hierve en una olla a presión. Los Vecinos son discretos y soportan las náuseas: “ya estamos acostumbrados a decisiones absurdas en horas absurdas. La perdonamos por su terquedad”.

III.
Los tres Días transcurren con su habitual descaro, como si no les importara todo lo que está pasando. Una Pata de chancho ha quedado en el olvido de los desechos y el Basurero que pasa a horas inciertas ya hace tres días que se la llevó al paraíso de los 9 Círculos. Sin embargo, todavía queda su hermana, bastarda o no, pero fiel compañera en las andanzas desde el matadero hasta la olla a presión. Ella llora su abandono y ha llamado a las Moscas para que compartan su dolor: “me siento encerrada y me pican cosas desconocidas en mi cuero grueso y graso. No soporto esta situación; tienen que hacer algo conmigo” Las Moscas mientras la escuchan la rondan como buitres en la carroña. La Terquedad no tolera este diálogo entre las criaturas y como solución encuentra que sacar la olla con la Pata de chancho que queda y su asco condensado al patio es lo mejor. “Para que no hayan moscas aquí adentro”

IV.
La Primera semana se ríe de nosotros: de la Terquedad, de la Reflexión y de los Vecinos. “¡Ya pasaron mis 7 Días y todavía no ven la creación del mundo! ¡Jajajajajaja!” La Pata de chancho dejó de llorar y lamentarse, pues ahora ha comenzado a reunir un ejército para hacer frente a la Terquedad, a ver si de una buena vez decide botarla al paraíso de los 9 Círculos. La Pata de chancho tiene ansiedad de Vida: “¡si para morir tengo que vivir, pues que se haga la Luz!”

V.
La Segunda semana llega calmosa y con mueca de extrañeza le pregunta a la Primera semana: “¿cómo? ¿Todavía no descubren el mundo que ha nacido en la olla a presión? ¡Qué descuido, por Dios!” La Segunda semana es un poco amanerada.

VI.
(perspectiva en contrapicado)
Llega el Día Esperado y con su espectación observa a la Terquedad darle Luz a la olla. La Pata de chancho la mira con pezuñas hendidas y un ejército de microorganismos a cuestas; le grita: “¡Ah, finalmente nos encontramos, Terquedad! Tus defensas están dormidas y yo rezumo fuerza. ¡No me niegues lo que te pido y hazme el favor de liberarme al Basurero! ¡Después de hoy me escapo de esta prisión de metal!”
(perspectiva en picado)
Llega el Día Esperado y con su espectación observa a la Terquedad darle Luz a la olla. De un solo golpe se produce el alumbramiento. “¡Dios mío!”. La epifanía quita el aliento; el misticismo eleva los ojos; la realidad supera la ficción: ¡de la putrefacción también nace vida! La visión es insoportable; los sentidos no la pueden sostener y el rostro se pone verde. La Terquedad cierra la olla con temblores apresurados.
(perspectiva frontal)
Llega el Día Esperado y con su espectación observa a la Terquedad darle Luz a la olla. La Reflexión que estaba con los estados alterados tras fumarse un porrito de hierba, escucha un grito desde el patio y con curiosidad sonriente y una realidad maravillosa a su alrededor se asoma y encuentra a la Terquedad apoyada en el marco de la puerta con mirada descompuesta. “¿Qué te pasó?”.

