...porque entre las idas, venidas y avenidas, mejor ser luz ida que lúcida.

Teoría del despojo o una sublimación de la pérdida

La violencia infantil se puede explicar cuando un no vidente le pide a un sí vidente que describa la foto que sostiene en su mano. El no vidente señala sus razones para tal petición y le dice al sí vidente: 

“lo que tú has visto a través de tus ojos yo lo he sentido a través de mi cuerpo”. 

Más tarde, el no vidente guardará cuidadosamente la foto en un álbum donde sólo se encuentran las fotos que de niño él hizo con una cámara que le habían regalado. La violencia infantil es la contemplación de una foto. 

CUANDO LA IMAGINACIÓN NO TE ALCANZA Y SÓLO TE QUEDAN LAS PALABRAS 

La estética de un espacio que se revela... observemos los colores y entenderemos el contexto. El contenido es lo que se articula como una interpretación multiforme. Capas de espesura incalculable superpuestas en una sincronía de impresiones. 

Una historia muy simple; básicos de un trayecto en situaciones conocidas; una línea que todos alguna vez hemos recorrido y que fácilmente reconocemos. Una historia muy sencilla cuya expresividad se aglomera en la saturación de detalles. Nada se escapa al ojo que disecta cada sema del plano fotografiado. Es la estética de un espacio revelado.

¿Sería admirable tu apreciación de lo que pido me describas? 

La admiración es sólo un espacio de la estética que no debe revelarse... Pues ante el sentido de una sensación y el de un sentimiento, ¿cuál sería más adecuado a tu necesidad? 

Si careces del sentido de la vista, qué importa la admiración y qué importa la estética cuando sólo escuchas mis palabras de una descripción que seguramente podría no existir sensiblemente más que en mi sensibilidad. 

Por esta razón no te narro los eventos ni te explico los acontecimientos, ellos carecen de tanta vista como tú. La admiración es la estética de mis palabras que revelan un espacio.  

Yo entonces me adentro en tu espacio sin entender los colores o el contexto, eso es admirable...  

El vacío es un espacio no ocupado excepto por aquellas interpretaciones que tu sentimiento pueda evocar a través de mi voz sobre algo que no has visto y quizás yo esté inventando. Nada se escapa al oído que disecta cada sema del plano fotografiado.  

Es la cámara que me regaló mi madre cuando era niño. Ella me dijo que mientras yo sacara fotografías de lo que a mi alrededor sentía, entendería la realidad que ella me describiría en cada una de las imágenes que yo jamás vería. Cuando la imaginación no te alcanza y sólo te quedan las palabras, descubres ese mundo maravilloso que está más allá de cualquier concatenación de acciones y encuentras la contemplación. La contemplación de un sentido que te falta y que no lo puedes entender. Mi madre se equivocó cuando yo era niño y me regaló esta cámara. Nadie podrá describir lo que aquí está fotografiado. Tu admiración y tu estética son sólo un vacío dentro de cualquier espacio que exista o puedas crear. -Click!- 

-marzo 2005-

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