VII.
La Dejadez es hermana del Egoísmo, ambos hijos del Abandono y la Ceguera y ambos nacidos en la cuna del proverbio “no hagas hoy día lo que puedes hacer mañana”. Se criaron en un parque llamado Irresolución junto a sus congéneres “Más tarde lo termino”; se casaron entre ellos y de una de esas mezclas apareció la Madre, quien a mediana edad conoció al Padre, hijo de otra prole aledaña. Se enamoraron, buscaron futuro y tuvieron cuatro hijos. Aunque la Madre y el Padre eran seres de trabajo para mantener una familia amplia, su herencia sanguínea les jugó una mala pasada y les cobró lo que les pertenecía por derecho natural: nacieron Terquedad, Flojera, Dejamiento y “yo no quiero ser así”, la mayor, que ni pendiente con los consanguíneos cortó lazos con todos y se fue del país.
Lo curioso es que tuvieron de niñera a Esfuerzo y Voluntad, una pareja feliz, pero los tres niños menores fueron malcriados en vista de que la mayor se fue con Responsabilidad y tuvo decisión propia (¿a quién habrá salido?)
La madre proveedora y el padre proveedor no quisieron que sus hijos sufrieran lo que ellos por haber decidido vivir independientes. “Yo no quiero ser así”, era una excepción a la regla, y por eso no se contaba. El amor paternal es algo serio, de verdad.

VIII.
Por razones burrocráticas y otras excusas, Reflexión se dio unas vacaciones. Se enajenó de la casa, los Vecinos y la olla con la Pata de chancho por dos semanas. Cuando regresó olvidada de la realidad de hacía dos semanas, fue tranquilamente a la cocina a preparar un pollito al horno. Estaba en eso cuando recordó que antes existía una olla a presión. La buscó y no la encontró. Reflexión pensó “¿será posible?”, hasta que vio dónde estaba el artilugio, ya no en el patio, sino en el Rincón del patio. “¡¡¡Será posible!!!” Terquedad llegó de sus clases y como si todo fuera normal le saludó, le habló y le sonrió.
Reflexión anuló su amistad con Terquedad y como si todo fuera normal le respondió, le escuchó y le sonrió.

IX.
El Mes vino y se fue. A la Primera semana ya no le parecía divertida la situación y cuando llegó la Segunda semana sólo encorvó los hombros y con gesto de fastidio la dejó entrar. Ésta bostezando fue viendo cómo sus Días lánguidos pasaban. Terquedad transcurría callada, como un luto, y preocupada de sus estudios, mientras Reflexión vivía placidamente, como un día soleado, sin prestar atención a la olla que faltaba y que todavía estaba en el Rincón del patio.

X.
Desde el sur anunció su visita Ruinal que con traje de tigre causó alegría y largas conversaciones. Ruinal es un preciado amigo de Reflexión; lástima que su novia Pingüina no lo pudo acompañar al puerto en el que se han desarrollado todos estos capítulos. Reflexión naturalmente le contó de los llantos de la Pata de chancho, su guerra perdida y su destino desconocido hasta ahora. Ruinal es de una curiosidad arrasadora, levantó la tapa de la olla y por segunda vez dio Luz a esa pata abandonada. Reflexión quiso evitarlo, pero el tigre fue más rápido y cuando ambos miraron dentro sólo encontraron silencio, tierra hasta el tope y muchas Hormigas aprovechando el entierro.
Finalmente Reflexión comprendió: Terquedad fue Dios, quien permitió la vida y después la quitó. El deseo de la Pata de chancho se hizo realidad a medias, pues nunca Caronte en su basurero la transportó hasta el paraíso de los 9 Círculos.
Terquedad sepultó a la Pata de chancho y la historia se acabó.

Epílogo. (N. de la A.)
El Destino sabrá castigar a sus pecadores, y ya escrito en El Libro está. Sin embargo, esta fabula es el testimonio de una realidad que supera la ficción. Mi amigo el rey Arthur me sugirió escribirlo, pero sólo un trance místico y otra virtualidad son las que se hacen cargo de lo aquí dicho. Ya no quedan Vecinos ni Reflexión. Todos ellos se han ido.
Pero la olla con paciencia de hierro tolera que de ella hayan hecho una tumba.
La Pata de chancho no volverá a recibir la Luz.

-diciembre 2004-

2 comentarios:

Unknown dijo...

Aplausos, aplausos!!!
k bien logrado, extrapolando y analizando.... k me lleve el diablo si vuelvo a cocinar patas de chancho, Amén!!

la cuchilla dijo...

amén! jaja!